A pocos días de Rusia 2018, EL BOCÓN rememora una historia ajena a lo deportivo que, a lo largo de su historia, ha impactado a todos.
En el mundial de Alemania 1974, en el último partido de la fase de grupos entre Zaire (una selección africana, hoy convertida en la República de Congo) y Brasil, sucedió algo que, hasta hace poco, fue inexplicable; pero que hoy se entiende gracias al testimonio del protagonista.
El reloj del árbitro marcaba el minuto 85 y el Scratch se imponía, sin ningún problema, por 3-0. Brasil tenía un tiro libre a su favor muy cerca del área. Rivelino, un referente de la selección, ya había concordado con sus compañeros acerca de quién iba a ejecutarlo. De pronto, sorprendentemente, un jugador africano, Ilunga Mwepu, que estaba parado en la barrera, sale raudamente y patea el balón. Nadie entendía nada.
“Ha sido un momento de ignorancia africana”, dijo el narrador británico John Motson. Es lo que se creía; sin embargo, la historia detrás de tal dislate es de terror.
EL TERROR QUE HABÍA DETRÁS
Mobutu Sese Seko, un feroz dictador que gobernaba el Estado de Congo desde 1965, había decidido ponerle Zaire a su país. Así de sencillo como suena. Le había cambiado el nombre a su nación. Una vez proclamada campeona de la Copa de Africa, y con los triunfos que deleitaban al dictador, llegó el mundial de Alemania 1974 y la participación de Zaire.
El primer partido para Zaire no feu malo: perdieron ante Escocia por 2 a 0. El ominoso 9 a 0 que le endilgó Yugoslavia a Zaire en el segundo partido del grupo fue lo que motivó la ira de Mobutu Sese Seko, quien envió a sus guardias presidenciales a la concentración con una advertencia inequívoca.
“La consigna era: si perdíamos por más de tres goles el último partido, ninguno iba a regresar a casa”, cuenta Ilunga Mwepu en un documental grabado años más tarde.
Fue terrorífico para los jugadores de Zaire porque, para colmo de males, enfrentaban a Brasil en el último partido. La canarinha era el vigente campeón mundial.
El primer tiempo acabó 1-0 a favor de Brasil. A los 80 minutos, el brasileño Valdomiro marcó el 3-0 y desató el pánico en los futbolistas africanos. Es ahí, entonces, que se produce la inusitada jugada de Mwepu.
“¿Creen que me habría hecho pasar por un perfecto idiota de forma deliberada? Estábamos jugando por nuestras vidas”, le comentó el africano a Jon Spurling, autor de “Muerte o gloria: la historia oscura de la Copa del Mundo”.
El partido culminó 3-0 y los jugadores de Zaire se salvaron de morir.