Hace cuatro años inició el sueño de miles de deportistas peruanos. Lima ganó las elecciones y fue escogida para ser sede de los Juegos Panamericanos en 2019 . Era la oportunidad perfecta para el despegue de muchos atletas, pero, tras lo visto en los Bolivarianos 2017 , ¿estamos aprovechándola realmente?
Buenas actuaciones en los Juegos Olímpicos y en algunos Mundiales, así como nuestro buen papel en los Panamericanos de Toronto, generaron que viajásemos ‘agrandados’ a Santa Marta. Pero volvimos por la puerta de atrás.
No fuimos consecuentes con el favoritismo ganado en los Bolivarianos anteriores (en 2013, en Trujillo) y eso se reflejó en el medallero: obtuvimos la mitad de los oros que hace cuatro años (61 vs. 32) y bajamos del cuarto al quinto lugar de la tabla general.
A levantar cabeza
Al ser los Bolivarianos un simulacro de Lima 2019, se encendieron las alarma. Si bien la situación es preocupante, no es definitiva.
“Si no hacemos nada, no es un panorama alentador. Hay tiempo para revertir todo y lograr las metas”, señaló Patrick Espejo, miembro del comité que ganó la elección de Lima 2019, en diálogo con Depor.
Con un año y ocho meses por delante, la carrera es una pendiente cuesta arriba, pero recién va por la mitad. Falta la ‘aceleración’ final.
Perú ganó 154 medallas en los Bolivarianos 2017. (IPD)
Tres razones por las que nos fue mal en los Bolivarianos:
1. LA SEDE .
A diferencia de 2013, en esta edición no pudimos llevar delegaciones completas (unos 200 atletas menos), lo que finalmente reduce las chances de conseguir medallas. En los Panamericanos de Lima, Perú tendrá más cupos para inscripción.
2. DEPORTES ACUÁTICOS.
Se excluyeron el surf, el esquí acuático y la vela, y en la edición anterior, más del 30% de nuestros oros fueron gracias a pruebas llevadas a cabo en el agua. Con su inclusión en Lima 2019, el panorama pinta mejor.
3. FEDERACIONES DESORGANIZADAS.
Al terminar el ciclo olímpico (2016), hubo elecciones en todas las federaciones. Algunas, como el básquet y el karate, se demoraron más de la cuenta, y el IPD no puede designar presupuesto si no hay presidente. Esto influyó en la preparación de sus afiliados.