30/04/2024

Pablo Trobbiani, DT de Liga de Portoviejo, aprendió varias lecciones de vida con Diego Maradona en el plantel de Boca Juniors de 1995

Jueves 26 de Noviembre del 2020

Pablo Trobbiani, DT de Liga de Portoviejo, aprendió varias lecciones de vida con Diego Maradona en el plantel de Boca Juniors de 1995

El recién nombrado entrenador de la Capira vivió un momento inesperado en un matrimonio donde había sido invitada la plantilla de Boca de 1995.

El recién nombrado entrenador de la Capira vivió un momento inesperado en un matrimonio donde había sido invitada la plantilla de Boca de 1995.

Portoviejo -

Diego Armando Maradona es una deidad para los argentinos. Una especie de Zeus en la mitología de los amantes del fútbol que creen que el “Diez” es inmortal, esto pese a que hoy millones en su patria y en el mundo lloran su desaparición pública.

El apellido Trobbiani es muy conocido. Marcelo jugó los últimos tres minutos de la final de México 1986, en donde Argentina se proclamó campeona del mundo tras vencer a Alemania 3 a 2. Fue el mundial de Diego, el del mejor gol de estos eventos futbolìsticos, también cuando Dios “le dio” una mano para vencer ese día al arquero inglés Peter Shilton.

El técnico de esa selección fue Carlos Salvador Bilardo, estratega que en 1995 volvió a dirigir a Diego en Boca Juniors, en lo que fue la última etapa de Maradona en el fútbol profesional.

Cosas del destino. Bilardo volvía a ser el técnico del nacido en Villa Fiorito, y también de un Trobbiani, pero ya no de Marcelo, ahora el nuevo jugador con este apellido que debía dirigir Carlos era el hijo del también exvolante de Barcelona Sporting Club, Pablo, quien recién había sido ascendido al equipo de primera en 1995, al igual que Juan Román Riquelme, Samuel Matellán o Fernando Navas.

“Creo que quizás sea un récord Guiness, mi padre y yo fuimos compañeros de Diego en distintas épocas, y luego nosotros tuvimos a Carlos Bilardo como técnico, también en distintas épocas”, explicó nostálgico Pablo.

Pero Diego no supo en los primeros diez días de la pretemporada de Boca Juniors en 1995, con cerquillo, pelo rubio, físicamente parecido a Fernando Redondo, era hijo de Kananka, como Maradona conoció a Marcelo Trobbiani.

“Recién había subido al equipo de primera, y yo no hablaba mucho, y él me empezaba a decir 'Flaco, aquí, flaquito, allá'. Después Diego se enteró que yo era hijo de su excompañero Marcelo, y como a mi papá le decían Kananka, a mí, de cariño, comenzó a decirme Kanankita; y como que me apadrinó como lo hicieron otros grandes, como Pepe Basualdo, Juan Verón, Killy González, Claudio Caniggia”, relataba consternado Pablo Trobbiani.

Y aunque nunca jugó un partido oficial al lado de Maradona, sí lo hizo en amistosos que el cuadro 'xeneine' tenía en poblados de Argentina. Y de ahí viene el primer recuerdo grato del “10” que tiene en su mente Pablo, hoy entrenador de Liga Deportiva Universitaria de Portoviejo.

Pablo recordó que tras varios amistosos en donde Boca ganaba y cumplía compromisos, Diego les habló a los directivos que, a los juveniles como él, como Riquelme o Matellán también se les tenía que reconocer premios, algo que en ese 1995 era quizás algo descabellado en el fútbol argentino.

De Maradona, Pablo narra con nostalgia, de cómo les hablaba con paciencia y les daba consejos, e incluso mostrarles los momentos duros que pasó él y que los jóvenes no debían emular; que Diego era el de los consejos, el de las charlas, el que absorbía la presión del rival, era el '10' que en el camerino agarraba una venda, una pelota de ping pong u otro elemento esférico para dominarlo sin ningún aspaviento.

“Acaparaba todo cuando estaba en el vestuario…yo nunca había visto algo igual”, reflexionaba Pablo sobre los recuerdos que tenía Diego del camerino.

Del dolor de la muerte de Maradona, Pablo solo recordó que el miércoles cuando a su padre le notificaron de su deceso, Marcelo, el excompañero de Diego en el Mundial de 1986, salió de la agencia bancaria donde cumplía un trámite para llorar en las afueras de ese banco. Consternado, Marcelo recordó esa amistad que aún se mantiene con otros excompañeros de aquel Mundial, el último que Argentina conquistó.

De la muestra de humildad de Diego, de inculcarles códigos, Pablo resalta la perseverancia de Maradona, de quien dijo se enojaba cuando hacían una fiesta y no iban todos los jugadores a disfrutar de ese encuentro.

De ahí viene otro recuerdo de Pablo. En un matrimonio donde había sido invitada la plantilla de Boca de 1995, un joven Pablo (de 18 años) tuvo la oportunidad de bailar con Claudia Villafañe, la exesposa de Diego.

“Estábamos todos bailando. Me mira Diego y de cariño me abraza y me regaló una corbata. Yo lo que hice fue agarrar un fibrón (resaltador), y le dije que me la firme, y ahora esa corbata la tengo de recuerdo en casa”, relataba Pablo mientras observaba las fotos de cuando entrenaba con Diego, una de ellas justo la noche en que Diego le dejó la corbata, un abrazo, una foto y un autógrafo.

¿Qué significa para un excompañero de Maradona su muerte?, Pablo dice que con él se fue un héroe para los argentinos.

“Nosotros pensábamos que nunca iba a pasar esto, porque habían sucedido un montón de cosas y siempre salía adelante, y esta vez no pasó así. Estamos tristes, pero -bueno- lo principal es que si Diego estaba mal ya dejó de sufrir y está con Dios”, resalta con nostalgia Pablo, uno de los jugadores que tuvo suerte de tener de compañero a la leyenda del fútbol mundial. (D)

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