Gilson Simões de Souza fue el último que mostró el ‘jogo bonito’ de Brasil en el Barcelona Sporting Club. Isidro Romero Carbo, quien era el presidente de los amarillos, decidió fichar al nacido en la ciudad de Duque de Caxias, en el estado de Río de Janeiro, tras pagar $80 000 por su pase.
Su paso por Filanbanco (1990) y Valdés SC (1991) convenció a Romero para contratarlo y conformar un poderoso ataque en 1992, pero tras situaciones fuera de la cancha se marchó en 1993 y retornó para ser campeón en 1995.
En la actualidad, con 53 años, se encuentra dirigiendo en las divisiones formativas del Al-Rayyan de Qatar, y rememoró en una entrevista con radio Huancavilca sobre su paso por el cuadro amarillo.
¿Por qué se marchó la primera vez de Barcelona?
En 1993 estábamos jugando Copa Libertadores y, personalmente, me estaba yendo bien. Nadie puede decir que había dejado de luchar o que jugué mal, nunca. Lo que pasa es que hubo un partido ante Nacional de Uruguay y teníamos complicada la clasificación casi perdida; yo había perdido dos goles en ese partido. Luego me mató la prensa. Hubo unos sufridores, que son hinchas y no periodistas. Ahí llamé a Isidro Romero para decirle que salía a la calle, me insultaban y que por eso me iba. Me habían pagado un dinero por adelantado y lo devolví.
¿Por qué fichó con Liga de Quito en 1994?
Quise volver a Barcelona, hablé con el técnico argentino Jorge Habegger y me dijo que querían a Diego Herrera, quien había sido el goleador en 1993 del torneo nacional con Liga de Quito. Entonces, el trato era que Diego pase a Barcelona y yo a Liga, pero cuando iba a firmar había una cláusula que yo no podía jugar ante los amarillos y dije que no firmaba, después esto cambió. Me tocó jugar contra Barcelona y ganamos 3-1, le hice uno de los mejores goles de mi carrera. Fue el partido para lucirme.
Y en el 97, ¿por qué se fue a mediados de temporada?
Yo salí a mediados de 1997 de Barcelona, pero me considero campeón del campeonato ecuatoriano, porque dejé al equipo con 1 punto de bonificación para la final. Mi último partido fue ante Técnico Universitario de Ambato, luego me reuní con mis compañeros Luis Chino Gómez y Julio César Rosero y les dijo que no jugaba más. Gracias a Dios hasta ahora nadie me ha botado. Ya me debían 8 meses de sueldos y primas desde 1996, otros jugadores estaban cobrando. Fui hablar con la directiva y no me gustó la manera cómo me trataron en ese momento, entonces tomé la decisión de irme.
¿Qué extraña del fútbol ecuatoriano?
Sí extraño a la gente, porque cuando se juega en un equipo grande como Barcelona y Liga de Quito uno extraña el cariño de la gente, el reconocimiento; no sé, eso te hace falta, aunque no es lo primordial en tu vida, pero es bueno cuando estás en un lugar y sabes que eres querido.
Vistió las camisetas de Liga y Barcelona, ¿cuál equipo es el más popular?
A mí no me gusta la hipocresía, pero el más grande de Ecuador es Barcelona, puedes unir a Emelec y Liga y no hacen lo que es Barcelona.
¿Tuvo alguna propuesta de Emelec?
Nunca me propusieron jugar en Emelec porque yo tenía mis raíces, ya eran de Barcelona, por lo que hice en 1992. Cuando un jugador se pone la camiseta (como la amarilla) de un club por una, dos o más temporadas, Emelec ya te va a querer, pero es un poco raro, porque a pesar de todo Hólger Quiñónez, Carlos Luis Morales, Marcelo Pepo Morales, Luis Capurro, Iván Hurtado, entre otros, jugaron en ambos equipos. Sin embargo, esto no quita que a Capurro y Hurtado los identifiquen con Emelec, porque su vida (deportiva) y triunfos fueron allá. José Francisco Cevallos es campeón de América con Liga de Quito, pero su figura está más asociada a Barcelona. Entonces a mí nunca me llamaron de Emelec, ¿quién sabe?, a lo mejor no me querían.
¿Qué recuerda de Barcelona?
Tengo muy buenos recuerdos de los partidos, de las amistades con mis compañeros, el camerino. Hasta hoy hablo con todos mis compañeros, con el Luis Chino Gómez, Jimmy Montanero, Manuel Uquillas, Carlos Alfaro Moreno, Byron Tenorio, Máximo Tenorio, Wagner Rivera. Son pocos los equipos en el mundo que te proporcionan este ambiente que tiene Barcelona. Es más grande de lo que la gente cree, son pocos los elencos que tienen la fuerza de Barcelona (por la popularidad). (D)