25/04/2024

Jorge Barraza: En Willian se explica el favoritismo de Brasil

Jueves 22 de Febrero del 2018

Jorge Barraza: En Willian se explica el favoritismo de Brasil

La moraleja del Chelsea 1, Barcelona 1 no es Messi, es Willian, el excelente extremo o volante por afuera del club londinense. Fue más figura que Leo. Hizo un partido espléndido, un gol geométricamente fabuloso.

La moraleja del Chelsea 1, Barcelona 1 no es Messi, es Willian, el excelente extremo o volante por afuera del club londinense. Fue más figura que Leo. Hizo un partido espléndido, un gol geométricamente fabuloso.

Lionel Messi hizo lo de siempre: diez o doce controles deliciosos, varios pases magistrales, como de costumbre tomó decisiones perfectas, puso una bola genial a la cabeza de Paulinho para que hiciera gol (cabeceó desviado de frente al arco) y, cuando tuvo una, una solita para él, la mandó a la red con precisión de relojero. Gol de los que sirven, no de los que abultan. Pero la moraleja del Chelsea 1, Barcelona 1 no es Messi, es Willian, el excelente extremo o volante por afuera del club londinense.

Fue más figura que Leo. Hizo un partido espléndido, un gol geométricamente fabuloso, mandó dos balazos que estremecieron los palos de Ter Stegen y lideró junto con el belga Eden Hazard algunos contraataques que generaron pánico en el barcelonismo, como los que encabeza a veces, cuando juega, en Brasil con Neymar, Coutinho, Gabriel Jesús o Renato Augusto. Willian es la técnica en velocidad más el disparo.

Tiene el sello brasileño en el orillo, o sea, el bagaje más la chispa y ese plus de gracia y elegancia de los futbolistas que nacen en la patria de Jorge Amado. Es un brasileño en el arranque electrizante, en la pegada, en el dominio del balón y también en la espectacularidad y en el sentido ofensivo que imprime a todas sus maniobras.

Contar un gol hoy en la era de la imagen parece anacrónico, pero este gol se cuenta: ni siquiera era una situación peligrosa, Willian recibió fuera del área y fuera del marco de la portería, se sacó un marcador de encima abriendo la bola hacia su derecha y, como le quedaba por delante un bosque de piernas y el arquero, le pegó rasante y con rosca por fuera, para que no pegue en nadie. La pelota parecía irse desviada, pero fue doblando y se le coló al meta alemán justo al lado de su palo izquierdo, bien abajo, lo que los veteranos definieron como “la ratonera”. La puso ahí, en la casita de Jerry. Solo ese gol justificó ver el partido.

Tan bien lució que dejó flotando una sensación: ¡cómo será el poderío de Brasil que Willian es suplente en su selección…! El paulista de 29 años apenas jugó la Eliminatoria. En varios encuentros no pasó del banco, en otros ingresó unos minutitos al final, en algunos ni fue convocado. Luego se lo ve en un partido de máxima exigencia en Champions y deslumbra, incluso más que Hazard, una de las perlas más codiciadas de Europa. Sucede que Brasil dispone de tantas individualidades brillantes hoy que el técnico puede escoger a otros. Adenor Bacchi (Tite) acaba de dar una lista de 15 confirmados para el Mundial de Rusia. Son los once titulares de la Eliminatoria (Alisson; Dani Alves, Marquinhos, Miranda, Marcelo; Paulinho, Casemiro, Renato Augusto; Coutinho, Gabriel Jesús, Neymar). A ellos les sumó los primeros cuatro sustitutos habituales: Thiago Silva (perdió capitanía y titularidad), Fernandinho, Willian y Firmino.

“Esa parte de la lista está cerrada. Cerrada en nombres con una situaçión consistente en sus clubes y que, dentro de la Selección, ya están confirmados, afirmados y jugando bien”, reconoció Tite sin misterios. Quedan ocho lugares y los candidatos son dos arqueros (Cassio, Fabio o Marcelo Grohe), dos laterales (Danilo, del Manchester City y Filipe Luis del Atlético de Madrid, o Alex Sandro de la Juventus), tres hombres de Gremio: Geromel (zaguero), Arthur (armador) y Luan (atacante), y un puntero de raya: Douglas Costa (Juventus).

El FC Barcelona la pasó mal en Londres, y como siempre que se ve en aprietos serios, no puede hacer cambios porque su banco es poco serio: André Gomes, Vermaelen, Digné, Aleix Vidal, Denis Suárez, Dembelé… Es decir, ninguna alternativa que garantice poder entrar y dar un vuelco en la ofensiva del equipo. Como le pasa “curiosamente” en los últimos años, gasta 150 o 200 millones de dólares por temporada y carece de recambio porque compra mal. Son los mismos mohicanos (Messi, Iniesta, Busquets, Piqué) quienes deben sostener los resultados o conseguirlos. Le preguntaron en la conferencia de prensa posterior a Ernesto Valverde por qué no recurrió a Dembelé, cuyo fichaje insumió 140 millones de dólares, y el técnico fue enfático: “No era un partido para hacer experimentos”. A un refuerzo de 140 millones lo definió como un experimento. Porque, de momento, de Dembelé no puede decirse ni que es malo, es indescifrable.

Tite no tiene esa dificultad; si el equipo no le está respondiendo, mira el banquillo y tiene a Geromel (zaguerazo, firme, saca todo de alto), Willian, Arthur (tremendo crack, un 8 de similitud con Xavi Hernández), un goleador exquisito como Luan, o un punta que abre la cancha, desborda y tira centros con veneno como Douglas Costa. O Firmino, que está teniendo una temporada buenísima en el Liverpool, la mejor suya en Europa, haciendo una dupla explosiva con Mohamed Salah. Incluso un eficiente medio de contención como Fernandinho. Muchas variantes, todas de alta calidad. Y además Brasil tiene en el banco a Tite, un conductor sereno, de armonioso manejo de grupo y un estratega lúcido. Lo confirma su trayectoria: está toda empapada de éxitos. No tiene un fracaso.

“El fútbol es colectivo, pero, el mejor sistema táctico es el que reúne más talento individual”, dice Tostao en su columna del miércoles en Folha de Sao Paulo. Es justamente lo que le sobra a Brasil. En Argentina esperan (y exigen) que Messi por sí solo supere a los once titulares brasileños. Y al banco también. No es posible. Por eso Argentina, al menos hasta ahora, no deja de ser una selección tradicional con un genio adentro. Brasil es un equipo de cracks.

No debe escapar al análisis el atlético biotipo físico del brasileño, del cual Willian es paradigma. Fibroso, veloz, ágil, con unas arrancadas espectaculares: pique, freno, enganche, amague, nuevo pique…

Nos preguntaron esta semana en Guayaquil, durante un seminario que compartimos con Hernán Darío Bolillo Gómez: ¿recuperará por fin Sudamérica el título mundial…? Apostamos todo a que sí, justamente por Brasil. Si el fútbol tiene algo de lógica (y tiene) debe ser difícil que se le escape. (O)

Ver noticia en El Universo

Temas Relacionados: