La obtención de la Liga MX es el máximo galardón que ofrece el torneo del futbol mexicano, para lograrlo basta con tener una decente campaña regular y darlo todo en la liguilla. Aunque muchas veces la palabra ‘campeón’ llega a generar excesos de confianza evitando repetir la proeza.
El ejemplo actual es el equipo de Tigres, campeón defensor tras derrotar en una excelsa tanda de penales al equipo del América, los contrastes de ambos son bastante marcados, mientras el campeón, aún con la mejor plantilla del torneo, no encuentra la brújula y pierde contra el peor equipo del certamen, los de Coapa se reponen poco a poco y ya se ubican dentro de los ocho mejores.
El caso de Tigres no es algo extraño, pues otros campeones defensores llegaron a tener una temporada desastrosa al intentar defender su corona; antes de los felinos vino Santos, equipo campeón del Clausura 2014 que no metió ni las manos en la siguiente campaña al quedar fuera de zona de liguilla.
La racha más larga fue en los años 2011 y 2012 ya que no hubo un solo equipo campeón, de forma consecutiva, que haya intentado defender su corona. Pumas (Clausura 2011), Tigres (Apertura 2011), Santos (Clausura 2012) y Xolos (Apertura 2012) no lograron meter las manos y fracasaron al intentar colarse en la llamada ‘fiesta grande’ del futbol mexicano.
Del resto de los campeones, destaca que Pachuca es quien más repite en la indecorosa lista con tres campeonatos sin defensa exitosa, le siguen Pumas y Santos con dos deshonras.
Atlante, Monterrey, Morelia y Toluca, completan el historial de los infectados con la ‘campeonitis’ en la historia de los torneos cortos.