Cuando se confirmaba la llegada de Quique Setién al FC Barcelona y tras ver su primer encuentro, muchas críticas coincidían en que el entrenador cántabro suponía un cambio con respecto a Ernesto Valverde en su apuesta por la cantera. De hecho se personalizó todo en la figura de un Riqui Puig que tuvo minutos ante el Granada.
Su robo de balón fue clave para desatascar ese partido para los culés, y evidentemente los elogios se multiplicaron. Sin embargo, en este fútbol tan cambiante de hoy en día, apenas tres días después el mismo jugador era señalado en Ibiza. No solamente por su fallo en el gol local, sino por su incapacidad para liderar la medular culé.
No encontraba el canterano los huecos para filtrar pases a los delanteros ni la continuidad en un buen juego y dominio de los catalanes en ese primer compromiso de Copa del Rey. Por tanto fallaba en la primera prueba real con el primer equipo, curiosamente ante un rival de la categoría en la que juega.
Ausente en Mestalla y ante el Leganés, se ha hablado estos días incluso de que se habría quedado fuera por un enfado de Lionel Messi con él en el entrenamiento. Incluso de que no habría caído bien en el vestuario. En cualquier caso la recuperación de Arthur Melo tras su misteriosa lesión le resta sin duda enteros.