18/05/2024

DIEGO ARMANDO MARADONA DESPUES DE LA TORMENTA

Jueves 26 de Enero del 2017

DIEGO ARMANDO MARADONA DESPUES DE LA TORMENTA

-Los chicos, sobre todas las cosas. Confirmar que en nuestro país hay mucha droga y, contra lo que la mayoría piensa, a la vuelta de la esquina... La droga existe en todos lados y yo no quiero que la agarren los pibes. Tengo dos nenas y me pareció que era bueno decir todo esto, una obligación de padre...

-Los chicos, sobre todas las cosas. Confirmar que en nuestro país hay mucha droga y, contra lo que la mayoría piensa, a la vuelta de la esquina... La droga existe en todos lados y yo no quiero que la agarren los pibes. Tengo dos nenas y me pareció que era bueno decir todo esto, una obligación de padre...

Revista el Gráfico años 90

Qué te llevó a hablar?

-Los chicos, sobre todas las cosas. Confirmar que en nuestro país hay mucha droga y, contra lo que la mayoría piensa, a la vuelta de la esquina... La droga existe en todos lados y yo no quiero que la agarren los pibes. Tengo dos nenas y me pareció que era bueno decir todo esto, una obligación de padre...

-Eso está bien, ya lo dijiste a los cuatro vientos, pero ¿cómo actúa en vos? ¿Te estás sacando algo de encima?

-No, no me saco nada, ningún peso ni nada...

-Da la impresión de que es una terapia. Hablás para comprometerte con vos mismo...

-Hablarles a los chicos me tranquiliza, lo único. No me hace ni héroe ni nada. Si hubiese querido lucrar con esto, lo llamaba directamente a Menem: “Presidente, yo les hablo a los chicos, pero a cambio quiero un lugar dentro del Gobierno". No lo pretendo, para nada, al menos por hoy. Mañana querré ser el secretario de Deportes, seguramente...

-¿Ah, sí?

-Claro, sí, si me decido a largarme a la política, porque creo que hoy la Secretaría de Deportes no existe... El gordito Forneris no le puede ganar una carrera a Porcel, ¿de qué deporte estamos hablando? Por eso digo que no pretendo nada; sólo hablarles a los chicos y contarles mis experiencias negativas, horrorosas... A los grandes, nada. Ya está la palabra: grandes, grandes pelo... que saben lo que tienen que hacer, ¿entendés?

-Está bien, el tema era saber cómo actuaba todo esto en vos, si te servía para algo...

-Estoy como me ves: tranquilo, pensando que hago algo bueno. Y no quiero nada a cambio. Me gustaría que salieran a hablar los caretas, así los adorno...

-¿Quiénes son los famosos caretas?

-Muchos. Los de la administración anterior, por ejemplo. Los que usaron a Uby Sacco: porque lo usaron, lo ensuciaron, ¡y lo metieron en cana! Si hasta le hicieron hablar mal de mí... La represión, como método, no existe: la represión hace que te drogues más. Pero ojo: yo no participo de ninguna Interna política de las Secretarías estas, que la de la Provincia de Buenos Aires, que la de la Nación... ¿ Queda claro?: así como no cobro un sope, el día que me hagan una cama lo mando al frente a quien sea, llámese como se llame, Duhalde o Palito Ortega... Que sumen todos, que pongan. Pero si quieren ganar plata sacando a pibes de la droga, conmigo no van: yo, mi plata, me la gano jugando al fútbol. Lo voy a hablar con el Presidente y con Green: si me están haciendo una cama, al que sea, lo mando al frente hasta las pe... Que se sumen, que se sumen, pero que no pretendan sacar ventajas, porque todos tienen hijos...

-¿Esto tiene alguna relación con el fútbol? ¿O vos hablás únicamente de tu vida privada?

-Esto es muy clarito: yo nunca me drogué para jugar al fútbol, pero en el fútbol hay droga.

-¿Droga a qué nivel? ¿Social o deportivo?

