Es una mañana algo calurosa en Buenos Aires. No es día de fútbol en el barrio La Boca, pero el ambiente parece festivo en los alrededores del estadio La Bombonera.
Las banderas azules y amarillas copan los portales de los locales que rodean el escenario deportivo de Boca Juniors.
En esos negocios con decorados deportivos, que expenden souvenirs, camisetas y hasta asados, los enganchadores tratan de seducir a los visitantes para que entren o vuelvan tras dar un tour por el estadio.
Aquella mañana de fines de marzo dos buses con turistas llegan a las afueras del escenario, que está a dos cuadras de Caminito, aquel viejo barrio donde comenzó la historia portuaria de Buenos Aires. Donde aún quedan casas del siglo XIX pintadas de colores chillones y que albergaron a familias europeas migrantes.
La mayoría de los visitantes que llegan esa mañana tienen pasaporte extranjero. A unos les llama la atención las réplicas de muñecos de Lionel Messi, Juan Riquelme y Diego Maradona que se muestran en locales. Otros se fotografían en el 'paseo de las estrellas' plasmadas en la acera del estadio. En ellas están los nombres de los destacados futbolistas del cuadro xeneize.
En el corazón de La Bombonera
Tres jóvenes vestidos con uniformes distintivos del club ofrecen en las afueras del estadio paquetes para hacer el tour. Hay tres opciones que van desde los 10 a 19 dólares por persona. La alternativa completa permite ir al gramado, los camerinos, el museo, la zona de palco, vestuario...
Un guía recibe a los visitantes tras pasar por boletería, que está junto a una tienda con productos oficiales. La primera parada es la zona alta de palco. A ella se llega pasando por pasillos pintados con alegorías y murales alusivos al club.
Es el primer acercamiento interno con este estadio construido en 1940 y con capacidad para 50.000 aficionados. Desde la parte alta, el escenario parece una enorme D. Con tres bandejas algo curvadas y otra recta.
"Es azul y amarillo porque se decidió que los colores del club serían de la nacionalidad del barco que llegase al puerto. Y ese día (de la creación) fue uno de Suecia", cuenta el guía a Pulso guayaco, un blog que se especializa en viajes desde y hacia Guayaquil.
Hay unos minutos en la parte alta de los palcos para sacarse fotos.
El tiempo es casi cronometrado. Otros grupos de manera simultánea recorren el estadio. Se los ve en diferentes puntos, en el gramado, las gradas, con sus cámaras y smartphones.
El guía muestra los palcos donde se suelen sentar autoridades y figuras como Maradona, que vistió la camiseta xeneize en los años ochenta.
Vértigo en las gradas y el gramado
La próxima parada arranca en una zona de general. Las escalinatas que hacen de asiento para espectadores se ven estrechas. Empinadas. Como si la intención fuera que el partido se vea de pie. No sentado. Uno junto a otro. Para vivir la euforia y dar la sensación de que no cabe uno más y echar presión al rival de turno. A los turistas se los ubica allí mientras se cuenta cómo se vive la euforia de los clásicos (Boca-River).
Desde esa zona hay una puerta que da acceso a la cancha. Un guardia de seguridad que acompaña a cada grupo de turistas se encarga de abrir el paso al gramado. El área está delimitada, marcada para no dañar la cancha. Cerca de uno de los arcos.
En ese punto bajo, uno de los preferidos de los visitantes, el escenario se ve imponente con sus vivos colores. Con las bandejas empinadas. El guía cuenta que así se las tuvo que hacer porque comprar los predios de la zona resultaba costoso y no todos estaban dispuestos a vender. "Los dueños de los terrenos eran de River", bromea.
Camerinos y frases legendarias
El área de camerinos está en la ruta. De entrada hay un pancarta de bienvenida que se coloca cada vez que llega un equipo visitante, dice el guía. Lo llamativo del espacio son las frases colocadas en las paredes del pasillo de ingreso al camerino. Corresponden a dichos de jugadores famosos como Pelé, Romario o Messi que pasaron por La Bombonera, bautizada así porque tenía la forma de una caja de bombones que recibió el arquitecto Víktor Sulcic que ideó el estadio.
"Fue una experiencia hermosa jugar en la Bombonera", señala una frase atribuida a Messi que está en ese sendero. Al salir de allí, el recorrido pasa por una sala de esculturas, con personajes emblemáticos del club.
Comida y museo
Dependiendo del tour escogido, la visita al museo puede estar antes o al final del tour. Es un espacio ubicado en la planta baja del estadio, dividido en varias secciones que repasan los inicios y las hazañas boquenses durante sus 100 años.
Una de las áreas acondicionadas es un recreación en miniatura de los orígenes del barrio La Boca, llamado así por estar en desembocadura del riachuelo que forma el Río de la Plata. Aquella zona donde estaba el antiguo puerto que recibió a miles de migrantes.
En otra sala audiovisual en la que reposan esferas con pantallas Led se cuentan los días gloriosos del club, sus títulos locales e internacionales. También se exhiben en vitrales luminosos las copas que han ganado.
Los diseños de las camisetas que han vestido los jugadores a lo largo de su historia se exponen en una enorme pared. Esta parte del recorrido concluye con un túnel que muestra fotos a tamaño real de la plantilla actual. Desde allí se enlaza nuevamente al inicio del tour: la tienda de souvenirs, donde hay desde un llavero a 5 dólares hasta biberones con logos del equipo.
Bocados en el estadio
Los visitantes que compran un tour pueden acceder a un restaurante ubicado la parte alta del estadio, con ventanales que dan hacia la avenida en la que se levantan los comercios que asocian sus actividades a la marca de Boca Juniors.
Es un local decorado para los hinchas. Con banderines, camisetas, servilletas con el logo xeneize. En el lugar se venden desde los típicos panchos (una especie de hot-dog) hasta las milanesas, con opciones desde los 10 dólares.
En el mismo lugar hay un bar, futbolines y otra tienda de recuerdos. Todo marketeado para atraer a los futboleros, que incluyen este tour como uno de los sitios imperdibles de Buenos Aires. (D)
Horario de museo
-El museo atiende de 10:00 a 18:00. El tour en promedio dura una hora y media. Uno puede seguir por su cuenta la visita al museo.
-Para llegar al barrio la Boca se puede tomar un bus desde el centro de Buenos Aires. El día que lo visitamos tomamos la línea 29 que llega a toda la esquina de Caminito, a dos calles del estadio.
-El recorrido en bus desde el centro de Buenos Aires a Caminito toma una hora y el pasaje cuesta menos de $ 0,50.