28/03/2024

Ricardo Vasconcellos Rosado: La devaluada palabra de la Federación Ecuatoriana de Fútbol

Domingo 11 de Agosto del 2019

Ricardo Vasconcellos Rosado: La devaluada palabra de la Federación Ecuatoriana de Fútbol

Lo sucedido en el piso 17 del hotel de concentración de la Selección en Brasil, revela de lo que está hecha la directiva de la Federación.

Lo sucedido en el piso 17 del hotel de concentración de la Selección en Brasil, revela de lo que está hecha la directiva de la Federación.

Está visto que en nuestro país nadie cree en la palabra de los dirigentes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, peor en la de su presidente, Francisco Egas. Demasiadas contradicciones, ocultamientos, marchas atrás y dedos pillados en la puerta de las mentiras. Nada menos que el exhombre fuerte de la dictadura chiriboguista, que duró 18 años al mando de la FEF, ha calificado al actual presidente de la Ecuafútbol  de “mentiroso”.

No es invención de este columnista. Está en todos los diarios impresos y digitales del país. Igual sucede con el exjefe de comunicaciones de la FEF, quien, en un audio, deja en evidencia a Egas y acentúa el descrédito total del hombre que dirige los destinos de la vapuleada entidad futbolera.

Veamos lo que ha sucedido desde el 31 de enero anterior, cuando Egas fue elegido nuevo presidente de la FEF, sucediendo a Carlos Villacís Naranjo, quien, a su vez, reemplazó a Luis Chiriboga Acosta, enjuiciado y luego sentenciado por lavado de activos, la más benigna de las imputaciones en un concurso de delitos por el escándalo de sobornos en el balompié sudamericano y mundial.

El nuevo ungido en el cargo de timonel del fútbol criollo se ufanó, al asumir el cargo,  que se iniciaba una era de limpieza y transparencia.

En Diario EL UNIVERSO, el 1 de febrero de este año, apareció su versión: “Prometimos un cambio y a eso apuntamos. Queremos que esta Federación sea transparente, que se sepa lo que pasa, cómo pasa y por qué pasa. Todos tendrán información de lo que suceda”. A la luz de los acontecimientos que sobrevinieron, especialmente con el tema Copa América de Brasil 2019, todo ha sido una impostura.

En un mensaje en Twitter Egas agregó esto: “Los que me conocen saben que no tengo ningún interés económico o de cualquier otra índole en la FEF. Nuestro único interés, junto con Jaime Estrada (Manta Fútbol Club), Michel Deller (Independiente del Valle), Esteban Paz (Liga de Quito) y el resto de dirigentes, es transformar la FEF y darle un fútbol de calidad a todos los ecuatorianos”.

Tan alta fue la calidad dada a nuestro fútbol que en la última Copa América solo obtuvimos un punto que nos costó $ 3,5 millones pagaderos al entrenador Hernán Darío Gómez y su cuerpo técnico, aparte de los gastos de viajes, viáticos a dirigentes y jugadores, y estadía y pasajes aéreos de invitados.

Lo de Gómez y su desgastada teoría de “vamos a aprender” ya se anticipaba que nos conduciría al fracaso. Según el exdirigente Álex de la Torre el presidente Egas aceptó la apresurada decisión de contratar a Gómez (un impenitente e inventor de excusas) a cambio del apoyo de Villacís a su candidatura.

El país entero, salvo el coro de periodistas adictos a la FEF, rechazó la vuelta de Gómez, pero Egas defendió a ultranza el contrato y la continuidad del colombiano. Ya hemos relatado el anecdótico y vergonzoso episodio en una rueda de prensa en la que respondió altaneramente a los periodistas que cuestionaban el rendimiento de la Selección cuando exclamó: “¡Con el Bolillo no se metan!”.

Lo sucedido en el tristemente célebre piso 17 del hotel de concentración de la Selección, después de la eliminación de nuestro país en la primera fase de la Copa América, revela de lo que está hecha la directiva de la Federación.

Un telón de encubrimiento pretende correrse para tapar la indisciplina de seis (¿o más?) jugadores que no cumplieron con el compromiso moral de representar al país con responsabilidad. ¿En nombre de qué principios éticos se ocultan los nombres de los culpables?

Para agravar el panorama el presidente Egas, en una entrevista con el periodista Carlos Vera, muy orondo, lanzó el nombre del hoy cesado ex jefe de prensa de la Federación, Juan Martín Ampuero, como participante de la francachela del piso 17 y proveedor –según afirma Egas– del licor que se consumió en ese bochornoso episodio. 

Mientras los bebedores se ocultan bajo un falso concepto de protección a profesionales, Egas no ha tenido reparos en señalar a un periodista como uno de los autores. Todo el Ecuador rechaza esa política de impunidad, aunque no hay autoridad alguna ante la cual quejarse porque la Ley del Deporte consigna la atrevida teoría de que el fútbol profesional se maneja con total autonomía de la Constitución y leyes de la República.

Con lo que no contaban los dirigentes de la FEF era con que Ampuero iba a poner en evidencia la falacia de que el dos veces convicto Vinicio Luna mantenía tratos con esa entidad. Como recordarán los lectores un periodista denunció durante la Copa América que Luna manejaba varios segmentos de la participación nacional con conocimiento de la FEF.

Cuando la noticia rebasó el secretismo federativo Egas se declaró “sorprendido” de esta afirmación y aseguró que Luna no tenía ningún trato con la entidad de su presidencia.

Ampuero, a través de un audio, ha puesto en evidencia que Egas habría tenido reuniones con Luna, para coordinar la logística del viaje de la Selección nacional a Brasil, por la Copa América. Cuando se le consultó a Egas, dijo desconocer los negocios de la FEF con Luna. “Le preguntan por Luna, el tipo dice que el Capi no tiene ninguna relación con la FEF. No puede ser tan caradura, cuando todo el edificio vio que se reunían para preparar la logística para Estados Unidos y la Copa América 2019”, dijo Ampuero, en un audio que ha circulado profusamente por los medios.

EL UNIVERSO aseguró el 18 de junio de 2019 que “una fuente de este Diario, que está en Brasil, aseguró que Luna –que tras cumplir su primera condena fue gerente deportivo de Universidad Católica, entre el 2008 y 2010, contratado por Egas– almorzó con la dirigencia de la FEF antes del juego (de debut) con Uruguay”.

Otro burdo atentado contra la verdad por parte de Egas fue asegurar que el famoso “arreglo” por el 30% de los honorarios del Bolillo Gómez estaba previsto en una cláusula de rescisión del mañoso contrato elaborado por la FEF en tiempos de Villacís. Cuando Carlos Vera logra cercarlo a Egas en la entrevista en canal Uno el dirigente capitalino  termina por reconocer que nunca existió la cláusula de rescisión, algo que este columnista sostuvo por dos veces.

También reconoció que el contrato fue elaborado irresponsablemente (es lo menos que se puede decir) y que había ordenado una investigación, pues ese instrumento legal protegía solo el interés de Gómez y no el de la Federación.

¿Se sabrá algún día si el departamento legal de la FEF responderá por este asunto? ¿Habrá ocurrido por descuido, negligencia o falta de diligencia de los dirigentes y los abogados? ¿Hay alguien que crea que habrá la investigación prometida?

 

Mientras los bebedores se ocultan bajo un falso concepto de protección a profesionales, Egas no ha tenido reparos en señalar a un periodista como uno de los autores. Se rechaza esa política de impunidad".

(O)

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