-En todos los niveles, siempre... La droga para jugar, por ejemplo: antes te decían “tomate este Geniol” y vos te creías Superman. Siempre existió, yo no lo voy a negar, pero tampoco voy a salir a hacer una nota como la de este Avanzi, que es un cuatro de copas, para mandar al frente a la gente o para aumentar las consultas, que es peor... Porque cuando Avanzi jugaba... ¡dejá!, que no me rompan los h..., ¿por qué no decimos la verdad? Construí, háblales a los chicos, pero no para cobrar más caro tu consulta y ganar prestigio. Porque me dijeron que es un gran traumatólogo, pero para mí es el peor del mundo como tipo.

-Diego, estás tan metido con esto que da la impresión de que te olvidaste del fútbol, de que sos un jugador en actividad. ¿Lo sos todavía. no?

-Sí, seguramente. Estoy más metido con esto que con el fútbol, pero ojo: yo me voy a enchufar cuando vuelva a entrenar, cuando esté adentro de Boca... Yo me engancho mucho con esta historia, en definitiva, sé que en el fondo tiene relación con el fútbol, porque en algunos años terribles se drogaban hasta para entrenarse, ¿entendés? Pero la cocaína es otra cosa, por eso digo lo de Avanzi: la cocaína no te sirve para nada, la cocaína te nubla... Eso que dicen: “Se droga el viernes, así no sale en el control antidóping el día del partido” no existe. ¡Si te drogás el viernes, el domingo no podés levantar las piernas; dejá! Esta es la historia de siempre, de los que se quieren hacer los sheriffs y no saben tirar un tiro: no la vivieron.

-¿Cuándo sentiste vos que te perjudicaba para jugar al fútbol?

-No lo sentí tanto por mi físico, que evidentemente aguanta cualquier basura, pero terminé de desmoronarme cuando no me dejaron ir de Italia, en el ’91. Me bandeé, me fui para el otro lado, y la droga fue mi escape...

-¿Ese fue el peor momento?

-Sí, ése fue el peor momento de mi vida. Porque todos hablan de la droga y de toda la historia, pero muy pocos entienden por qué se llega a ciertas cosas. El presidente del Napoli, Corrado Ferlalno, me había prometido a mí, en Alemania, después de una charla de tres horas, que me dejaría ir al Olympique de Marsella, a un fútbol más tranquilo... Y después no me dejó Ir, no me cumplió, me c... Entonces me desmoroné, me encerré en la droga y... me dio positivo.

-Estamos hablando de marzo de 1991.

-Sí... Y me dio positivo... mira lo que te voy a decir ahora... me dio positivo casi a propósito.

-¿Cómo es eso?

-Así, a propósito, yo lo busqué. Fue como pegar un grito.

Y fue también la posibilidad de irme... Por eso, ahora, creo que lo hice a propósito.

-¿Y hoy? ¿La usarías para escaparte de algo, te serviría?

-No, la droga nunca sirve para nada. Porque primero empezás divirtiéndote, todo bien, y después es algo cagada infernal, que te aleja de tu familia, te aleja de todo... Y no ayuda: ni para el fútbol ni para nada.

-¿La señal para vos vino de parte de tus hijas?

-No, no. Aunque yo les tengo mucho miedo a Dalma y a Gianinna: cuando ellas miran televisión o leen o escuchan... Me da mucho miedo.

-¿Miedo a qué? ¿A quedar en evidencia? ¿A qué se enteren por otros lo que vos vivís?

—¡Claaaro! Porque yo sí quiero ser ejemplo efe ellas, porque siempre dije que los ejemplos son los padres, nadie más, y me aferró a eso. Ni Fito Páez, ni Charly García, ni Francesco- l¡, ni Maradona. Sólo los padres. Y ellas son mis hijas.

Insisto, Diego: sé que al lado de todo esto no es importante, pero seguís sin hablar de fútbol.

-Es que me gusta más hablar de esto. Y también de cómo se sale...

-¿Y cómo se sale?

