No le salió nada. Luis Suárez no tuvo un buen partido este sábado que Atlético de Madrid cayó 2-1 ante Sevilla en el Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán por la jornada 18 de LaLiga Santander.
Y es que Luis Suárez no tuvo chances para anotar en el Atlético frente al Sevilla. Para colmo, el entrenador Diego Simeone lo cambió en el segundo tiempo y al momento de su sustitución, por Matheus Cunha en el 58', el atacante uruguayo mostró toda su furia.
Salió por un costado de la cancha del Sánchez-Pizjuán y Suárez dijo de todo, en dirección al área técnica de Simeone. No todo quedó allí ya que en el banquillo el exdelantero del Barcelona siguió en lo suyo. Se le vio muy ofuscado.
La desazón de Luis Suárez al ser cambiado ante Sevilla
De otro lado, con la victoria los hombres de Julen Lopetegui se afianzan en la segunda posición de LaLiga Santander, mientras que el cuadro de Diego Simeone sale de puestos de clasificación a la próxima edición de la Champions League.
Felipe Augusto, a los 33 minutos contrarrestó para el colchonero el gol que logró el croata Iván Rakitic a los 7', pero en la segunda, cuando los visitantes parecían mas entonados en busca de la victoria, fue el local el que la logró pese a que en el último minuto Joao Félix estrelló un balón en el larguero que pudo suponer un nuevo empate.
Se presentaron dos equipos en el estadio sevillista con bajas significativas y dudas en su juego, lo que en el caso del equipo de Luis Suárez, vigente campeón de LaLiga, le dejaba a trece puntos del líder, el Real Madrid, después de que en la anterior jornada perdiera en el Santiago Bernabéu y la anterior frente al Mallorca en el Wanda Metropolitano.
El conjunto andaluz, por su parte, llegó a la cita segundo en la tabla con cinco puntos más que el madrileño, gracias, sobre todo, a su efectividad como local, condición en la que hasta ahora había ganado seis encuentros y solo cedió un empate.
Ambos, que disputarán la próxima semana los encuentros que le fueron aplazados en los inicios del torneo, tenían la oportunidad, en un partido exigente, de disipar algunas de las incertidumbres que han creado.