Es cierto que el proyecto de Diego Pablo Simeone al frente del Atlético de Madrid ha experimentado una auténtica revolución. Son varias las caras nuevas durante este curso 2019-2020, todo ello con motivo de la salida de algunas de sus vacas sagradas: Diego Godín, Filipe Luís, Juanfran Torres, Lucas Hernández o Antoine Griezmann. Sin pasar por alto la salida de Rodrigo Hernández.
De todos modos, sigue habiendo un auténtico seguro de vida para cubrir los palos de la meta rojiblanca: Jan Oblak. El esloveno afronta su sexta campaña en el conjunto colchonero. Irrumpió en la campaña 2014-2015, justo después de disputar la final de la Europa League con el Benfica. Un título que acabaría conquistando el Sevilla FC en la tanda de penaltis (posiblemente, su único punto débil).
Oblak es, con méritos propios, uno de los mejores cancerberos del planeta. La temporada anterior, junto con Marc-André ter Stegen, demostró encontrarse en un nivel de forma realmente asombroso. El Atleti de Simeone defiende a las mil maravillas, pero en caso de superar el entramado de la zaga rojiblanca, no es tarea precisamente sencilla la de batir al Zamora de las últimas 4 ediciones de LaLiga Santander.
No cabe duda que se ha ganado el cariño, respeto y la admiración de toda la parroquia colchonero, al igual que el de todos los amantes del deporte rey. Es uno de los capitanes de la entidad presidida por Enrique Cerezo, honor que comparte con Koke Resurrección, José María Giménez y Saúl Ñíguez. ¿Serán capaces todos unidos de conquistar la tan ansiada Champions?