07/05/2024

Una Liga de Quito vivaz y picante que ilusiona

Jueves 25 de Julio del 2019

Una Liga de Quito vivaz y picante que ilusiona

Liga llegó a la red con el respaldo del juego y, sobre todo, con búsqueda. No se encontró con el resultado, lo persiguió, propuso (...)

Liga llegó a la red con el respaldo del juego y, sobre todo, con búsqueda. No se encontró con el resultado, lo persiguió, propuso (...)

Buenos Aires -

A veces los resultados engañan, esta vez no: Liga de Quito venció con solvencia a Olimpia, un tricampeón de América siempre peligroso y combativo. Ganó con fútbol y con goles, que suelen ser cosas diferentes; a veces se es demasiado eficaz sin funcionamiento.

Liga de Quito llegó a la red con el respaldo del juego y, sobre todo, con búsqueda. No se encontró con el resultado, lo persiguió de entrada, propuso. Posiblemente su mejor actuación en esta Copa Libertadores por la envergadura del rival, por su propia producción y por tratarse de un mata-mata, que es una instancia siempre complicada de abordar y refleja el ánimo y el carácter de un equipo. En fase de grupos hay un margen mayor de error, de octavos de final para adelante no.

Olimpia, además, viene de ser tricampeón paraguayo también. Está en un momento de euforia y apunta alto en el torneo continental, lo cual valoriza aún más la victoria blanca. Lo importante en este deporte es cómo se juega; eso permite vislumbrar si hay futuro.

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Y fue una Liga vivaz, picante, que supo golpear y pudo haber aumentado el 3 a 1 final, lo cual le hubiese reportado ahorros tranquilizadores para el desquite en Asunción. Igual, es valioso el 3-1, prometedor e ilusionante, aunque, para sentirse aliviado, deberá apuntar a marcar al menos un gol el martes en Paraguay y no ir a refugiarse, que siempre termina siendo una mala receta.

Tuvo gran movilidad el medio campo liguero, donde Jefferson Orejuela sobresalió como en sus mejores jornadas en Independiente del Valle. De un pase magistral suyo, muy bochinesco, entre tres rivales, llegó la apertura del marcador, en el que contó también una formidable acción de José Ayoví: magnífico control, rápida decisión y certera definición a una punta. Simple, pero todo bien ejecutado.

Jefferson Orejuela fue clave. Un volante mixto ágil, con dinamismo, marca y una cuota interesante de dominio y creatividad. Si él está bien, se nota mucho, el equipo mejora.

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Así como lo relevante de un equipo es el juego más que un triunfo circunstancial, también lo es el desempeño conjunto, que alimenta esperanzas para lo siguiente. Liga fue un colectivo sólido que permitió potenciar sus individualidades.

Seguro, firme Luis Caicedo (una incorporación excelente, que refuerza de verdad), peligroso y veloz Anderson Julio; potente, activo y lúcido en los pases Rodrigo Aguirre, quien además de su gol las buscó todas, generó varias situaciones de riesgo, como una en la que dejó solo en el área a Johan Julio con un toque finísimo de zurda al minuto 43. Y Gabbarini, muy enchufado en el partido, en el equipo, muy capitán y siempre salvador de situaciones comprometidas.

Antonio Valencia constreñido a su función de marcador de punta, seguramente estará buscando su mejor condición física todavía. La llegada de Luis Ayala (otro buen fichaje), más Caicedo, Orejuela y Pablo Repetto le dan un salto de calidad al plantel y le confieren una tonalidad azulina al equipo universitario, una especie de “Liga del Valle”.

A Olimpia le faltarondos titulares: William Mendieta y, el más lamentado, Richard Ortiz, fundamental en sumedio campo. Esteúltimo casi seguroestará en la revancha.

Salvo los primeros quince minutos del segundo tiempo, en los que Olimpia manejó el balón y el juego, y en el cual descontó con un tremendo golazo de Rodrigo Rojas desde afuera, Liga fue siempre más, controló el partido e impuso autoridad.

Llenó bien los espacios del campo y generó mucho desequilibrio por las bandas a través de los cuatro de arriba: los hermanos Julio, muy rápidos, Aguirre y Ayoví.

A Olimpia le faltaron dos titulares: William Mendieta y, el más lamentado, Richard Ortiz, fundamental en su medio campo. Este último casi seguro estará en la revancha.

Habrá que ver en el llano, pero ahí está el desafío liguero, en demostrarse que puede tener otra robusta actuación como la del martes fuera de casa.

En Paraguay es criticada la defensa olimpista, que recibió goles en el Defensores del Chaco en los tres partidos de grupo: Godoy Cruz, Universidad de Concepción y Sporting Cristal le marcaron. No parece inexpugnable. Con la velocidad y vivacidad de sus puntas, no debería ser imposible para Liga. Igual, es un partido para encarar con máximo respeto, Olimpia sabe de hazañas en la Libertadores, fue siete veces finalista y otras varias semifinalista.

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Siempre lo sostenemos: el VAR es una bendición en el fútbol… si se utiliza como corresponde. Siendo así, nadie protesta. Dos goles fueron anulados mediante la revisión por video, uno por bando.

El de Olimpia, indiscutible, Néstor Camacho le había pegado al arco con la mano, una mano que en la velocidad de la acción pasó casi inadvertida, pero el VAR la pescó y anuló. Bien. El otro fue el gol de Rodrigo Aguirre por un adelantamiento mínimo, tenía los cordones y un puño fuera de juego.

En el reglamento no se puede poner “si es por poquito, dejarlo pasar”. Si es, es. Y era. Cuando la tecnología se aplica con justicia, aunque esta parezca rigurosa, se acepta y nadie reclama. Los jugadores se han portado hasta ahora muy noblemente con el VAR. Si se revisa, respetan la decisión.

El tema es cuando hay VAR a la carta, como pasó en la Copa América en Brasil, con los dos penales no concedidos y no revisados para Argentina frente al local o en la expulsión de Messi, precipitada y sin el menor ánimo de revisarse tampoco.

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En el otro partido de la reaparecida Libertadores, mediante el VAR se le concedió a River un penal en el minuto 97 estando igualado 0 a 0 con Cruzeiro. Parecía una ventaja para River, históricamente tan afortunado con los arbitrajes. Porque, además, a primera vista no se entendía qué se pretendía revisar. Surgió el clásico “¿qué van a mirar…?”.

Luego se vio que hubo un agarrón muy fuerte y claro a Pratto en el área cuando el delantero iba a saltar a cabecear. Estuvo correctamente sancionado. Matías Suárez lo tiró arriba del travesaño por esa inveterada y ya casi insólita costumbre de los futbolistas argentinos de fallar penales.

Fue un 3 a 1 para soñar el de Liga; no obstante, vale tener mesura. Le tocó un cuadro de competición terrible, con Boca, Paranaense, San Lorenzo, Cerro Porteño y los mencionados River y Cruzeiro. Todos grandes. Y aún le queda el otro chico con Olimpia. (O)

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