19/04/2024

Jorge Barraza: Delfín destapó el malhumor del fútbol chileno

Miercoles 11 de Abril del 2018

Jorge Barraza: Delfín destapó el malhumor del fútbol chileno

“El campeonato chileno, el peor junto al de Venezuela, es de los que menos pagan y, por tanto, su opción de fichar buenos refuerzos foráneos es escasa o nula…”, dice el periodista Fernando Solabarrieta.

“El campeonato chileno, el peor junto al de Venezuela, es de los que menos pagan y, por tanto, su opción de fichar buenos refuerzos foráneos es escasa o nula…”, dice el periodista Fernando Solabarrieta.

‘La hora del fin’, tituló el diario La Tercera, de Santiago; un juego de palabras con un tinte dramático para la derrota de Colo Colo en su casa 0-2 ante el subcampeón ecuatoriano y debutante en Libertadores, el guerrero Delfín de Manta. Fue el golpe de gracia para que toda la afición chilena, el periodismo y el ambiente estallaran por la resaca de un fútbol que apenas dos años antes celebró ruidosamente el bicampeonato de Copa América (nada menos que ante su odiada Argentina).

“Un batacazo extraordinario para Delfín. Un desastre sin nombre para Colo Colo. La derrota de los albos ante el débil cuadro ecuatoriano entra en el grupo de las caídas más espantosas que se recuerden en el último tiempo para el vilipendiado fútbol chileno. Fue un 0-2 histórico, para mal”, comenzó su artículo Carlos Tapia bajo el titular mencionado al inicio.

Colo Colo, la nave capitana del fútbol chileno de clubes, hace dos años que no gana un partido de Libertadores. Su única conquista copera data de 1991 (27 años), pero en los últimos tiempos ha sumado un fracaso más estrepitoso que el otro. Desde 2007, en las últimas doce ediciones, en siete fue eliminado en la fase de grupos, en tres no participó, en 2017 cayó en la instancia previa (llamada repechaje) y en la actual lleva un punto en tres partidos.

A casi todos los equipos chilenos les ha ido igual o incluso peor que al Cacique en las últimas décadas en el máximo torneo continental. La excepción es Universidad de Chile, que al menos llegó dos veces a semifinales, en 2010 y 2012 (con Gerardo Pelusso primero, con Jorge Sampaoli después).

“Otra vez un triste protagonismo del fútbol nacional. Como tantas otras veces, los nuestros se quedaron en la antesala”, escribió el periodista Fernando Solabarrieta. “Wanderers y la Universidad de Concepción no hicieron más que ratificar el pobre momento que vive el fútbol chileno a nivel internacional. Triste, frustrante, lapidario”, agregaba en su nota del 22 de febrero, cuando ya esos dos equipos estaban eliminados. “En el fútbol sudamericano nos estamos quedando cada vez más atrás, incluso en remuneraciones y contratos. El campeonato chileno, señalado como el peor junto al de Venezuela, también es de los que menos pagan y, por tanto, su opción de reclutar buenos refuerzos extranjeros es escasa o nula… La Copa Libertadores comenzó de la misma lamentable forma que hace más de una década. Derrotas, goleadas en contra y solo frustraciones”, remarca Solabarrieta, también figura de Fox Sports Chile.

No obstante las permanentes debacles, en octubre de 2016 la Conmebol anunció que le daba un cupo más a Chile en la Libertadores y lo explicaba en un comunicado: “Esta asignación fue definida de forma unánime por el Consejo Ejecutivo con base en un análisis técnico, se contemplaron criterios comerciales y deportivos, incluyendo el número de equipos representados relativo a la población total y el tamaño del mercado, entre otras”.

