No hubo un nuevo milagro en Roma y el Liverpool jugará la Final de la Champions League frente al Real Madrid. El conjunto inglés se impuso 7-6 en el global a los italianos que no pudieron recuperarse del 5-2 sufrido en el duelo de ida, pese a ganar la vuelta en casa por marcador de 4-2.
El duelo en Olímpico de Roma también ofreció una feria de goles, comenzando por una tempranera anotación de Mané al minuto 8 tras un grave error en la salida de La Loba.
No pasó mucho tiempo para la reacción de los locales, aunque ésta llegó más por fortuna que por méritos propios, pues Milner recibió un balonazo en el rostro que terminó por incrustarse en su propia portería.
Roma necesitaba de nueva cuenta tres goles, pero una vez más la poderosa ofensiva del Liverpool volvió a aparecer tras otra pifia de los italianos, tras un mal rechace en el área que Wijnaldum remató de cabeza para volver a silenciar el estadio.
Ya en el segundo tiempo, los dirigidos por Eusebio Di Francesco fueron una calca del equipo que logró remontarle al Barcelona en los Cuartos de Final, aunque en esta ocasión no tuvieron la suficiente puntería.
Únicamente Edin Dzeko pudo devolverle algo se ilusión a sus aficionados, tras empatar el encuentro con un remate dentro del área a falta de 40 minutos para el final del encuentro; de nuevo necesitaban tres goles para mandar el juego al alargue.
A falta de cinco minutos apareció Nainggolan con un tremendo disparo que levantó a todos de sus asientos; al menos La Loba no perdería el encuentro y dignificarían el global tan abultado a favor de los visitantes, pues a un minuto del final, el propio Nainggolan anotó un penal que los dejó a un gol de la hazaña.
El Liverpool supo aguantar para sellar su pase a la Final, donde jugarán frente a un Real Madrid que por tercer año consecutivo se cita en esta instancia y que no lo tendrá nada sencillo.