No hay un único bitricampeón en el balompié profesional del país. Ese neologismo (“vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua”, según el Diccionario de la Real Academia Española), creado en Ecuador por los hinchas de El Nacional, podría definirse así, en términos futboleros: “dícese del equipo que ha sido dos veces tricampeón”.
Y citado otra vez el Diccionario de la RAE, la palabra tricampeón significa: “1. adjetivo. Deportes. Que ha sido campeón tres veces. U. m. c. s. (Usado más como sustantivo)”. Tal concepto es aplicable a la obtención de una triple corona seguida del Club Sport Emelec, hecho logrado entre 1956 y 1957 –antecedente de las consagraciones del 2013, 2014 y 2015, todas ellas en el marco del certamen ecuatoriano–.
El capítulo de apertura de ese tridente de éxitos azules se escribió el 2 de diciembre de 1956. A la última jornada del torneo de la Asociación de Fútbol del Guayas (en la época el de más importancia y prestigio del país) Emelec arribó como líder, con 19 puntos; y Barcelona como escolta, con 18.
Emelec de 1957, campeón de Asoguayas y del primer torneo nacional.
En un Clásico del Astillero se definió al poseedor del cetro. EL UNIVERSO informaba que eléctricos y toreros “jugarán el decisivo compromiso como final del campeonato. La expectativa por tan sensacional partido es extraordinaria entre la afición porteña”.
En el Capwell, “con indescriptible emoción y un bullanguero entusiasmo que formaban un soberbio y hermoso marco festivo” el “clásico fue duramente disputado”. Emelec, al que le bastaba con empatar, tomó ventaja de 2-0. A los 20 minutos “Júpiter Miranda intercepta el débil rechazo de Luis Jurado, mandando la bola hacia Carlos Raffo, quien desde tres metros bate rotundamente a (Pablo) Ansaldo”.
A los 30 minutos otra vez el Flaco castigó a Barcelona. Con “un tiro de media altura y con mucha fuerza” hizo el 2-0 cuando “la pelota chocó en el poste y terminó su recorrido en la red”. Pero ni la “formidable reacción” de los amarillos, que igualaron a través de José Pelusa Vargas y Sigifredo Chuchuca, torció el destino.
“Fue delirante la ovación que sus partidarios le tributaron anoche a Emelec cuando sus jugadores dieron la vuelta olímpica, premiando así la conquista”, reseñó este Diario. El compromiso fue de los “más emocionantes y briosos de cuantos se han disputado en el campeonato de Guayaquil”.
Los once emelecistas que alinearon esa noche fueron Cipriano Yu Lee; Jaime Ubilla, Cruz Alberto Ávila, Raúl Argüello; Ricardo Chinche Riveros, Francisco Pugliese, Bolívar Herrera; Miranda, Raffo, Mariano Larraz, Jorge Larraz.
En 1957 los millonarios refrendaron su condición de monarca de Asoguayas una fecha antes de la culminación del torneo. El 23 de octubre de 1957, en una programación doble que comenzó a las 19:45 en el Capwell, en el preliminar Emelec igualó a 0 con Unión Deportiva Valdez y quedó en la cima de la tabla, con 25 unidades.
En duelo de fondo “Everest venció 3-2 a Barcelona, quitándole opción al campeonato”. El techo de los toreros era de 24 puntos y pese a triunfar en el cierre no fue suficiente (se daban 2 unidades al ganador).
Otra vuelta olímpica
“Cuando el silbato final sancionó la victoria de los rojos (ante Barcelona) en la tribuna principal (del Capwell) no se oyeron vítores para los esforzados vencedores del partido sino para Emelec, que se clasificaba campeón”, se publicó en este Diario el 24 de octubre. Como responsables del segundo galardón al hilo formaron: Yu Lee; Ubilla, Argüello, Riveros; Jorge Carusso, Jorge Lazo; José Vicente Balseca, Carlos Romero (Óscar Fernández), Raffo, Daniel Pinto, Natalio Villa.
Pero faltaba la tercera estrella seguida de Emelec y esta fue adquirida 364 días después de la primera. Triplete, triple corona, tricampeonato, trébol de tres hojas. Como quiera llamarlo. Fueron, una atrás de otra, tres consagraciones.
El 7 de noviembre de 1957 en EL UNIVERSO se publicó que “el domingo (10) debe iniciarse, simultáneamente en Guayaquil y Quito, el torneo de equipos profesionales al que dirigentes de AFNA de la capital y de la ASO de esta ciudad dan el carácter de campeonato nacional por intervenir los campeones y vicecampeones de ambas entidades, que son las que controlan el fútbol rentado”.
Se aclaraba, además, que serían aplicadas las reglas de la FIFA, “pero será permitido realizar hasta cinco cambios en el transcurso de cada partido” en “virtud de la diferencia de altitud de las ciudades a las que pertenecen los equipos participantes (Emelec, Barcelona, Deportivo Quito y Aucas)”. Se estableció, también, que escuadras de una misma asociación no se enfrentaran entre sí.
Los azules debutaron con un 2-0 sobre Aucas, al que sometieron de visita 4-3. Luego los chullas acabaron con el invicto eléctrico, pero ante ese mismo adversario se concretó la tercera titulación seguida. El 1 de diciembre de 1957 saltaron a la cancha del Capwell: Yu Lee; Ubilla, Ávila, Argüello; Carusso, Lazo; Balseca, Pinto, Raffo, M. Larraz, Villa. Tras los goles de Pata de Chivo Pinto y del argentino Villa (2-0), los primeros reyes nacionales “dan la vuelta al campo entre los aplausos de sus numerosos parciales”. (D)