18/06/2024

Doblemente campeona

Viernes 09 de Marzo del 2018

Doblemente campeona

Ser mujer y ser atleta con logros representan para María Isabel Vélez Hernández una muestra de lo que el género femenino puede obtener: ser ejemplo para otras  que buscan sobresalir.

Ser mujer y ser atleta con logros representan para María Isabel Vélez Hernández una muestra de lo que el género femenino puede obtener: ser ejemplo para otras  que buscan sobresalir.

Ganar en dos ocasiones seguidas el Maratón Lala, el evento atlético más importante de la Comarca Lagunera representa para María Isabel Vélez Hernández la culminación de un compromiso de todo un año de preparación tanto física como mental para detener el cronómetro en 2 horas 49 minutos con 46 segundos.

Egresada de la carrera en Administración Financiera por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en donde desempeñaba su talento deportivo en el fútbol soccer, decidió hace seis años inclinarse hacia el atletismo luego de que corrió por primera vez un Maratón Lala.

Ahora el atletismo es su vida, y se debe a que este deporte le ha dejado infinidad de satisfacciones y retos cumplidos por méritos propios, que diferencia del 'juego de las patadas', considera que correr es una disciplina más limpia, sin choques, roces o insultos.

Ya en el mundo del atletismo y tras romper sus propias metas y expectativas, demostró su nivel en la edición 2017 que dejó en su interior una sensación de compromiso ante el siguiente maratón.

"Pretextos, obstáculos y otras cosas que dificulten tu camino siempre habrá, sin embargo cuando logras enfrentar esos retos, vencerlos y sobreponerse a todo eso, al final vale mucho la pena y la satisfacción será tanta que no cabrá más felicidad en su interior".

Su preparación previa a una competición de más de 42 kilómetros de recorrido inicia desde que se anuncia el evento y es reforzada tres meses antes de arrancar la carrera, en el mes de diciembre, temporada que se caracteriza por los eventos sociales que María Isabel tenía que dejar de lado y enfocarse en la carrera que se avecinaba, cosa que no vio como sacrificio.

“La verdad es que dejé de lado algunos compromisos, pero buscaba la manera de cumplir con todo. Para mí no fue un sacrificio perderme muchas cosas puesto que era mi decisión entrenar por el resultado que quería lograr”.

La preparación mental para una carrera de tal calibre fue fundamental para la bicampeona del Maratón Lala. Visualizarla y diseñar una estrategia es un trabajo que resultó determinante para conseguir de nueva cuenta el triunfo.

Desde una semana previa a la competencia atlética empezó a visualizar cómo sería su participación, pero el un día antes del día esperado planteó la estrategia que utilizaría señalando que le salió casi a la perfección.

“El día previo al maratón planteé mi estrategia de competencia, a qué ritmo quiero salir, cuánto mantenerme a ese ritmo, en qué kilómetro me iba a hidratar y en cuál punto tomar un gel, agua o una gomita. Todo para preparar a mi mente”, detalló María Isabel Vélez.

A los pocos segundos del disparo que indicaba el arranque de la Trigésima Edición del Maratón Lala, María Isabel decidió no iniciar a gran velocidad, mantener el ritmo y apretar en el kilómetro adecuado, siendo el 25 donde se despegó de las demás competidoras para no soltar más la punta de la carrera.

A pesar de que dijo sentirse cómoda durante la mayor parte de la carrera, al pasar el medio maratón comenzó a sentir estragos con su hidratación por no conseguir, por una u otra razón, tomar un poco de líquido en los puntos permitidos para los corredores que encabezaban la competencia.

“Por el tramo del bulevar Independencia ya tenía mucha sed y no podía tomar agua de la que ofrecía la gente pues podría ser descalificada, tenía que esperar un punto de hidratación”, señala.

Al paso de los kilómetros por las calles y avenidas de la Comarca, era inevitable para ella reconocer entre el público a conocidos, amigos, familia, lo cual además de causarle gran emoción, era una señal de que tenía que seguir con su concentración.

“Escuchaba que gritaban mi nombre y a todos quería saludar pero sabía que al hacer algunos movimientos para regresar el saludo durante tantos kilómetros me afectaría, por lo que decidí enfocarme en lo mío y hacer guiños cerrando mis ojos en señal de agradecimiento por el apoyo a mis conocidos”.

Luego de más de 35 mil metros recorridos, la condición física de Isabel Vélez mostró su potencial ante su buena preparación tanto física como mental.

"Para mí no fue un sacrificio perderme muchas cosas puesto que era mi decisión entrenar por el resultado que quería lograr”.

Al cruzar la meta en primer lugar por segunda vez consecutiva dice haber sentido un gran alivio al culminar todo un año de preparación, por ello alzó los brazos, más que para romper el listón del triunfo, para estar más cerca del cielo a donde volteó a ver a su mayor inspiración, su abuela, quien estuvo ausente en las gradas, pero no en el corazón y la mente de María Isabel.

Sin olvidar a su familia y el apoyo incondicional de su pareja también bicampeón de esta competición, fueron su mayor fortaleza con palabras de aliento, palabras que ayudaron a Isabel a poner mayor empeño a la carrera que terminó por ser una historia increíble al ser una pareja campeona y un ejemplo de vida.

Ser mujer y ser atleta con logros, representan en la bicampeona Vélez Hernández una muestra de lo que el género femenino puede llegar a lograr, simplemente ser el vivo ejemplo de otras mujeres que igualmente buscan sobresalir en lo que se dedican.

“Siento muy bien hasta cierto punto por ser un ejemplo de que se puede conseguir lo que buscan o que se propongan”.

Opina que aunque en la mayoría de las ocasiones se resalte más la labor de los hombres, tanto en resultados, rendimiento, en los premios y hasta en las fotografías, las mujeres ya van acortando esa brecha de equidad de género.

¿Qué consejo darle a las jóvenes que sientan sus objetivos lejos?

Pretextos, obstáculos y otras cosas que dificulten tu camino siempre habrá, sin embargo cuando logras enfrentar esos retos, vencerlos y sobreponerse a todo eso, al final vale mucho la pena y la satisfacción será tanta que no cabrá más felicidad en su interior.

dcr

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