Una decisión muy extraña y sugestiva. Deportivamente no tenía ningún mérito. Como mercado, Chile es el sexto país en número de habitantes, a mucha distancia de Brasil, Colombia, Argentina, Perú y Venezuela. Ninguna empresa chilena patrocina la Copa Libertadores. Y la media de público en los partidos coperos de los representantes chilenos ni siquiera supera a la de Uruguay, país con 3,4 millones de población. Por eso tiene los estadios más pequeños del continente, va poca gente al fútbol. Era exactamente al revés de lo que rezaba el comunicado: no se justificaba en ninguno de los aspectos mencionados. Dos meses más tarde, en otra reunión, revió la medida y se concedió un cupo más, pero a los diez países (2 a Brasil). Sergio Vargas, exarquero argentino que fue ídolo de la ‘U’ de Chile (de breve paso por Emelec), apuntó a los pobres fichajes: “El nivel de refuerzos que están viniendo no es el más idóneo”. Otro exfutbolista y también comentarista, Miguel Ángel Gamboa, enfocó el mal momento por otro lado: “Chile sigue siendo un país poco futbolizado, uno ve los cadetes y cada día son más malos”.

La opinión generalizada responsabiliza al ruidoso fracaso del Fútbol S.A., un modelo empresarial que comenzó en el 2000 con el club Magallanes y se extendió luego a todas las instituciones. Estas ya no son de los socios sino de propietarios particulares. Por eso los hinchas rivales denominan despectivamente a Colo Colo como “Blanco y Negro”, nombre de la sociedad anónima que posee sus acciones. Las críticas señalan que a los dueños no les importa formar jugadores ni armar buenos equipos: “Solo les interesan los dineros que deja el Canal del Fútbol (propiedad de la asociación)”, dicen. Y si hay un jugador vendible con el que puedan hacer caja, adelante, pues. “Las sociedades anónimas han provocado la destrucción del fútbol chileno”, resume Franco Altamirano, periodista y presidente del Club Newen Obrero. El fracaso de este sistema es admitido por una amplia mayoría y ya hay un proyecto en el Congreso para cambiarlo.

La insatisfacción mayoritaria genera baja concurrencia a los estadios. En la jornada del domingo 1 de abril se vendieron 59.128 entradas en los 8 partidos, a un promedio de 7.391 por encuentro. Y eso por Colo Colo, la ‘U’ de Chile y, en menor medida, Universidad Católica. En los partidos en los que ellos no juegan hay asistencias de 1.000, 2.000 y 3.000 espectadores.

Todo este combo de derrotas coperas, malhumor y decaimiento del medio lo tapaba la Selección con su excelente generación encabezada por Arturo Vidal y Alexis Sánchez, que le dio al país dos clasificaciones mundialistas y dos copas América, éxitos que Chile nunca había disfrutado. Además, enorgulleció al hincha por su buen fútbol y su personalidad. Pero, insólitamente, cuando parecía la mejor de las selecciones, quedó fuera de Rusia 2018 y la realidad descorrió el velo. Ver el Mundial por TV va a ser duro para el aficionado chileno. La preocupación de los analistas es que esta camada de oro ya está grande.

Cuando llegue la siguiente Eliminatoria, muchos estarán en bajada o directamente fuera de la Roja. Claudio Bravo y Jorge Valdivia tendrán 36 años, Gonzalo Jara 35, Marcelo Díaz 34, Arturo Vidal 33, Mauricio Isla y Gary Medel 32, Charles Aránguiz y Alexis Sánchez 31, Eduardo Vargas 30… Y detrás no se advierten figuras jóvenes. Las generaciones brillantes se dan cada tanto. Reinaldo Rueda ya está trabajando sobre la renovación. No le será fácil encontrar perlas de gran tamaño, los cracks no se fabrican, aparecen.

Las alarmas en torno a la Roja son: el grado de soberbia del grupo –le costó el Mundial–, la grave pelea entre Bravo y Vidal, que generó una división interna, y el bajo nivel de algunos referentes. Uno de ellos, El Alexis, como le llama todo el país. Sánchez es el futbolista con mayor salario de Inglaterra, pero aún no ha rendido en el Manchester United, que pagó 40 millones de euros más el pase del armenio Mkhitarian. Y eso solo por tenerlo seis meses antes de que venciera su contrato. Si esperaba a junio le salía gratis. Pero el juego rocoso y mezquino de José Mourinho no le ha permitido brillar y solo ha marcado dos goles en doce partidos, aunque mejoró en el último clásico ante el City. Pero se espera mucho más de él. (O)

Colo Colo hace dos años que no gana un partido de Libertadores. Su única conquista copera data de 1991. Desde 2007, en las últimas doce ediciones, en siete fue eliminado en la fase de grupos.

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