25/04/2024

Pancho Sá es el verdadero rey de Copas

Jueves 26 de Marzo del 2020

Pancho Sá es el verdadero rey de Copas

Exzaguero se coronó con Independiente y Boca. Fue asistente técnico de Emelec en 1994 brevemente.

Exzaguero se coronó con Independiente y Boca. Fue asistente técnico de Emelec en 1994 brevemente.

Buenos Aires -

Pudo ser un simple agricultor, un anónimo abogado o guitarrista y cantor, terminó siendo el máximo ganador de la historia de la Copa Libertadores con seis títulos, cuatro en Independiente y dos en Boca Juniors. Un récord que, como el de Alberto Spencer, tal vez nunca pueda superarse. Al menos parece imbatible en nuestros días en que los equipos se arman y desarman de un año al otro y en que los buenos jugadores emigran rápidamente.

“No puedo decir que cumplí un sueño al ser campeón de América porque ni siquiera lo soñé. Nunca imaginé que sería futbolista. Nosotros vivíamos en el campo, en Corrientes, y el fútbol me parecía una cosa lejana, exclusiva de Buenos Aires. Lo único que llegaba era por radio. Y ni caminos asfaltados había hacia la capital. Yo jugaba en mi pueblo, en Central Goya, y me fui a Corrientes capital a estudiar derecho. Allí se enteraron, no sé cómo, y me llevaron a Huracán de Corrientes. En 1965 jugué en primera de la Liga Correntina y en 1968 debutamos en los torneos de AFA frente a Banfield, Newell’s, Argentinos Juniors, Chacarita…”.

Y enseguida el pase a River.

“José Ramos, que había jugado en La Máquina de River Plate, fue a observar a un delantero nuestro, Raúl Martínez, pero al final del partido vino a hablar conmigo al vestuario. Me recomendó y en enero de 1969 pasé a River. Estuve dos años y jugué poco. Labruna me dio la oportunidad, pero cuando llegó Didí hubo una limpieza muy grande y quedé fuera del plantel. Como 17 jugadores fuimos descartados.

Y apareció Independiente.

“Sí, Pipo Ferreiro, que era compañero mío en River Plate, seguía muy vinculado a Independiente. Me recomendó y arreglé enseguida. Ahí empezó una etapa muy linda…”.

En Avellaneda

Francisco Pedro Manuel Sá (74 años de edad), Pancho para todos, es el rey de la parsimonia. “Va a vivir 200 años”, dicen sus excompañeros. Para siempre quedó ligado a las divisiones menores de Independiente de Avellaneda, el club de sus amores.

“Mi padre, mi madre, mis dos hermanos y yo éramos hinchas de los Rojos. El gran anhelo de mi papá era que jugara alguna vez en este club. ¡Y mirá todo lo que se dio…! De chico yo veía a aquellos jugadores de Independiente campeones de América que saludaban con los brazos en alto, y después iba a jugar y hacía el mismo saludo, como si fuera uno de ellos. Luego, a fines de 1976, Independiente me dejó libre y firmé para Boca. Juan Carlos Lorenzo estaba buscando un zaguero y Cherquis Bialo, quien fue director de El Gráfico, le dijo: ‘¿Por qué no le hablás a Pancho Sá, que está por irse a Colombia…?’. Yo ya me iba al Independiente Santa Fe, hasta tenía el contrato firmado. Pero me llamó Lorenzo y me convenció. En Boca pasé seis años hermosos y logramos muchos títulos. Ya en el primer año, 1976, fuimos bicampeones en la Argentina: ganamos el Metropolitano y el Nacional. Tuve la suerte de ser compañero del más grande armador de juego que dio la Argentina, Bochini, y del mejor de todos los tiempos, Maradona”.

Pancho, un concepto de cada Copa Libertadores. Empecemos por la de 1972.

“Nos costó mucho esfuerzo la primera. Jugamos la final ante un gran equipo, una sombra del fútbol argentino, porque la base de ese Universitario era también la base de la selección peruana que venía de eliminar a Argentina del Mundial 1970. Un equipo afianzado, 0-0 salimos allá y acá ganamos 2-1 con dos goles de Maglioni. Universitario quizás fue el mejor equipo de la historia de Perú. Tenía un puntero derecho, Muñante, que era un avión; jugaban Percy Rojas, Oswaldo Cachito Ramírez… Un equipo bárbaro, pero nosotros también teníamos uno muy bueno”.

La Intercontinental

En 1973 vino Colo Colo…

“Pensando como los hinchas, queríamos igualar el bicampeonato obtenido por Independiente en 1964 y 1965. Y se dio algo parecido al año anterior, porque el Colo Colo de ese año fue el mejor conjunto chileno de todos los tiempos. En Avellaneda empatamos 0-0 y allá 1-1, lo que forzó un desempate. El partido en Santiago fue de una tensión terrible. Chile vivía una situación difícil, porque fue previo a la caída de Allende. Nos tiraban botellas, nos agredieron feo. Arppi Filho, que dirigió ese partido, dice que es el más difícil que le tocó en su vida. Como habíamos empatado acá, creían que nos ganaban seguro. Santoro tuvo una actuación extraordinaria, Raimondo jugó muy bien, nosotros teníamos un equipo imbatible, lo sentíamos en ese momento, y a través del tiempo se agiganta. En el tercer partido, en Montevideo, tuvimos que ir al alargue. Ahí debutó Bochini y Giachello metió el gol del triunfo, el 2-1”.

