Los buenos años de la Universidad San Martín ya quedaron en el pasado. Ya no hay más esas jornadas gloriosas en el torneo local y aquellos históricos partidos por Copa Libertadores ante los más pintados del Continente. ¿Recuerdan esos triunfos ante River Plate de Argentina, el partidazo ante el América de México, los triunfos en Colombia? Y lo más importante, los tres títulos nacionales conseguidos, además de haber sido siempre un club formador. Su mejor ejemplo: Christian Cueva.
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Los santos 'están en coma', en el fondo de la tabla del Torneo Clausura y también en la tabla principal, la del acumulado. No se ve la luz al final del túnel, pero todo esto a causa de la política deportiva que cambió en el club albo durante los últimos años y, además, el desinterés de los que manejan las decisiones deportivas quienes se abocaron más a temas fuera del club santo. Es decir, esto parece ser la crónica de una muerte anunciada.
Aquellos que están dentro de la San Martín, y que aún mantienen la esperanza de la salvación jugando la revalidación, consideran que hay situaciones inadmisibles que se han dado en este año complicado desde todo punto de vista. Primero porque se tuvieron que armar a las corridas, luego de la decisión tomada en escritorio de que el club santo debía volver a la primera división. Con esto, se volvió a tomar la determinación de que el presupuesto sería austero pero se daría pelea. Sin embargo, nada fue así. Los técnicos pasaron, los malos resultados continuaron, y a este mes de octubre la San Martín tiene cuatro puntos en el Clausura y 19 puntos en el acumulado con 22 partidos perdidos. Colero absoluto. Terrible campaña.
19 puntos de 93 posibles. Y a eso sumarle que tiene 74 goles en contra y es el tercer cuadro con menos goles a favor (solo 33). ¿Tiene cómo pelear la San Martín por salir de este momento crítico? Orlando Lavalle es el técnico tras la destitución de Víctor Rivera y desde que asumió las riendas el nuevo DT no hay mejoría. Intentó por todos lados replantear lo defensivo buscando un equilibrio, pero nada funcionó. ¿Y en ataque? Posibilidades, variantes, hay y muchos. Sin embargo, a Lavalle parece no interesarle tanto esto tomando decisiones alucinantes con un equipo que fecha a fecha se juega la vida. Un equipo como la San Martín, que necesita de manera urgente el gol, no apuesta por las cartas que tiene y cuando se les pone no son utilizados de la mejor forma.
Por ejemplo, llegó hace poco Sebastián la Torre buscando encontrar el gol pero el sistema y otros tmas parecen no ayudarlo. Josué Rodríguez, quien es una de las gratas apariciones del campeonato a pesar de la compleja situación del club albo, también aparece en el ataque pero nuevamente es un elemento desaprovechado. También está Jiries Salem que ha tenido poquísimas chances en el año pero que por biotipo (1.84 de estatura) y características de juego puede ser una opción de ayuda para su club. Por último, aparece el joven ecuatoriano Carlos Arroyo. Y a eso agregarle extremos con llegada y gol como Mauricio Matzuda y otros.
Sin embargo, ninguno de los mencionados termina siendo utilizados de una forma gravitante en bien de la San Martín, que se cuida más en que no le marcan pero se olvida del gol para buscar salvarse del descenso, algo muy complicado ya de lograr. Es así que la San Martín deberá buscar la heroíca y el gol en buen número en estas últimas fechas o descenderá a la Liga 2 para el 2023.