26/04/2024

Liga de Campeones | El Liverpool se cita con el Real Madrid en Kiev

Miercoles 02 de Mayo del 2018

Liga de Campeones | El Liverpool se cita con el Real Madrid en Kiev

Roma ha sido de nuevo talismán para el Liverpool. Después de ganar en la ciudad eterna dos de sus 5 Copas de Europa, los reds han sacado hoy su billete para Kiev, donde se medirán al Real Madrid. Se repite por tanto la final de 1981, la última que (...)

Roma ha sido de nuevo talismán para el Liverpool. Después de ganar en la ciudad eterna dos de sus 5 Copas de Europa, los reds han sacado hoy su billete para Kiev, donde se medirán al Real Madrid. Se repite por tanto la final de 1981, la última que (...)

El 5-2 del partido de ida era un resultado tan contundente como engañoso viendo los precedentes de este encuentro. El Liverpool desplegó en Anfield hace una semana todo su gran arsenal ofensivo, firmando un partido espectacular y muy vistoso. Pero la Roma ya había remontado un resultado similar al FC Barcelona (3-0), algo que estaba muy presente entre su hinchada, que llenó esta noche el Stadio Olímpico de la capital de Italia. No era para menos, se jugaba el segundo billete para una final de Kiev en la que ya estaba el Real Madrid después de que anoche los blancos obtuvieran el pase ante el Bayern Múnich. Un encuentro lleno además de alicientes, con los ingleses volviendo a la ciudad en la que lograron su primera Copa de Europa (1977) y también la de 1984, precisamente ante los giallorossi.

Con ese calor de sus aficionados, y con una apuesta más que ofensiva por parte de Eusebio Di Francesco, que volvió a la defensa de cuatro hombres, la Roma comenzó demostrando desde el principio sus intenciones ofensivas. Nada más sacar de centro buscó el primer balón largo para sus delanteros, El Shaarawy, Edin Dzeko y Patrik Schick. Los primeros minutos fueron un torbellino giallorosso, que sin embargo se vio acallado en la primera ocasión de los reds. Una pérdida grosera de Radja Nainggolan en el centro del campo propició una clara contra, conducida de forma magistral por Roberto Firmino y finalizada por Sadio Mané con gran acierto. El senegalés llevaría toda la primera parte un gran peligro por banda izquierda, igual que el brasileño, que encajado como falso 9 dio constantes quebraderos de cabeza a una defensa de la Roma con serios problemas. Sus laterales, como es lógico por el resultado, anduvieron más pendientes de atacar y tampoco Daniele De Rossi estuvo especialmente expeditivo en la anticipación. Tras ese primer gol, Radja Nainggolan quiso redimirse con un disparo lejano y Mohamed Salah tuvo su única ocasión del primer acto, desbaratada por Alisson.

Sin embargo, el sueño permanecería vivo un poco más para los transalpinos, gracias a un autogol de James Milner tras un despeje desastroso de Dejan Lovren. Una diana entre cómica y desafortunada, más propia de algún fallo de videojuego que de la realidad. Como en la ida, la zaga de los reds dio gran sensación de vulnerabilidad, algo de lo que sin duda alguna habrán tomado nota en el Real Madrid. Aunque con el paso de los minutos, mientras se acumulaban los intentos infructuosos de la Roma, los de Jürgen Klopp fueron ganando en seguridad y firmeza. También ayudados por el gol de Georginio Wijnaldum, en el minuto 26. Menos de media hora les costó a los ingleses anotar dos dianas en la cancha de un equipo que no había encajado como local en Liga de Campeones, lo cual demuestra el gran potencial ofensivo de este nuevo finalista del torneo, que se contrasta con su debilidad en la retaguardia. Un tanto, el del holandés, precedido de otro error en cadena de la defensa romana en un saque de esquina. Como sucediera en la otra eliminatoria de esta ronda, han sido los errores, y muchos de ellos más garrafales de lo esperado en esta fase de una competición tan importante, los que han acabado decantando la balanza.

Polémicas, reloj y Edin Dzeko

El panorama obligaba a la Roma a anotar cuatro goles en la segunda parte, empresa siempre complicada pero más en esta ocasión en la que los nervios están a flor de piel y sabiendo que tienes enfrente a un equipo dispuesto a penalizar tus errores y con tres auténticos depredadores buscando presas. Este fue el resumen de la segunda parte, en la que destacó sobre todo la gran actuación de un Edin Dzeko que es sin duda uno de los nombres propios de esta Champions League, aunque se vaya sin el premio gordo. El bosnio insistió de todas las formas posibles, lideró una vez más a su escuadra en ataque y anotó un gol en el minuto 52 que daba ciertas esperanzas a los suyos. Aunque se encontró también con Loris Karius, la bandera del linier o las decisiones desacertadas del árbitro, que como ocurriera ayer en el Santiago Bernabéu no vio manos del Liverpool, (en este caso por partida doble), que bien podrían haber sido penalti. Quizás habrían cambiado el escenario del partido, pero no podemos olvidar que el 5-2 solamente garantizaba la prórroga a la Roma.

Di Francesco movió el banquillo, metió toda la pólvora posible en ataque, pero aunque las ocasiones se sucedieron no llegaban los goles. El tiempo además corría a favor de los de Jürgen Klopp, quien además no daba síntomas de intranquilidad y tampoco movía el banquillo. Cierto es que el alemán apenas dispone de fondo de armario por las lesiones, pero daba la sensación de que no quería tocar nada para que no sucediera lo mismo que en el encuentro de ida. Sus jugadores jugaban con el resultado, esperando un zarpazo definitivo de sus tres tenores que tampoco llegaba. Porque el gol de Radja Nainggolan vino en el minuto 85, ya con poco margen de maniobra. Quizás ese tanto 20 minutos antes hubiera cambiado el panorama, pero ya era tarde. Sobre todo por lo que vendría después, ya que en el descuento el belga volvía a ver portería por medio de un penalti. Un tanto que sin duda ponía de manifiesto más si cabe los errores arbitrales, y también la importancia de cada gol en este torneo. El Liverpool lograba la final, haciendo bueno su primoroso encuentro de ida y su oficio en campo rival, algo tan imprescindible pero que sin ir más lejos no supo hacer el FC Barcelona hace unas semanas. Se va, por otra parte, la Roma de esta Liga de Campeones, y lo hace con la cabeza alta, ya que hemos visto a un equipo extremadamente competitivo, que nos ha dejado grandes noches y sobre todo muchos minutos de buen fútbol.

Tenemos por tanto en la final un Liverpool - Real Madrid más que atractivo. 17 Copas de Europa les contemplan, y precisamente fueron los reds los últimos en ganar a los blancos en una final, allá por 1981. Desde entonces los merengues encadenan 6 finales ganadas, y ahora suman la tercera consecutiva, con la posibilidad de encadenar 4 Champions en un lustro. Enfrente, un Jürgen Klopp que ya los eliminó en 2013 con el Borussia de Dortmund, que busca la sexta para los ingleses y que sin duda ha dado una impronta propia e indiscutible a este equipo, al que en 2016 ya metió en la final de la Europa League, donde cayó ante el Sevilla. Tendremos por tanto un duelo del más alto nivel, entre dos equipos con gran vocación ofensiva pero que han evidenciado fragilidad en sus retaguardias, si bien por calidad, historia y trayectoria los de Zinedine Zidane serán favoritos.

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