-Con mucho amor, dándole para adelante... Seguramente con recaídas... Pero lo importante es vivir la mayor parte de la semana lúcido... Pero se sale, yo no creo que no se salga. No saldrán aquellos que no tienen el apoyo de sus padres, los que no tienen afecto, los que no tienen cariño...

-Gente que sabe mucho de esto, que ha estudiado, que no es careta ni hipócrita, dice que para salir de la droga son necesarios tratamientos muy rigurosos, que obligan hasta la internación, ¿por qué pensás que puede servir otro método, como éste que vos planteás?

-Yo creo que hay tratamientos válidos, pero no creo que la cura pase por la represión. Y, en algunos casos, internarse es una represión... Es como el padre ese que dice: “¡Andá y encerrate en tu cuarto!". Y en el cuarto es donde tiene la merca, y en el cuarto es donde se sigue drogando... Cuando el padre va a verlo, a preguntarle por qué se encerró, el pibe no le abre la puerta. Porque está recontradrogado, recontrazarpado, recontraduro... Entonces, ¿de qué sirvió la represión? ¿De qué sirve que lo metan preso? ¿Para que lo mate la ansiedad? En estos casos, la policía no sirve para nada; la policía sirve para los narcos, para eso están perfectos... El policía que agarra a un pibe zarpado lo tiene que llevar a un hospital, no lo tiene que meter en la cárcel.

-¿Vos te sentiste reprimido? Porque tenés la tendencia a esconderte, a desaparecer, aunque nadie te mande al cuarto, ¿no?

-No todos son Maradona. A mí me daba terror enfrentar a la gente.

-Y cuando llegaba la hora de exponerte públicamente, de salir a la cancha, ¿te atacaba la vergüenza, la culpa?

-Yo nunca fui a un programa zarpado ni salí a la cancha zarpado, jamás... No me gusta. Si entro a la cancha, es porque estoy bien. SI no, ni aparezco... Aparte, la lucidez -después de una semana en la que no me entrené o tomé cocaína- me permite darme cuenta de que, si no voy a entrar a la cancha para divertirme, mejor me quedo afuera. Y yo me divertí siempre en la cancha y me voy a seguir dividiendo.

-¿Sí? ¿Y todo será igual a partir de ahora? Porque es raro, seguís sin hablar de fútbol….

-Es raro, ¿no? Será que me gusta mucho este tema... Quiero contar, quiero que me pregunten los chicos, quiero decirles cómo es la historia.

-No soy un chico, pero te pregunto: ¿todo esto obliga a mirar con otros ojos el episodio del Mundial de los Estados Unidos?

-No, al contrario. La efedrina no es cocaína, vamos a decir de una vez por todas las cosas por su nombre. Viene bien esta pregunta. En ese análisis mío salló efedrina y fue por una equivocación, porque yo no la necesitaba. ¡Si corría doce kilómetros por día! Pero acá se habla sin saber: la efedrina, que apareció allí por un error, está autorizada en la mayoría de los deportes americanos; la cocaína, que no apareció allí porque no la había tomado, de todas maneras no te sirve para nada si querés jugar al fútbol, al contrario... Entonces, que nadie sospeche ahora del Mundial.

-Sigo: ¿alguna vez faltaste a un partido por la droga?

-No, nunca, nunca...

-¿Se puede pensar que algunas cosas que te pasaron este año, después de tu regreso al fútbol argentino, se relacionan con tus problemas, con este tema? La ausencia al partido contra Estudiantes, por ejemplo...

-No, no. No tienen chapa los que piensan eso.

Algo más: ¿la droga tuvo algo que ver en tu distanciamiento con Passarella o Ramón Díaz, por ejemplo?

-No tiene nada que ver eso, no tiene nada que ver... Somos hombres y, con droga o sin droga, podemos pelearnos a muerte por otras cosas. Creo que es una pregunta de mala leche, y no lo digo por vos: hombres como Bilardo y Menotti, que están lejos de las drogas, también se pelearon entre ellos sólo por ideas diferentes.

-¿Cuándo volvés a entrenarte con Boca?

