Guillermo Sanguinetti vino al país en el 2016 para dirigir al ahora desaparecido River Ecuador. Pero no imaginaba que entraría a la historia del balompié nacional al ocupar el banquillo del Delfín de Manta. El uruguayo es el DT que más lejos ha llevado a un club de Manabí en el campeonato (segundo) y es el primero que clasifica a la Copa Libertadores a un equipo de esa provincia. Ahora, desde Colombia, donde Sanguinetti dirige al Cúcuta Deportivo, hace fuerza para que los cetáceos ganen la final de ida de la Copa Ecuador, hoy ante Liga de Quito, y que el próximo fin de semana haya coronación del Delfín en el Jocay, donde él y sus huestes no pudieron dar la vuelta olímpica en el 2017 ante Emelec por el torneo local.
Con usted, en el 2017, se inició el despegue del Delfín como protagonista.
En ese momento se conformó un plantel cuya base se ha mantenido con el pasar del tiempo. Lógicamente han salido algunos jugadores. Tuvimos una gran parte del año y nos tocó ganar la primera etapa; estuvimos invictos en muchos partidos. Es importante que algunos futbolistas de ese entonces se hayan quedado, porque se sienten cómodos, les cumplen lo que necesitan y eso le posibilita al club seguir en los primeros lugares.
¿Cuál es la clave del éxito para que Delfín brille en las campañas recientes?
Se debe a la ambición de los jugadores de querer seguir estando arriba para lograr cosas importantes. Además, hay un trabajo tanto en la parte dirigencial y la dirección técnica, que los lleva a seguir en un buen nivel. Hay una continuidad importante.
Además no se desprende de Carlos Garcés y Roberto Ordóñez, su dupla ofensiva.
Eso es algo muy importante. Seguramente la dirigencia ha hecho un gran esfuerzo para retenerlos. Son codiciados y es una virtud mantenerlos; sin duda, en estos años, ha sido la pareja ofensiva más importante de Ecuador.
¿Ve fútbol ecuatoriano?
Lo sigo desde los años anteriores (a su arribo) y no en este último. Estoy en Colombia, en el Cúcuta, donde tengo un trabajo bastante arduo, pero en la medida de lo posible sí he visto partidos (del balompié de Ecuador).
¿Le ve opción al Delfín de ganar la Copa Ecuador?
Esta Copa nueva es un torneo importante, donde Delfín tiene las mismas posibilidades que el rival (Liga de Quito), sobre todo porque hay que definir en casa y es un gran factor poder cerrar en Manta.
¿Qué opina de Fabián Bustos, DT del Delfín?
Es alguien que estuvo con nosotros durante el proceso que tuvimos; él ya trabajaba (como director deportivo) en el club cuando nosotros llegamos. Conocía muy bien el plantel y sabe sus virtudes y sus defectos. Ha hecho un buen trabajo y por eso se han dado los resultados.
¿Qué le dice al equipo que jugará una nueva final?
Les quiero desear la mejor de la suertes para las finales de esta Copa. Que les vaya bien en lo que viene después, que es la Liga Profesional.
¿Qué le faltó a Delfín para lograr el título del 2017?
Hemos hablado de detalles muy importantes como la dupla Garcés-Ordóñez. En la segunda parte del torneo de año nunca tuvimos a los dos juntos, fueron pocos los partidos los que compartieron en la cancha. Por lesiones los tuvimos afuera, e incluso en las finales (ante Emelec) no los tuvimos en su plenitud y ellos eran un arma importante para nosotros; ahora es igual. Hay que agregar que detrás de ellos hay un gran equipo. En nuestra etapa además tuvimos a la defensa menos vencida y fue el respaldo de todo un equipo lo que nos llevó a lograr la clasificación a la Copa Libertadores.
¿Cree que Delfín habría sido campeón si la final del 2017 no era con Emelec?
Nos agarró un pico de rendimiento que no era el nuestro y sí era el mejor de Emelec. Nuestro rendimiento más alto lo tuvimos en la primera etapa, cuando contamos con todos los jugadores en muy buenas condiciones. La realidad habría sido otra si la final era en ese momento. Los dos clubes estaban bien y en el fútbol los equipos pasan por momentos y en ese instante (las finales) estaba mejor Emelec.
¿Le quedó una deuda tras no poder ganar la final del certamen 2017 con Delfín?
No. Al contrario, me dejó muchas alegrías por haber logrado cosas importantes, ser reconocidos a nivel internacional jugando la Copa Libertadores. Me alegra que le vaya bien al Delfín, que siga por el mismo sendero que nosotros iniciamos. Les deseo lo mejor para este año y las finales que se vienen.
¿Se arrepiente de haberse ido la temporada siguiente?
No. Porque a veces nosotros los técnicos no somos los que ponemos fin a los ciclos. Delfín hizo su camino y lo mismo nosotros. Recorrimos otras partes. Cuando salí del Delfín fui al Deportivo Cuenca, de ahí volví al fútbol colombiano. Dirigí a un grande (Santa Fe), y ahora estoy en un equipo con el que hemos logrado los objetivos que nos planteamos cuando lo armamos: mantenernos en primera división, clasificar entre los ocho mejores para jugar las finales del torneo. Le agradezco al Delfín por la posibilidad que me dio de estar en ese nivel. Eso también me dio posibilidades de poder dirigir a equipos importantes.
¿Le gustaría volver a dirigir alguna vez en Ecuador?
Uno está contento donde está dirigiendo, pero siempre miro de reojo la posibilidad de volver a dirigir en Ecuador, donde estuve tres años. Lógicamente es un fútbol que conozco, a los jugadores, lo qué es su fútbol. Nunca descarto esa posibilidad.
¿Por qué cree que los clubes ecuatorianos ahora se fijan más en los entrenadores uruguayos?
Cuando llegué a River Ecuador había entrenadores uruguayos. Estaba (Pablo) Repetto en Independiente, Tabaré Silva (Aucas). Esto se debe al trabajo que ellos han hecho en sus equipos y ahora el fútbol ecuatoriano busca a los técnicos uruguayos. Eso es importante porque hablamos de personas que se han capacitado, que trabajan y han logrado buenos resultados en los clubes en que han estado. Eso ayuda mucho.(D)
José Delgado (presidente del club), hace un muy buen trabajo; sigue un proceso. Cuando llegué al Delfín siempre conté con su apoyo y respaldo.
Delfín tiene las mismas opciones que Liga de Quito, sobre todo porque es muy importante cerrar jugando en Manta (en el Jocay)
Guillermo Sanguinetti, exDT cetáceo