18/05/2024

Editorial | SE ME CAE UN LAGRIMÓN

Miercoles 17 de Enero del 2018

Editorial | SE ME CAE UN LAGRIMÓN

El cierre de EL GRÁFICO, un golpe al corazón periodístico.

El cierre de EL GRÁFICO, un golpe al corazón periodístico.

El peruano Julio Meléndez, ídolo de Boca Juniors.

Aún recuerdo cuando llegaba cada martes por la tardecita, aun jadeante, a la esquina de Mercaderes y Rivero en mi Arequipa natal para pedirle al canillita ese néctar literario deportivo llamado EL GRÁFICO.

Como diría Charly, era "parte de la religión" cumplir con ese ritual. En la tierra del Misti, era el único lugar donde se podía conseguir un ejemplar de ese semanario maravilloso.

Plumas exquisitas desfilaron por esa redacción paradigmática de Azopardo y México en el bajo porteño. Hablar de Panzeri, Frascara, Borocotó, Ardizzone, Juvenal, Orcasitas, Gorín, Vega Onesime, El Veco o el gran Ernesto Cherquis Bialo, quien años después fue mi maestro en la entrañable ORAL DEPORTIVA de radio Rivadavia la cual integré por 15 años, es mencionar a los más grandes exponentes del periodismo deportivo del Río de La Plata.

Lo descubrí integralmente a EL GRÁFlCO cuando terminé la secundaria. Quizás haya sido un poco tarde, pero inmediatamente quedé seducido por su verba y prosa. De hecho ya era un profundo admirador del fútbol argentino, de sus partidos a cancha llena, la fiesta en las tribunas, del colorido de sus relatos televisivos radiales, en fin, era como vivir un partido desde adentro. La efervescencia de la movida rockera ochentosa argentina, también colaboraron para mi identificación con el fútbol rioplatense.

EL GRÁFICO nació en la Argentina pero prontamente inundó Latinoamérica. En el caso del Perú, se convirtió a partir de los setentas en material obligado de consulta para especialistas y aficionados. No sólo era un mero divulgador de noticias sino una auténtica pieza literaria dirigida para los amantes del fútbol y otros deportes.

En épocas de tacticismo extremo, los análisis futboleros del gran Julio César Pasquato, firmaba como Juvenal, refieren a un adelantado para su momento. La "entrevista al Monumental", es una nota brillante que sólo una pluma como la de Pasquato pudo plasmar.

Las crónicas de Cherquis, firmadas como Robinson, siguiendo a Carlos Monzón en sus defensas al título mundial de los medianos son verdaderas obras de antología periodística. Ni qué decir las que escribió el recordado Veco siempre en el rubro boxístico. O todo el seguimiento al gran Guillermo Vilas y Gaby Sabatini en el circuito tenístico mundial. O Reuteman en su búsqueda incesante por ser campeón de la Fórmula 1. 

Vaya si la revista nos dedicó tapas memorables para protagonistas del deporte peruano. Quizás Julio Meléndez (ídolo de Boca) haya sido el peruano que más tapas registró en EL GRÁFICO. Pero no podemos soslayar a José Soriano (arquero y capitán de la "Máquina de River"), "huaqui" Gomez Sánchez, "Titina" Castillo, Miguelito Loayza, Daniel Carpio "carpayo", Lolo Fernández, "conejo" Benítez, Héctor Bailetti o Franco Navarro quienes también fueron portada en la emblemática revista argentina.

El anuncio frío dice que EL GRÁFICO cierra a un año de cumplir su CENTENARIO. Podrían haber esperado 365 días más. En fin, más allá que se haya dispuesto su discontinuidad, la revista siempre será parte de la cultura deportiva mundial.

En tiempos modernos en los que el periodismo se desvive con los "clics" digitales, la posverdad o las "fake news", estaría bueno volver a las fuentes y quienes hoy marcan el camino a las nuevas generaciones periodísticas deportivas, les inculquen a sus discípulos que no todo está perdido y que embeberse con el legado de EL GRÁFICO es un buen antídoto para erradicar estas modas patéticas.

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