Los viejos rockeros nunca mueren. Llevamos todo el verano hablando de Gareth Bale, a quien poco a poco se le han ido cerrando las puertas de salida que aparecían para él. Primero China, después la Premier League, ayer el Bayern Múnich… Y eso que tras el primer partido de pretemporada su sentencia de muerte parecía firmada.
Cuanto antes se vaya mejor, llegó a decir Zinedine Zidane en una de las pocas respuestas claras que ha dado sobre el mercado este verano. Una declaración que fue suavizando con el paso de los partidos. Y eso que durante la Audi Cup parecieron volver ambos a las andadas (el jugador no viajando pero jugando al golf, el técnico malhumorado…)
En Roma estuvo presente, hace unos días, y ahora que Eden Hazard está lesionado era titular en Balaídos para sorpresa de muchos. Ante un Celta de Vigo ofensivo, llevando la iniciativa en todo momento, el galés encontró por las bandas (especialmente la derecha) una gran autopista para explotar sus mejores cualidades: la velocidad y el desborde.
Fruto de sus botas nació el primer gol de Karim Benzema, que marcaba las diferencias en la primera parte. Y dispuso además el ex del Tottenham de una de las mejores oportunidades de los suyos en ese acto. En definitiva, que Zinedine Zidane vuelve a tener a su disposición a un atacante perfectamente válido y capaz de marcar las diferencias como su equipo necesitaba.
Se ha rehabilitado Bale en un momento clave, cuando muchos rumores claman por Neymar y aprovechando la ausencia de quien debe ser el fichaje estelar de la temporada. Un gran momento para volver a su mejor nivel, aunque ahora el reto será mantenerlo.