La Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) apunta a mejorar la entrega en vivo de datos de sus partidos y, luego de haber recurrido a dispositivos de medición colocados en las hombreras de los jugadores, ahora se vuelca al rastreo del balón.
Es así que la edición 52 del Super Bowl, que disputarán los New England Patriots y Philadelphia Eagles el próximo 4 de febrero, será la primera final del tradicional deporte estadounidense en contar con un sistema de medición instantáneo de la información que pueda proporcionar el constante traslado de la pelota.
Para el efecto, la NFL ha ampliado la aplicación del sistema de Identificación por Radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés), el cual había consistido hasta ahora, en términos generales, en el rastreo de los jugadores sobre el campo. A partir de la temporada vigente, esta tecnología ha sido utilizada además en el balón.
El fin: recopilar datos de localización en tiempo real y en cualquier lugar del campo, de tal forma que, de forma manera inmediata, esta sea recibida por los cuerpo técnicos de los equipos, además de las televisoras habilitadas para transmitir.
Se trata de un sistema basado en la instalación de chips dentro del balón y en las hombreras de los jugadores, que emiten radiofrecuencias únicas de hasta 25 señales por segundo.
Velocidad, aceleración, proximidad, distancia... Son apenas algunos de los atributos cuyos datos son proporciones al instante por la RFID.
Los fanáticos son los más interesados en el sistema, puesto que esta tecnología se integra fácilmente con sistemas gráficos, ya sea en las transmisiones en vivo o en las repeticiones en los estadios, como detalla el portal mexicano El Financiero.
Los entrenadores además se valen del sistema, ya que les permite contar con más información para delinear sus próximas jugadas.
Si bien el mecanismo ya fue inaugurado en 2014 con los jugadores, el próximo domingo se verá por primera vez su aplicación en los balones. (D)