Quizás Klinsmann pensó que Javier Hernández era la gran amenaza de México adelante y para apagarlo colocó una experimental línea de tres zagueros centrales con González, Brooks y Besler. Hernández quedó cubierto, aunque descubiertos quedaron Jesús Manuel Corona, Giovani Dos Santos y Carlos Vela.
Y eso, Estados Unidos lo sufrió:
el ‘Tecatito’ estrelló un magnífico remate en el segundo poste de Tim Howard tras escabullirse de Tim Chandler y Michael Bradley. Era apenas el minuto nueve del primer tiempo y, para el 19, llegaría el gol que enmudeció el canto del ‘Dos a Cero’. Gio peleó un balón pescado y prendido de derecha por Miguel Layún firmando en la meta estadounidense el 1-0 del Tri.
La escuadra de Klinsmann era sólo destellos individuales. Pulisic regateaba a uno y a dos, pero decidía mal después; Wood se quitaba de encima a Rafa Márquez pero Altidore se mostraba errático a marco abierto; abrumado por Carlos Vela, Fabian Johnson cambiaba de banda y alzaba centros inofensivos en coordinación con Chandler.
El experimento del estratega alemán acabó cuando Andrés Guardado salió cambiado por lesión. Mientras Juan Carlos Osorio ingresaba a Carlos Salcedo reconfigurando todo su cuadro bajo, Klinsmann movía sus fichas poniéndolas en 4-4-2 para frenar las revoluciones de la maquinaria mexicana. Poco antes del entretiempo,
Howard también salió lesionado y Brooks caminaba al filo de la doble amarilla por faltas al Chicharito.
Algo pasó en el descanso. Repentinamente, Altidore y Wood lograron asociarse, exhibir y poner nerviosos a los centrales tricolores: el del Toronto FC superó a su marcador y asistió al del Hamburgo ante la tibieza de Héctor Moreno. Talavera quedó como otro espectador mexicano más del ‘Uno a Uno’.
Desafortunadamente, en este párrafo hay que mencionar al árbitro, pues el partido se calentó. Walter López no vio un penal sobre Héctor Herrera ya que Herrera lo dramatizó cual actor de Broadway. Tampoco vio una patada artera de Vela sobre Jermaine Jones. Y se olvidó de amonestar a Besler por sacudir a Dos Santos, y a Layún por derribar a Wood. Al menos se equivocó para los dos lados.
Entonces las dos selecciones entraron en una espiral de agresiones y reclamaciones. Los únicos capaces de regresar el partido al terreno futbolístico fueron las jóvenes promesas: Christian Pulisic e Hirving Lozano, quien se vistió de torero y casi la rompe de no ser por el rechace heroico de Johnson sobre la línea.
Sin embargo, estas guerras las ganan los veteranos. Y el más veterano en México, el patrón, se apellida Márquez. El capitán cabeceó a primer palo un córner cobrado por Layún para silencio de más de 20 mil estadounidenses y algarabía de un número de mexicanos tan difícil de calcular como fácil de escuchar en la tribuna. Termina la historia americana del ‘Dos a Cero’ y comienza la mexicana del ‘Dos a Uno’.