-Y... Entre el 15 y el 20, no sé todavía... Vamos a ver si los traemos a hacer la pretemporada acá, a Punta del Este, je, je...

-Te hablo en serio, ¿pensaste en todo lo que pasó?

-No, mejor no pensar... Había gente que decía que el campeonato estaba arreglado para Boca y terminó ganándolo Vélez, entonces no se entiende... Ya está, ahora yo estoy para servirle a la hinchada de Boca.

-¿Y vos qué conclusiones sacaste?

-A los 35 años rompí todas las canchas, eso fue lo positivo.

-¿Y lo negativo?

-No ganamos el campeonato... Y sí algún jugador sufrió la presión, no puede jugar en Boca, que se vaya...

-En la revista hicimos una encuesta entre 100 periodistas de todo el país para elegir a los mejores del año: la ganaron Francescoli y vos, que no se quedaron con ningún título durante el ’95 y tienen 34 y 35 años. ¿Por qué se da eso?

-Porque nosotros sentimos el fútbol de otra manera, diferente a los pibes de hoy.

-¿Cómo es eso, de qué manera?

-Corriendo, también, pero sobre todas las cosas jugando. Hoy, quizás, los chicos quieren correr mucho más de lo que piensan... Nosotros lo hablamos muchas veces con Enzo: yo le contaba del Kili González y él de Gallardo. Seguramente ellos estaban desesperados por cumplirles a Boca y a River, pero no se daban cuenta de que primero tienen que respetarse ellos, jugando como jugaron siempre, y después correr...

-¿Y no se puede transmitir la vieja tendencia?

-Sí, sí, pero muchas veces todo se esconde detrás de la presión, como te dije antes. Y yo digo que presión tiene el tipo que se levanta a las cinco de la mañana para ir a laburar y ganar diez pesos que le permitan llevar algo de comer a la casa...  Presión no tenemos nosotros, que andamos en BMW o en  Mercedes Benz. Hasta que los pibes no se saquen esto de la cabeza, será  inútil que les hable Pelé, Maradona, Francescoli o Jairzinho.

-Bueno, te metiste con el fútbol, por fin. ¿Cómo vas a convivir con Bilardo, a quién querés como padre pero no como entrenador?

-Va a ser todo fenómeno, porque ya tiré las cartas sobre la mesa y todos entendieron las reglas del juego... Que quede claro: yo acepté a Bilardo como técnico por la hinchada de Boca. Ahora, que la hinchada de Boca esté atenta también: si Bilardo me llega a hacer algo, yo no soy de fierro.

-Es una amenaza.

-No, no, absolutamente, que no lo tomen así. Yo lo digo para que quede claro: si pasa algo, me voy a mi casa.

-¿Algo como qué..?

-Algo que salga de lo que ya hemos hablado y acordado. Nada Importante: sacarme de un partido cuando yo estoy jugando infiltrado o lesionado, parecido a lo de Sevilla, eso... Nada más... Pero Bilardo está bien, está bien, hablé cuatro o cinco veces con él... Está más loco que nunca, para qué vamos a negarlo: te lo dice la jermu, la hija, Claudia, hasta Macri... Pero él es así; si no, no sería Bilardo.

-Se supone que esa locura a la que vos te referís fue la que lo consagró: ganó todo.

-Claro, claro, seguro... Lo que pasa es que llega un momento en que a uno ya le rompe los h... Pero trataremos de convivir, de acuerdo con lo que la gente de Boca necesita. ¿Que no va a ser fácil? No fue fácil nunca... Pero puede ser el año de Boca, también.

-¿Y con Macri, cómo va la cosa?

-Con Macri muy bien. No me gustan ciertas declaraciones, eso sí... Resultan que salen en “Clarín” y él me llama antes por teléfono para decirme que no les dé bola, que no son ciertas... iPero salen! Yo, cuando digo algo, lo avalo con mi cuerpo. De todas maneras, creo que Mauricio puede ser un gran presidente si se pone en Berlusconi...

