Corrían los primeros días del mes de junio del año pasado, cuando una llamada de Rodrigo Ares de Parga, presidente recién nombrado de Pumas, cambió el rumbo de la carrera de Pablo Barrera. Habían pasado algunas semanas de la Final que Monterrey, su club por entonces, había perdido contra Pachuca, pero lo que no estaba claro era la continuidad del volante mexicano. En ese semestre, tan solo, sumó 152 minutos repartidos en cinco partidos.
Aquel ataque de Rayados no contaba con Barrera como un estelar, no era ni siquiera de los primeros cambios de Antonio Mohamed, por lo que el interés de Pumas, para que Pablo regresara a la institución que le viera nacer como profesional, fue el mejor escenario. Existían condiciones. En la cancha, el '8' primero tendría que demostrar que su nivel iría en ascenso, antes de pensar en un sueldo excesivo... "Yo lo hablé con él, era una de las principales condiciones de lo que sería su contrato", dijo Ares de Parga hace meses para ESPN.
Barrera pasó año y medio en Monterrey, donde la inactividad y las escasas oportunidades para ganarse un puesto era la orden del día. Sobre todo con Mohamed en el timón, Pablo careció de espacio en el terreno de juego; lo peor para su causa: ya acumulaba cierto tiempo a la baja, toda vez que en Cruz Azul, durante dos años y medio, fue de más a menos. Todo lo anterior, incrementó la presión sobre él, pero algo sucede con la casaca de Pumas, que el extremo vuelve a ser el de antes.
Hoy, retorna por primera vez a la ciudad que parecía marcar su adiós de los primeros planos, alejarle de una palestra protagónica para medirse a Monterrey, en dispares condiciones. Mientras los de Ciudad Universitaria se codean con los líderes de la clasificación, con 10 unidades, Rayados, con 7, se mantiene en la medianía de la tabla. Con el cuadro de Palencia, Barrera ha recuperado la relevancia de su juego y la confianza en sus capacidades. Así lo demuestran sus números.
En los tres torneos que Barrera militó con el Monterrey, disputó 38 partidos siendo titular solo en 25 de ellos, para un total de dos mil 74 minutos en el terreno de juego en los que anotó tres goles. Números muy pobres de acuerdo a la expectativa que generaba. Su precio, de acuerdo con Transfermarkt tenía un valor de un millón 500 mil euros. Ahora, registra 21 encuentros como felino, todos como titular y ha sumado seis tantos; su valor en el mercado ha subido (2 millones de euros).
Los reflectores se posan sobre él, pues estará ansioso de demostrar que su presente no es coincidencia. De hecho, el torneo pasado, cuando Pumas recibió a Monterrey, Barrera lució como uno de los mejores eslabones del encuentro: al minuto 25, Pablo encontró la ruta en campo abierto, dejó atrás a Iván Piris, por velocidad, se internó en el área y disparó a primer poste del arquero, consiguiendo en momentáneo 3-0, que al final terminó con 5-3. Desde luego, festejó al máximo.
Barrera es una de las novedades positivas en Pumas, toda vez que se ausentó de la oncena regular el partido pasado, debido a molestias musculares, mismo caso que Alejandro Palacios, el arquero regularmente titular y Matías Britos, con una fisura en el tobillo que arrastra desde diciembre pasado: "Ya contamos con todos y trataremos de que sea un juego abierto, aunque sabemos de la calidad con la que cuenta el rival", apuntó Paco Palencia antes de salir hacia la Sultana del Norte.
LA EVOLUCIÓN CANTERANA
A casi un año de que la directiva actual de Pumas tomara las riendas del equipo, poco a poco se comienzan a dar los frutos de su mayor intención: recuperar la presencia canterana en el primer equipo. Hoy en día, Universidad es el equipo que más elementos de fuerzas básicas emplea para componer su once (6 y hasta 7). Detrás del conjunto auriazul, Santos, Atlas y Morelia, con cuatro, acechan por esta estadística. Tan solo el partido pasado, Pumas tenía a seis canteranos sobre el terreno de juego y otros seis en el banquillo.
EL DATO
Con seis anotaciones, Pablo Barrera tuvo su mejor promedio goleador en el Bicentenario 2010, antes de salir a Europa.
EL ONCE DE PUMAS
A. Palacios
J. Van Rankin G. Alcoba D. Verón A. Mendoza
A. González
J. Cortés B. Rabello
P. Barrera J. Gallardo
N. Castillo