Roger Goodell, comisionado de la NFL, ha vuelto a recibir una bofetada al respecto de su política sancionadora. El último capítulo de su errática deriva punitiva ha sido el de Greg Hardy que ha visto reducida su suspensión de diez partidos a cuatro en su proceso de apelación. En el informe elaborado por Harold Henderson, encargado de este proceso, hay una frase que brilla por encima de cualquier otra: "la sanción es sencillamente demasiado". Y eso es un resumen perfecto de lo que la mayoría de los fans de la liga piensan desde hace tiempo. Y, o se produce un cambio brusco de acontecimientos, esto significa que esta misma semana veremos como se reducen los partidos de sanción a Tom Brady, que ahora mismo son cuatro y muy probablemente se queden en dos.
Pongamos contexto a todo lo sucedido para ver porque se puede llegar a esta conclusión. Goodell ha tenido que afrontar cinco escándalos principales, que necesitasen sanción para los protagonistas, en los últimos años de la liga. El Bountygate de los New Orleans Saints, la agresión de Ray Rice a su mujer, las palizas de Adrian Peterson a su hijo, el citado caso de violencia de género de Greg Hardy y el Deflategate de Tom Brady y los Patriots. Salvo en el último, aún por dilucidar, en todos los demás asuntos vio como una autoridad ajena a él le quitaba la razón. Pero con una peculiaridad: nadie niega los hechos, sino que se le recrimina el castigo impuesto.
Harold Henderson mantiene todos y cada uno de los motivos que Goodell esgrimió para ponerle diez partidos a Hardy, pero subraya que es "sencillamente demasiado" porque la liga no tiene una política común sancionadora, unificada y puesta claramente en algún papel al que acudir en estos casos. No. Goodell lo que hace es calcular a ojo de buen cubero lo que le parece y suelta su martillo castigador. Además, lo hace teniendo en cuenta el estado de la opinión pública, si hay vídeo o no, incluso como se ve en twitter el problema. O al menos parece que actúa así. Y, claro, para cualquiera con una mínima noción del derecho, una mínima dignidad y respeto por los procesos en los que se juzga algo, todo eso es una chapuza inasumible. Y, de ahí, que en cada parada del camino le quiten la razón.
Esta misma semana, según el propio Goodell, se sabrá que pasa con la apelación de Brady por el Deflategate. El castigo inicial fue de 4 partidos que también parece "simplemente demasiado". Pero es que, ahora, teniendo en cuenta que a un maltratador machista le van a caer esos mismos encuentros, ¿con que ley mantener los de Brady? Impensable, sin duda impensable.
Así que habrá reducción. Y, tal y como funcionan las cosas en la NFL, lo más probable es que sea a dos, porque siempre son números pares, y nos enteremos el viernes por la tarde, que así se genera menos tráfico en internet y menos interés en general. ¿Que os parecen dos argumentos de muy poco peso? Claro, es que hablamos de la NFL de Goodell, en la que el rigor en estos asuntos. Estamos a punto de volver a verlo. Porque la improvisación y el vivir a salto de mata por parte del comisionado es "simplemente demasiado".