27/04/2024

Jorge Barraza: La intensidad total, el campeón perfecto

Martes 25 de Agosto del 2020

Jorge Barraza: La intensidad total, el campeón perfecto

(VIDEO) Este Bayern Munich consagrado en Lisboa nuevo rey de Europa ya entró en las páginas de historia. Ganó los once partidos que jugó. Es una máquina de precisión.

(VIDEO) Este Bayern Munich consagrado en Lisboa nuevo rey de Europa ya entró en las páginas de historia. Ganó los once partidos que jugó. Es una máquina de precisión.

Campeones hay muchos, inolvidables muy pocos. Este Bayern Munich consagrado el domingo en Lisboa nuevo rey de Europa ya entró en las páginas de historia. Porque es el campeón perfecto, en el juego y en los números. Porque profundiza al máximo el concepto de colectivismo donde la única individualidad es el escudo. Si en ese proceso conjunto un engranaje destaca más que otro es simplemente por una mayor optimización de la eficiencia, no por pretender ser más que el compañero. Un campeón sensacional que quizás nos está marcando el principio de una era: la de la intensidad total.

Esto es, arrancar y terminar a cien por hora, sin quitar el pie del acelerador en los 96 minutos que ahora dura un partido. Presión bien alta, hasta atosigar al arquero rival, y encimamiento de todos los adversarios, en cada pase, cada salto, cada carrera. Y, una vez recuperado el balón, cambiar el chip: jugarlo bien, al pie, hasta que afloren las ideas creativas. Luego, ya como un rasgo cultural alemán, atacar, atacar siempre, por aire, mar y tierra hasta demoler al contrincante.

¡Una maravilla de campeón…! Anotó 43 goles y recibió solo 8.

Un campeón perfecto, también, por ser la primera vez en 65 años que un equipo gana los 11 partidos que disputa. ¡No cedió siquiera un empate…! Transitó el camino de los Bárbaros, arrasó a todos los que se pusieron enfrente: 7-2 y 3-1 al Tottenham, 2-0 y 3-2 al Olympiakos, 3-0 y 6-0 al Estrella Roja, 3-0 y 4-1 al Chelsea, 8-2 al Barcelona, 3-0 al Lyon y finalmente 1-0 al Paris Saint Germain. 43 goles a favor y 8 en contra. Una desmesura en tiempos de paridad, de equilibrio de fuerzas. ¡Una maravilla de campeón…!

Por su mentalidad de acero y su excepcional estado físico, su disciplina y la entrega total. Una máquina de precisión que empieza en el extraordinario arquero Neuer y termina en el fantástico Lewandowski, que acaba de establecer un récord que rebasa los calificativos: fue campeón y goleador absoluto en los tres torneos jugados: Bundesliga, Copa Alemana y Liga de campeones (55 tantos entre los tres). Dos cracks en las bandas como Joshua Kimmich y Alfonso Davies; dos tractores criteriosos en el medio: Goretzka y Müller; el juego razonado y preciso de Thiago Alcántara y sendos cuchillos en los extremos: Gnabry y Coman. Los demás acompañan de fondo, con el cello. Hansi Flick es el caballo fresco que el Bayern cambió en mitad del río. Reemplazó a Niko Kovac tras una dolorosa derrota de 5-1 ante el Frankfurt en la décima fecha del torneo local. No se veía juego y lo desplazaron. A partir de Flick el equipo dubitativo pasó a ser arrollador, implacable e infalible. Prácticamente aplastó a todos sus oponentes: 33 triunfos sobre 36 presentaciones. “El Bayern gana en Alemania porque no juega contra nadie”, se lee seguido en Twitter, esa gran fuente de sabiduría. Ahora llevó el dominio al plano continental y acalló necedades. Individuo de perfil bajísimo, siempre a la sombra de otros como asistente, Flick se subió de un salto a la tarima de los entrenadores estelares junto a Guardiola, Klopp, Conte, Zidane, Simeone. Su estilo está descripto en las virtudes del equipo, por él habla su Bayern. Tiene 55 años, seguramente semejante suceso alimentará su ego (todos lo tenemos) y querrá estar al menos una década en la cima. Bienvenido, ha traído si no algo nuevo, sí renovado.

Levantamos una cerveza en su honor: ¡Salud, campeón…!

Pese a la magrura del resultado, fue una final magnífica, que mantuvo la tensión hasta último instante. El Bayern era favorito y no defraudó. En un escenario de fuerzas parejas, es más robusto como equipo, tiene más intensidad y carácter. Y lo demostró. El PSG está colectivamente un escalón abajo, aunque cuenta con dos jugadores de un nivel que los alemanes no poseen: Neymar y Mbappé. En ellos radicaba su esperanza, sin embargo ambos naufragaron en un mar de opacidad. Muy flojo lo de Neymar, pobrísimo Mbappé. Y aunque sus luces parpadearon en cuartos de final y semifinal, no alcanzaron para iluminar la torre Eiffel. Neymar estuvo muy errático frente al arco; marcó solo 3 goles en todo el torneo, uno al Galatasaray y 2 al Borussia Dortmund y Mbappé hizo 5, tres al Brujas, 1 al Dortmund y otro al Real Madrid. No convirtieron ni en cuartos ni en semis ni en la final. Magro balance, aunque ya había voces, muchas, que pedían para ellos el Balón de Oro. Conste que en esas tres fases Neymar tuvo una docena de situaciones de gol netas y las definió todas con extraña defectuosidad. Ni hablar del gol servido que le dejó Ander Herrera a Mbappé solo frente a Neuer y el moreno se la alcanzó suavemente a las manos al arquero. Raquítica aportación de quienes se esperaba que definieran la copa. Para eso el fondo de inversión catarí lleva invertidos en ellos 700 millones de euros entre fichajes, comisiones y contratos. No los precisaban para seguir sumando títulos nacionales. El éxito del Bayern agiganta su conquista por ser un modelo de conducción, una sociedad civil manejada por exfutbolistas que gobiernan con prudencia y apuestan a la excelencia mediante el trabajo y el sentido común. También es un equipo de chequera, todos los grandes lo son, apenas dos de los quince jugadores que entraron en la final son de la cantera: Müller y Alaba. El resto, fichajes. Pero contratados con mesura, sin dispendio y con inteligencia. Se fueron Ribery, Robben, Mandzukic, Mario Gómez, Schweinsteiger, Lahm, Rafinha y aparecieron Coman, Gnabry, Lewandowski, Goretzka, Kimmich, Davies, Süle. Siempre el refuerzo para mejorar, el retoque para perfeccionar. Y nunca un escándalo en el Bayern. En lo que va del milenio ha cosechado 40 títulos: entre ellos 3 Champions, 15 Bundesligas, 11 Copas Alemanas, un Mundial de Clubes, una Intercontinental.

Es todo rendimiento y confiabilidad, el Mercedes Benz de los clubes de fútbol. Levantamos una cerveza en su honor: ¡Salud, campeón! (O)

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