La tercera jornada de actividades en la NFL destacó por los tintes políticos y las protestas que rodearon al futbol americano profesional.
Luego de que el presidente Donald Trump hiciera una polémica petición a los dueños de los equipos y les recomendaba que despidieran a todos los jugadores que se arrodillaran o protestaran de alguna forma durante el Himno Nacional, las escuadras unieron fuerzas y se expresaron de esta forma.
Este movimiento lo inició Colin Kaepernick desde el año pasado, en manifestación por los asesinatos de la población afroamericana en manos de policías. En su momento, estos gestos fueron muy criticados e incluso fueron uno de los factores por los que el jugador se mantiene a la fecha sin equipo.
En el juego de la liga en Londres, los Cuervos de Baltimore, acompañados de Ray Lewis, ex linebacker del conjunto y un miembro de la lista preliminar al Salón de la Fama, se arrodillaron durante el protocolo, en tanto los jugadores de los Jaguares de Jacksonville, incluso su dueño Shahid Khan, entrelazaron sus brazos.
Estas expresiones destacaron también cuando Tom Brady, conocido por su amistad con Trump, también entrelazó los brazos con sus compañeros y lamentó las palabras del político.
Los Acereros de Pittsburgh fueron más allá e incluso casi toda la plantilla se quedó en el vestidor cuando se cantaba el himno, con el liniero ofensivo Alejandro Villanueva, un veterano de guerra en Afganistán, como el único jugador de los Steelers en la cancha cuando el protocolo patrio ocurría.
El juego de lunes por la noche no fue la excepción. El dueño Jerry Jones y el entrenador Jason Garrett acompañaron a sus jugadores de los Vaqueros de Dallas en esta protesta, así como los Cardenales de Arizona, que hicieron una larga fila de compañeros con brazos entrelazados mientras una enorme bandera de Estados Unidos cubría la cancha del Estadio de la Universidad de Phoenix.
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