24/04/2024

Una posición para que todas las pelotas fueran de Messi | Goal.com

Lunes 18 de Junio del 2018

Una posición para que todas las pelotas fueran de Messi | Goal.com

Una posición para que todas las pelotas fueran de Messi

Una posición para que todas las pelotas fueran de Messi

Había demasiados debates encima de la figura de Messi en el Mundial Sudáfrica 2010. Uno estaba puesto sobre la idea de su esencia, alrededor de la prueba que debía determinar de qué estaba hecho. Pero sobre esa cuestión giraban también otros tantos contextos: el principal era sobre la posición.

Faltaba un año para que Guardiola volviera a hacer una revolución en el Barcelona. Todavía nadie dudaba sobre el rol de Messi en un campo de juego. En esa temporada 2009-10, y en todas las anteriores de su carrera, la Pulga había jugado volcado a la derecha, provocando casi siempre los mismos movimientos. Desde afuera hacia adentro, con diagonales que solían terminar en paredes o remates al arco. Messi-Ibrahimovic-Pedro era la delantera de un equipo que no hizo pie en la Champions League pero sí pudo quedarse con el Mundial de Clubes, la Supercopa de España y Europa y LaLiga. Recién una temporada después surgiría la idea (o la evolución del jugador) de ubicar a la Pulga mucho más centrado, con mas posibilidades de contacto, con muchos más roles.

Pero en la Selección argentina nada terminaba de estar muy claro. Messi ya había pasado por varias ubicaciones. De enganche. Por el costado derecho. Hasta que Maradona, más que criticado por una supuesta carencia de capacidad para lo estratégico, le encontró -aunque sea por fracciones, secuencias o minutos de partidos- un lugar. En el encuentro ante Corea del Sur, el segundo de la Selección argentina en el Mundial 2010, quedó claro: el 10, enojadísimo y frustrado por no poder hacer goles, al menos había encontrado su espacio.   

"Nunca creía en un Messi estático, en una posición. Quiero que él se sienta cerca de la pelota. Yo le fui a contar que a mí nadie me dijo dónde tenía que jugar. Entonces yo no le tenía que decir a Messi dónde tenía que jugar, él tenía que decidirse a jugar donde él quiere jugar", dijo Maradona en una entrevista a La Nación. Y comentó. "Y ya era grandecito y hombrecito como para tener las pelotas de decir 'esta pelota es mía, muchachos el que la sabe interpretar mejor que nadie, soy yo'. Yo lo hice en su momento, ahora le toca a él". 

Si se observa el mapa de calor de Messi en ese encuentro, que terminó con victoria de Argentina por 4 a 1, con tres de Higuaín y uno en contra de Chuyoung, se puede ver cómo la posición del 10 se 'mancha' casi en todo el terreno ofensivo. Eso es porque la Pulga se movió con soltura, sin rigidez en la posición, simplemente encontrando los lugares en los que se sentía mejor. De hecho, tuvo una gran cantidad de toques.

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Atrás, una línea de tres mediocampistas (Maxi Rodríguez-Mascherano-Di María) que daban soporte defensivo pero especialmente variantes en la descarga. Arriba, un 9 (Higuaín) que soportaba entre los centrales y otro acompañante ideal para la asociación, distracción y generación de juego: Carlos Tevez. 

Messi, que no pudo hacer un gol, tuvo uno de los mejores partidos en términos de desequilibrio. Pateó seis veces al arco, dio 55 pases y tuvo un 88,7% de efectividad en la entrega. 

Suelto y feliz. Maradona logró con su 10 lo que otros entrenadores no habían conseguido. Darle a Messi la pelota, pero también un acompañamiento digno. Una posición para que todas las pelotas fueran de Messi. No había otro DT que pudiera entender esa situación mejor que él.

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