Desde hace unos años, septiembre trae consigo una de las luchas más encarnizadas de la industria de los videojuegos: FIFA vs. PES. Los juegos de EA Sports y Konami pugnan por imponerse como el mejor simulador de fútbol, y una de las formas de atraer a seguidores es a través de las demos de turno. La semana pasada compartí mis impresiones de la demo de PES 2018, hoy toca hacer lo propio con la de FIFA 18.
La demo de FIFA 18 es bastante amplia. Tenemos 13 clubes para poder disputar partidos amistosos: Manchester United (Inglaterra), Manchester City (Inglaterra), Chelsea (Inglaterra), Real Madrid (España), Atlético de Madrid (España), Juventus (Italia), Bayern Munich (Alemania), Paris Saint-Germain (Francia), LA Galaxy (Estados Unidos), Toronto FC (Canadá), Boca Juniors (Argentina), Guadalajara (México) y Vissel Kobe (Japón). Lo mejor es que todas las plantillas están actualizadas (sí, Neymar sale en el PSG).
Pero también tenemos la posibilidad de jugar el primer capítulo de The Journey, el modo campaña de FIFA 18. Acá seguimos la historia de Alex Hunter -iniciada en FIFA 17-, un futbolista ficticio que viene desde abajo hasta tener la oportunidad de fichar por un club importante. Si han visto la película Goal! y sus secuelas, creo que sentirán muy familiar esta historia.
Esta modalidad es bastante interesante y saludo su inclusión en un juego de fútbol, ya que es una suerte de vuelta a la tuerca a un género encasillado por años. Acá se intercalan partidos y secuencias cinemáticas que intentan contar una historia. Tendremos la posibilidad de interactuar en diálogos y dentro del campo tendremos que cumplir parámetros para hacernos notar.
Por ejemplo, en la demo, estamos en la banca de suplentes y la hinchada está molesta porque saben que Hunter cambiará de club. Para colmo, vamos perdiendo 0-3, y el técnico nos pone para intentar salvar la situación. Podemos jugarnos el partido de nuestras vidas y remontar, dejando un buen recuerdo en los hinchas. O simplemente perder la oportunidad y ser odiado por los aficionados.
A nivel gráfico, se ve que el motor Frostbite 3 se ha asentado, mostrando geniales animaciones faciales (no de todos los futbolistas, lamentablemente), una excelente representación del ambiente del estadio y una iluminación soberbia. Las tribunas se ven ‘vivas’, si cabe la expresión. De hecho, cuando hay una anotación, ahora se puede ver como la masa humana se desplaza hacia debajo, a fin de sumarse a la celebración con los jugadores.
En cuando a la jugabilidad, sí creo que estamos ante una entrega harto conservadora. El juego se siente más pausado que el FIFA 17, teniendo que mover el balón, hilvanando jugadas hasta que aparezca una opción de gol. Las estrellas son las llamadas a marcar la diferencia con alguna genialidad, pero en la mayor parte del juego es el equipo el que debe trabajar para lograr el objetivo: realismo puro y duro.
La inteligencia artificial de aliados y rivales está muy bien lograda, y en las horas que jugué no me topé con algún error garrafal de los arqueros. No obstante, sí creo que anotar es muy sencillo. Los mano a mano son casi un gol seguro, claro, si es que conoces los comandos adecuados. He visto pocas novedades remarcables, salvo la posibilidad de realizar cambios en tiempo real gracias a recomendaciones que nos aparecen en pleno partido (que las podemos programar antes de comenzar las acciones). Esto agiliza mucho las acciones, ya que no tenemos que poner pausa para hacer algún cambio.
Sacar conclusiones de una demo es complicado. Arriesgado, diría yo. Pero siento que FIFA 18 será una entrega conservadora. El buen nivel se mantiene, de eso no quepan dudas, pero ya la competencia acortó las distancias y tiene un producto que los mira de igual a igual. Sin duda, este año la pugna por el mejor juego de fútbol está que quema.
Cuénteme, ¿jugaron la demo de FIFA 18?, ¿qué opinan?, ¿lo comprarán?