03/05/2024

Destruir escenarios deportivos, la actividad de ‘moda’ en Guayaquil

Domingo 09 de Febrero del 2020

Destruir escenarios deportivos, la actividad de ‘moda’ en Guayaquil

Fedeguayas avaló que inmuebles que descuidó fueran derrumbados por el gobierno pasado.

Fedeguayas avaló que inmuebles que descuidó fueran derrumbados por el gobierno pasado.

La condición de Guayas como potencia deportiva casi invencible es cada vez más lejana en el tiempo. Algunos han olvidado esas épocas de gloria, otros –los más jóvenes– no disfrutaron de una era dorada que, en el caso de muchas disciplinas, parece casi prehistórica. El grito de aliento de ¡Fuerza, Guayas, fuerza!, que intimidaba a los rivales, dejó de retumbar en los escenarios porteños.

Como hojas arrastradas por un vendaval se fueron, para no volver, los memorables y añorados torneos de mayores de básquet, béisbol y boxeo. Certámenes que hasta mediados de la década de los años 80 generaban asistencias masivas a los coliseos Voltaire Paladines –en desuso–, al original Abel Jiménez Parra –demolido–, al gimnasio César Salazar Navas –derrumbado– y al Yeyo Úraga –abandonado–.

En octubre del 2016 cuando era demolido el coliseo Abel Jiménez Parra.

Cuando uno se acercaba a la piscina Olímpica era clásico escuchar, a cuadras de distancia, la ruidosa algarabía de barras colegiales, de clubes o de selecciones provinciales y sus voces de apoyo. Ocurría en las finales que se nadaban en festivas jornadas nocturnas. Ahora, el inmueble de la calle José Mascote está silencioso, en penumbra y con una fachada sucia.

Un día cumplieron su ciclo vital los dirigentes ilustres que erigieron la grandeza de Guayas –conseguida sin necesidad de la promulgación de la Ley del Deporte del correato, sin la existencia de ministerios o secretarías del ramo, y sin presidentes federativos surgidos de las entrañas del gobierno de turno– y así empezó la debacle del deporte albiceleste.

A la Federación Deportiva del Guayas llegó gente que hizo del culto a la personalidad (propia) una marca registrada; sus nombres están eternizados en varios escenarios. Iniciaron la etapa de pulverización del estadio Modelo Alberto Spencer y del coliseo Voltaire Paladines Polo hasta inutilizarlos. Los alquilaron para actos políticos o religiosos y para conciertos musicales sin mantenerlos responsablemente.

Daños similares sufrió el complejo de Los Cuatro Mosqueteros. Y hasta se construyó un coliseo de deportes de combate (el llamado Monstruo Naranja) sin observar especificaciones técnicas y dos décadas después aún no ha sido estrenado.

Y luego vino la ‘Nueva Era’ con Pierina Correa a la cabeza. El grado de devastación de las instalaciones regentadas por Fedeguayas alcanzó niveles terroríficos. La Secretaría del Deporte intervino a la Federación y Correa y su directorio fueron destituidos por atentar contra el patrimonio construido con dinero del Estado. Sin embargo, un año después los interventores no tienen informes que finquen responsabilidades y la Secretaría no ha mejorado ni reparado piscinas, estadios, coliseos, ni pistas atléticas.

Pero antes de irse de la FDG Pierina Correa –versión ‘corregida y aumentada’ en cuanto a la capacidad de lastimar al deporte, respecto a otras administraciones– sentenció a muerte a escenarios tradicionales. Puso de ‘moda’ borrar de la faz de la tierra instalaciones emblemáticas de la urbe (bajo las modalidades de demolición o abandono).

El 7 de septiembre de 2016 Fedeguayas simuló realizar una asamblea que duró hasta las 22:00. Hubo discursos, alegatos y una votación. A Rafael Correa, presidente de la República, se le ocurrió demoler el estadio Ramón Unamuno, el Abel Jiménez Parra y el gimnasio César Salazar Navas para hacer un parque ahora circundado por las calles Capitán Nájera, Los Ríos y Cuenca.

Pero ante protestas de varios sectores Correa dijo, el mismo día de la asamblea de FDG, que daría marcha atrás “inmediatamente” al derribo si su proyecto provocaba tanta discusión. Nueve horas más tarde un piquete de obreros desmontaba las gradas del Unamuno y derrumbaba sus paredes. ¿En qué momento Pierina Correa comunicó la decisión al Gobierno? Todo estaba decidido antes de la ‘asamblea’. En ese estadio, que ya no existe, se enfrentaron por primera vez en la historia Barcelona y Emelec, en 1943.

En enero del 2018 el Municipio de Guayaquil demolió la añeja piscina del Malecón, olvidada por décadas, para levantar una estación de la Aerovía. Ahora el turno de desaparecer sería del complejo mundialista del Centro Cívico. Tiene un lustro castigado por la Secretaría del Deporte, que librada de esa molestia ahora podrá enfocarse en ‘organizar’ la Copa del Mundo de la FIFA del 2030.

La piscina municipal que fue demolida en el 2018.

La obra, edificada por el Banco Central –con dinero del Estado– para la alta competencia y la enseñanza de la natación, sería degradada a parque acuático. ¿Seguirá la ‘moda’ de destruir escenarios deportivos de la ciudad? (D)

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