Aunque la renovación de Mesut Özil se anunciaba el jueves que ya era el mes de febrero, se acordó en enero y por tanto podemos considerarla como otra exitosa operación invernal del Arsenal. El alemán será el mejor pagado de la plantilla con 20 M€ anuales pero a cambio permanecerá como líder del proyecto de Arsène Wenger.
Un proyecto que, dicho sea de paso, amenazaba hace no mucho con saltar por los aires debido a la situación contractual del ya citado ex del Real Madrid y del flamante fichaje del Manchester United, Alexis Sánchez. El chileno no dejó ni un euro en el Emirates Stadium pero sí la posibilidad de contar con otro refuerzo de lujo como Henrikh Mkhitaryan, extremo armenio que a priori debe adaptarse bien a los esquemas del entrenador alsaciano.
El lugar del Niño Maravilla lo ha ocupado Piere-Emerick Aubameyang, fichado al Borussia de Dortmund por casi 68 M€. Una ganga si vemos cómo está el mercado y si recordamos que los germanos ingresaron hace no mucho el doble por un Ousmane Dembélé que no tenía ni de lejos el mismo peso ofensivo del gabonés en su escuadra. Ver para creer. Ah cierto, también llegó el joven defensa griego Konstantinos Mavropanos (20 años) por 2 M€. En su caso, el tiempo dirá si la apuesta fue acertada.
Aunque con estos mimbres, lo que más sorprende en este mercado estival es que la entidad londinense sacara un balance positivo de 3 M€ tras haber realizado otras ventas interesantes. Theo Walcott al Everton, Olivier Giroud al Chelsea, Francis Coquelin al Valencia o Mathieu Debuchy, que se fue libre al Saint-Étienne, aligeraron la plantilla de Arsène Wenger de peso innecesario.