Hace pocas horas el fútbol guayaquileño despidió a Víctor Manuel Garzón, al que llamaban Trompito, uno de los sobrevivientes del inicio del profesionalismo porteño. Estuvo en el Panamá desde 1948 y en 1950 –año de la fundación de la Asociación de Fútbol del Guayas– pasó al Everest, en el que formó una línea media que se hacía respetar por clase y por su dureza: Víctor Garzón y su hermano Carlos y Hugo Salvaje Hidalgo, o Federico Colorado Valdivieso.
Ayer la cosecha de muerte –abundante en este 2017 que termina– nos trae la noticia del deceso de Roberto Pibe Ortega, el alero izquierdo de Los Cinco Reyes Magos de Emelec de los años 60. Estuvo desde 1958 en Liga de Quito, pero dejaba atrás una estela triunfal que empezó en Independiente de Avellaneda, Sporting de Barranquilla, en el que fue compañero de nuestro Jorge Chompi Henriques, Deportivo Cali e Independiente Santa Fe, durante El Dorado colombiano.
En 1953 se fue al club paulista Portuguesa de Deportes, Brasil, en el que el Pibe Ortega deslumbró a tal punto de ser contratado por la Fiorentina, equipo en el que jugó al lado de los famosos Julinho (brasileño) y Miguel Ángel Montuori (argentino). Un sonado romance con una bella actriz italiana (Rossana Podestá) hizo que el técnico le diera pocas oportunidades, aparte de una reglamentación que ordenaba que solo dos extranjeros estuvieran en cancha.
El recordado Fernando Paternoster lo presentó en 1958 a los dirigentes de Liga (Q), cuando el Pibe jugaba en Independiente Medellín que hacía una gira por nuestro país. En 1959 reforzó a Barcelona en el cuadrangular por la inauguración del estadio Modelo y jugó al lado de Alberto Spencer. Fue Ortega quien llevó a Spencer el mensaje del entrenador uruguayo Hugo Bagnulo de que Peñarol estaba interesado en su pase. El anconeño no creyó al principio, pero se dejó convencer y con el Pibe fue hasta las gradas del Modelo, donde conversó con Bagnulo y empezó la gran historia de Cabeza Mágica.
En 1962 su amigo José Vicente Loco Balseca le transmitió al Pibe el interés del Marqués Paternoster para llevarlo a filas eléctricas. Nació entonces la leyenda eterna de Los Cinco Reyes Magos, una delantera que combinaba estética, arte y eficacia con Balseca y Jorge Bolaños en el ala derecha, el incomparable goleador Carlos Alberto Raffo en el centro, y Enrique Maestrito Raymondi y el Pibe Ortega en la izquierda.
Campeón en Colombia e Italia
No fueron felices sus últimos años, pero en la memoria de los aficionados a nuestro fútbol quedó la imagen del gran jugador que fue el Pibe Ortega (nacido el 30 de abril de 1932) , campeón con Liga de Quito, Emelec (de Asoguayas en 1962), Deportivo Independiente Medellín (en 1957) y Fiorentina de Italia. Quienes fueron sus compañeros y quienes fuimos sus amigos recordaremos al Pibe siempre como un hombre noble, sencillo a quien nunca confundió la fama, aunque muy poco lo premió la vida.
Hace muchos años que las publicitadas contrataciones extranjeras no igualan la clase de Roberto Pibe Ortega, a quien hoy dejarán en “la ciudad blanca de la que no se vuelve”. (D)