28/03/2024

Jorge Barraza: La carrera más difícil del mundo, sin discusión

Miercoles 18 de Diciembre del 2019

Jorge Barraza: La carrera más difícil del mundo, sin discusión

La única selección que no ha designado técnico es Ecuador, una desprolijidad que podría pagarse carísima (...)

La única selección que no ha designado técnico es Ecuador, una desprolijidad que podría pagarse carísima (...)

Buenos Aires -

“¡Qué brava nos tocó, Uruguay afuera y Colombia adentro…!”, suspira Toño Prieto, apreciado y excelente colega chileno. “Dura para nosotros, Paraguay y Brasil de arranque, Chile después, con todo lo que significa Chile para nosotros”, dice Ricardo Montoya, magnífico cronista peruano. “Un inicio muy exigente y una segunda vuelta con mayor localía. La altura de Quito, el calor de Barranquilla y los enfrentamientos contra Brasil y Argentina en las primeras cinco fechas de la ruta clasificatoria para el Mundial asiático”, escribe preocupado El País, de Uruguay.

El venezolano César Farías, técnico de Bolivia, ve “un comienzo muy difícil frente a las potencias” (Brasil y Argentina), aparte de los acontecimientos sociales que vivió recientemente el país que derivaron en la destitución del presidente Evo Morales y que paralizaron el fútbol por largo tiempo. En Argentina hubo cautela, primero porque en el debut ante Ecuador no estará Messi, suspendido por la roja ante Chile en la Copa América, y hay conciencia de que sin Messi no es igual. Segundo porque cinco días después deberá viajar a La Paz y ya sabemos del miedo cerval, casi ridículo que los futbolistas argentinos tienen a la altura, gracias a sus entrenadores, que a lo largo de los años han logrado infundir ese pánico irracional. Van directo a perder porque llevan la excusa en la valija. Y los que tienen altura lo saben y lo aprovechan.

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Tras el sorteo de la clasificatoria para Catar 2022 realizado ayer en Conmebol, los analistas y portales de cada país coincidieron en lo mismo: la terrible prueba que significa para todos cada jornada de la Eliminatoria sudamericana, la más complicada del mundo sin discusión. Aquí es duro Venezuela, terrible viajar a Bolivia. En Sudamérica no estamos de maravillas, pero no hay Andorras ni Maltas ni Chipres ni Luxemburgos. Para peor, son apenas 4 cupos y medio. De ellos, hay tres candidatazos de hierro: Brasil, Argentina y Uruguay, que amenazan otra vez con dejar las migas de una plaza y media a pelear entre siete.

Brasil es Brasil, no hace falta explicarlo, tiene el entrenador, el rodaje y los jugadores. Hubo 21 mundiales y en todos estuvo. Argentina cumplió un proceso de renovación y ahora, pese a que nadie tira cohetes, hay ilusión de que los jóvenes de la renovación darán una fisonomía nueva al equipo; ya no existe la tensión del Premundial anterior en torno a la selección, hay una sensación de reencuentro con la Celeste y Blanca. Y Uruguay tiene al maestro Tabárez (él sólo impone respeto) y una excelente camada de futbolistas. No tienen el boleto asegurado, pero va a ser difícil bajarlos. Los demás, a remarla. Pero el resto está muy bien armado también. Gareca tiene inculcado el esquema y Perú juega de memoria; no le sobran intérpretes de calidad, sin embargo le hace partido a todos. Colombia, con el portugués Carlos Queiroz, aspira firmemente a una plaza. El técnico tendrá justo un año de aclimatación al medio cuando se inicie la carrera. Paraguay está muy entusiasmado con el proceso de Eduardo Berizzo y la nueva camada. Chile apostará otra vez por la Generación Dorada, hombres ya un poco veteranos, pero de reconocida personalidad y con una peculiaridad: rinden mejor en su selección que en sus clubes. Venezuela viene entonado desde la última Copa América y va a sumar muchos puntos. Le sobran buenos jugadores. O clasificará o hará daño.