-¿Cómo es eso?

-Clarito: si se pone en Cartonero Báez, no va a ser un gran presidente. Y si sigue pensando que les tiene que dar explicaciones a los socios, bueno, yo le digo que ya ganó las elecciones, que se deje de joder... Y que las respuestas se las tiene que dar a él mismo y a toda la hinchada de Boca, porque los socios son sólo el 5 % de toda la hinchada. El se equivoca también cuando dice "Los empleados del club”; yo le contesto: no somos empleados, somos jugadores de fútbol. Que entienda, de una vez por todas, que esto no es SEVEL, que esto es distinto...

-Diego, lo extraño es que después vos te encontrás con él y se entienden, lo abrazás, te reís...

-Porque está todo bien, porque esto se puede hablar... Te repito: con el Cartonero estamos de primera.

-Cuando se encuentren, de una vez por todas, ¿le vas a pedir que te compre a alguien?

-Sí, a Trotta y a Basualdo. ¿Sabés cómo voy a empezar la charla, cuando se dé? Diciéndole: “Sacá el filo, loco... Sacá el filo, que vos tenés, si entre todos te vamos a pagar la autopista... Después te lo devolvemos...”

-¿Y si te explica que no se puede, que es una barbaridad lo que piden?

-¿Que no puede? Muy bien, hablo con el padre...

-¿Para que le preste plata?

-No, para que agarre la presidencia él.

-¿Y si no se diera, finalmente? ¿No aceptás otros nombres posibles?

-Me encantaría Rijkaard.

-Ya lo intentaron, pero el holandés no quiso.

-Voy a insistir, me haría un viaje hasta Europa para buscarlo.

-¿Y de acá?

-Es difícil, es difícil... No es que se haya jugado feo, pero acá todos corren más de lo que piensan. Físicamente, los jugadores están bárbaro, ¡pero no te tiran un centro atrás!

-¿Lo seguís queriendo a Caniggia como siempre?

-Yo creo que él tiene una gran oportunidad, como tenemos todos. Por eso pensé en llamarlo, para que viniera sí o sí, para que la aprovechara, porque puede ser la última... Yo digo que se la merece, pero depende de él si la quiere aceptar o no... ¿La verdad? Yo no me quiero meter otra vez; ya me metí en sus problemas familiares y alguien lo tomó a mal. Por eso no le contesté a su mujer; para mí, lo importante es Claudio Paul Caniggia y nadie más.

Diego, la última: siempre hubo alrededor tuyo directores técnicos, preparadores físicos, médicos, periodistas... ¿Quiénes sabían y te ayudaron y quiénes sabían y no hicieron nada?

-Es un problema personal: no quiero ni quise que me ayudara nadie. Tengo la suficiente valentía como para hablar y curarme... O tratar de curarme.

 

UNA ACTITUD VALIENTE

Diego Armando Maradona acaba de provocar una conmoción mundial con un valiente alegato sobre su adicción a la droga, documento exclusivo que enorgullece a la revista “GENTE” y a la empresa que nos cobija, la Editorial Atlántida S.A. El descarnado testimonio de Diego, cuya segunda parte se conocerá el jueves 11, no sólo agotó la edición del semanario, sino que tuvo una impresionante repercusión en las más diversas latitudes.

Pero detrás de este primer impacto de 1996, acaso esté oculto algo más importante: la decisión de Diego para luchar seriamente contra el flagelo y su afán por ofrecer generosamente su imagen para el Operativo Sol sin Droga, lanzado el domingo en Mar del Plata con su presencia y la del presidente Menem.

Según los expertos, un drogadicto empieza el camino de su curación recién cuando admite públicamente que lo es. Esto es lo que les ha regalado Diego a sus hijas, a sus padres, a quienes lo aman de verdad, a través de estas dos entrevistas concedidas a GENTE.

Maradona no dice que está curado, se arrepiente y pelea para lograrlo. El, su amor por los suyos y su fe en Dios pueden hacer el milagro. Que su corte de amanuenses no se interponga.


 

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