¿Fue el mejor momento de aquel gran Independiente campeón de América?

“Sí. Se nos había ido Pastoriza (a Francia), un hombre muy importante para nosotros, más adelante se fue Maglioni, pero ya aparecían Bochini y Bertoni, sangre nueva. Se fue armando un grupo que por media década resultó invencible. En 1973 conformamos un equipo poderoso y tal es así que para noviembre jugamos la final Intercontinental ante Juventus en Roma y la ganamos (1-0)”.

En 1974 les tocó un Sao Paulo bravísimo, con Rocha, Forlán, Zé Carlos...

“Muy bravo, pero nosotros ya jugábamos con el viento en la camisa, como dicen los uruguayos, estábamos seguros, confiados en lo nuestro. Perdimos 1-0 en Sao Paulo, ganamos 2-0 en casa y en el tercer partido, en Santiago, otra vez 1-0. Esa noche Gay atajó un penal, era atajador de penales. Si había empate se iba al alargue y si después de eso seguíamos iguales ganaba Independiente, el gol de diferencia entraba a correr en el suplementario, pero no hizo falta. Jugar contra los brasileños es siempre difícil, aparte Sao Paulo es el más grande de ellos, al menos en la Libertadores. Si alguien podía decir que no le habíamos ganado a nadie, esa era una buena demostración. Y además queríamos esa Copa para igualar el tricampeonato de Estudiantes”.

Y en 1975 llegó el tetra…

“Sí, frente a Unión Española. Ahí ya no hubo tanto sufrimiento, se ganó con claridad. Y jugando bien. Ya no estaba Garisto para alternar en la zaga y, si había una ausencia, Semenewicz suplía a cualquiera de los centrales. Un gran jugador el Polaco, no debidamente valorado. Ocurre que la genialidad de Bochini opacaba a todos. Seguían Santoro y Pavoni, pero después de esa Copa se desmembró un poco el cuadro, se fue el Zurdo López, me fui yo, Balbuena. Fue mi última Copa en Independiente. Pero pudimos superar el récord de Estudiantes. Teníamos un equipo fantástico en 1975”.

Con Boca

Es feliz en Independiente, aunque nunca olvida su paso por Boca Juniors, al que llegó a los 30 años.

“En Boca también formamos un equipo bárbaro, muy fuerte, con mentalidad moderna. A Independiente lo comparan con River, pero yo jugué en los tres y puedo decir que se parece a Boca, son clubes que están hechos para las grandes hazañas, cuando nadie da nada por ellos, aparecen”.

Al segundo año en Boca, otra vez campeón de América.

Fue duro, en esa Copa de 1977 tuvimos que jugar contra Peñarol, River, Defensor de Montevideo que era muy fuerte, Libertad… Los paraguayos siempre fueron difíciles, estaban en alza. Cruzeiro era un cuadrazo, venía de ser campeón el año anterior. Tenía un pateador fenomenal, Nelinho. Para mí fue una satisfacción salir campeón con Boca después de que Independiente me había dejado libre. La bronca es que jugué todos los partidos y en la primera final me lesioné cuando iban 40 minutos del segundo tiempo. No pude estar en las otras dos”.

¿Y la última?

“Ganamos la final al Deportivo Cali; le hicimos un gol tempranero. Fue determinante para el partido. La final fue más tranquila que otras: 40. En Boca sabíamos que si metíamos el primer gol no podíamos perder. En dos ediciones Boca recibió apenas cinco goles en 19 partidos. Pero ya para esta Copa muchos de nosotros estábamos cumpliendo un ciclo”.

Casi se da una séptima corona, en 1979. De nuevo en la final. “Con Olimpia. Perdimos en Asunción 2-0 y empatamos en La Bombonera 0-0. Ya estaba terminado el ciclo; muchos jugadores estaban lesionados. No jugué contra Olimpia en Paraguay porque me echó el árbitro en la semifinal. No hice absolutamente nada y me echó, hasta hoy me pregunto por qué”.

Ayer y hoy

¿Cómo era la Copa antes comparada con la actual?

“Ni mejor ni peor, diferente. Ganar siempre es difícil, ayer y hoy. Antes, todos los mejores jugadores de Sudamérica estaban acá, se quedaban en sus equipos, no eran transferidos, ahora se van. Vos jugabas contra Peñarol y era Peñarol. También es cierto que ahora es más limpio, te tiran una botella y se suspende el partido. En aquella final contra Colo Colo, en Chile, nos deben haber tirado quinientas, mil botellas, y siguió. ¿Antes al local le iban a expulsar un jugador? Tenía que ser demasiado grosso, ¿o que le cobraran un penal en contra? Huuummm, difícil. Hoy las canchas son muy buenas, hay mucha seguridad, se ve todo en televisión”.

Radiografía de Pancho Sá: caballero, zaguero confiable para resistir lo que venga, talismán de la suerte, madera de campeón. (O)

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