La Eliminatoria comenzará el 26 de marzo, cinco días después se disputará la segunda fecha, luego se interrumpe y seguirá en septiembre. En el medio, la Copa América. Por ello, para los diez es importante un arranque esperanzador, cuestión de no ir con malas vibras a Colombia (en el caso de Ecuador). Y porque el arranque marca el tono que cada selección tendrá en la competición. También la Copa América será un catalizador en cuanto a que puede reanimar a algunos o desalentar a otros. A Ecuador nunca le hace bien ese torneo para los humores posteriores. Hubo sorteo libre. Se había estipulado previamente que Argentina y Brasil fueran a los bombos con bolillas azules para que a ningún contrincante les tocara jugar con ellos consecutivamente en una doble jornada, pero a último momento Conmebol decidió cambiar de idea y se dio lo más temido: Bolivia se estrenará con Brasil de visita y seguirá con Argentina en casa. Como atravesar un campo minado.

Jorge Célico debe saber que le dan la mano de la novia porque no había más candidatos. Esperaban a un príncipe azul que, o era un delirio de grandeza o fue una gestión mal encarada.

Todas las selecciones vienen preparándose y compitiendo desde hace tiempo. La única que no ha designado técnico es Ecuador, una desprolijidad que podría pagarse carísima. No creemos que, a esta altura, sin tiempo para hacer amistosos ni para ensayar, incluso sin oportunidad para ver jugadores, se llame a un DT proveniente del exterior. Deberá estar en Ecuador, conocer el universo de futbolistas elegibles. Lo contrario sería directamente disparatado, algo incluso fuera de época. Eso se hacía en 1960. Veinte días antes de un torneo se designaba a un profesional, hacía cuatro o cinco entrenamientos y viajaba al torneo que fuera.

Pero un portavoz de la federación anticipó que el entrenador a nombrar “vive en el país”. “Nunca se sabe cuánto ayuda el calendario. No tengo una preferencia en cuanto a los rivales, se dio como se dio y hay que enfrentarlo como venga”, comentó sobre el sorteo Jorge Célico, presente en Asunción.

Si se analizan sus palabras, queda claro que habló como el técnico de Ecuador para esos partidos. Eso, unido al “vive en el país”, lo certifica. Internamente, Célico debe saber que lo es, aunque no haya sido oficializado. Es la única bala que les queda en la recámara a los directivos.

Está ahí, conoce el medio, los jugadores, se agotó el tiempo para llevar a otro y es la opción más económica posible. Dentro de la improvisación, cierra perfecto. Supo esperar sentado en un sillón y ahora los directivos deberán reemplazar el papel de interino hecho con una impresora por una placa de bronce, como Dios manda, que diga “Director Técnico Nacional”.

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Pero Célico también debe saber que le dan la mano de la novia porque no había más candidatos. Esperaban a un príncipe azul que, o era un delirio de grandeza o fue una gestión mal encarada. A juzgar por sus actuaciones en juveniles, Célico es un individuo que gusta del buen fútbol y además no se amedrenta por el compromiso, lo asume con valentía. Es muy positivo eso. No obstante, si cree poder acometer una Eliminatoria con jóvenes sub-20 y sub-17 podría darse un golpe importante. Esta es una competencia de alta tensión que requiere de gente probada y mucho carácter. No es para afrontarla con chicos, a los que se podría quemar para siempre.

Como el 8 de octubre de 2015, Ecuador iniciará su sueño frente a Argentina en Buenos Aires. Como en aquella ocasión, se salvará de tener a Lionel Messi enfrente. Pero lo más probable es que, cuatro años y medio después, ninguno de aquellos que lograron la resonante victoria por 2-0 vista el próximo marzo la camiseta tricolor.

Será otra selección, otros nombres menos ilustres. También habrá menos expectativa. (O)

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