Ysrael Zúñiga evade preguntas respecto de su retiro. Con 39 años, haber campeonado con su amado Melgar significa más que un sueño realizado. Para algunos, el hecho podría marcar una nueva etapa en su vida, lejos del ‘verde’.
Es lo primero que uno creería cuando el delantero revela que en mente tiene dedicarse a la formación de menores. “Quiero ayudar a los niños. Por eso, abriré una escuela para formar deportistas”, dijo un día después de haberle dado al ‘Rojinegro’ su segunda estrella.
Los ojos le brillan al hablar de los niños, pero de pronto, como si despertara de un sueño, sacude la cabeza y vuelve en sí. Entonces se mira a sí mismo y ve que, al borde de los 40, la fuerza y las ganas de jugar no lo han abandonado. Es lógico: Melgar clasificó a la Libertadores y ahora la quiere disfrutar.
“No queremos ir a la Copa solo a participar – dice, incluyéndose –. Yo puedo competir, me siento con ganas y con capacidad para aguantar ese ritmo de competencia”, asegura este ‘muchacho’ que, pese a sus 39 ‘cheques’ a cuestas, camina por el fútbol (y la vida, que es lo mismo) con dudas, nervios y temores, pero solo está seguro de algo: el retiro es para los viejos.
“Cristal fue superior”
La experiencia le ha dado a Zúñiga, entre otras virtudes, la de la saber reconocer el mérito del otro. A ‘Cachete’ le queda claro que Melgar no mereció el título. Así como lo lee. Sin embargo, también sabe de sobra que ese argot futbolero que sentencia que “las finales se ganan”, es muy cierto.
El delantero ya habló mucho del pasado. Es bonito recordar las hazañas, pero la vida sigue. Y a los 39, aunque pueda, duele más. “La exigencia va a ser la misma y estamos preparados”, asegura.
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