19/04/2024

Jorge Barraza: ¿Puede un auto de 1930 ser mejor que uno del 2020...?

Domingo 05 de Enero del 2020

Jorge Barraza: ¿Puede un auto de 1930 ser mejor que uno del 2020...?

Sudamérica retrocedió y por eso muchos piensan que el fútbol de antes era mejor. Nada que ver. La Copa Libertadores sí era más difícil antes, la jerarquizaban los cracks. Lo que cambió fue el escenario.

Sudamérica retrocedió y por eso muchos piensan que el fútbol de antes era mejor. Nada que ver. La Copa Libertadores sí era más difícil antes, la jerarquizaban los cracks. Lo que cambió fue el escenario.

Buenos Aires -

Liverpool venció a Flamengo (con las justas) y extendió la supremacía de europeos sobre sudamericanos de los últimos trece años, con doce títulos para aquellos y apenas uno para los de acá. La novedad es que el equipo carioca ofreció pareja batalla y estuvo cerca de cortar la racha. Cayó 2-1 recién en tiempo suplementario. Muchos dirán: “Pero perdió”. Exacto, sin embargo, su nivel de juego estuvo a la par del superalabado Liverpool que se encamina a ganar la Liga Inglesa y es favorito a repetir en la Champions. No deja de ser una buena nueva continental.

Hace 38 años, en el único antecedente entre ambos, Flamengo había demolido 3-0 al cuadro liverpuliano. Entonces las realidades eran por completo diferentes. Liverpool era un conjunto exclusivamente británico (siete ingleses, cuatro escoceses) y Flamengo una maquinaria con Zico, Junior, Leandro, Mozer, Tita, Nunes, Andrade... Aún existía el jogo bonito y el fútbol brasileño lideraba el mundo. Hoy, Flamengo es parte de la realidad de la región, los nuevos valores se le van jóvenes (como Vinicius) y repatria a los compatriotas ya de vuelta del exterior (Rafinha, Diego Alves, Filipe Luis), en tanto Liverpool es una selección internacional de 16 países. Hasta lo derrotó con un golazo de un futbolista brasileño: Firmino.

Zico (i), con Flamengo en 1981

La ley Bosman (1995) fue una bomba que le explotó en las manos a Sudamérica; todo cambió desde entonces, eliminó los cupos de extranjeros para los europeos, liberó lugares y centenares de futbolistas de esta parte del mundo emigraron al Viejo Mundo. Nuestras ligas empezaron a desmantelarse. Luego, el auge económico de Europa y las sempiternas crisis sudamericanas hicieron el resto. Cambió la tendencia y se abrió una brecha enorme en favor de los de allá. Esto genera una distorsión: la de pensar que el fútbol era mejor antes. Al revés, el actual es superior en casi todo, desde los campos de juego y el reglamento hasta la intensidad y la vivacidad de las acciones. Y, desde luego, la velocidad, que es en sí misma un valor estético. En el mundo entero el juego avanzó en tanto Sudamérica se estancó.

Ahora bien, la Copa Libertadores es un capítulo aparte, que corrió en sentido inverso a dicha parábola. Si no más linda, sí era más difícil. América del Sur empeoró su realidad económica y deterioró la competitividad de sus clubes. Quizás el Flamengo modelo 1981 no jugaba mucho mejor que el 2019, pero era más fuerte; cada figura que le surgía o captaba permanecía años en sus filas; eso lo fortalecía.

Precisamente cuando Zico, Junior, Andrade emigraron a Italia, Mozer a Portugal, su poderío desapareció. Ahí está el eje de la cuestión.

Hoy el campeón debe jugar la siguiente edición desde el inicio, pero es más sencillo todo. Solo de pensar que uno debía enfrentar a la delantera del Santos (Dorval, Mengalvio, Coutinho, Pelé y Pepe) o a la de Peñarol (Abbadie, Rocha, Sasía, Spencer y Joya) sentía temor. Y esos quintetos duraban una década. Todos los cracks sudamericanos –¡y había tantos…!– jugaban en el continente. Tocaba Universitario y era la selección peruana, con Chumpitaz, Muñante, Percy Rojas, Cachito Ramírez, Oblitas… Tocaba Colo Colo y era la selección chilena; estaban Caszely, Ahumada, el Chamaco Valdés, Véliz, Leonel Herrera, Galindo… Chile fue al Mundial 1974 con toda la base de ese inolvidable Colo Colo de 1973, que perdió la final con Independiente de Avellaneda.

Para llegar a la definición, el Cacique tuvo que eliminar a un Botafogo estelar, que alineaba a Brito, zaguero titular de Brasil en Inglaterra 1966 y México 1970; a Dirceu, triple mundialista y dueño de una zurda de oro; a Zequinha, que sumó 58 partidos en la selección brasileña; a un monstruo de la historia: Jairzinho, todavía con 28 años; a Marinho Chagas, el célebre lateral izquierdo rubio que era un espectáculo por sí solo; jamás volvimos a ver un defensa tan sensacional. A ellos se sumó un extranjero de excepción: el Lobo Fischer, potentísimo goleador llegado de San Lorenzo. Semejante cuadro ni siquiera pudo llegar a la final.

Nacional de 1971 contaba con ocho titulares de la selección uruguaya que el año anterior habían entrado cuartos en el Mundial de México: Ubiña, Anchetta, Mugica, Montero Castillo, Cubilla, Maneiro, Espárrago y Cascarilla Morales. Llamarle equipazo era poco. En el Peñarol 1982 estaban Diogo, Nelson Gutiérrez, el Indio Olivera, Saralegui, Venancio Ramos, Fernando Morena, Pinocho Vargas... Todos los equipos eran así, alineaban seis o siete figuras importantes. Hoy son once N. N. Flamengo logró juntar dos cracks, Gabigol y Bruno Henrique, y es campeón de América.

Independiente tenía la defensa de hierro liderada por Santoro, Pavoni y el Zurdo López, y adelante dos fenómenos: Bochini y Bertoni. “Antes jugabas contra equipos que eran máquinas, no como ahora”, sostiene el propio Ricardo Bochini, cuádruple campeón de Copa. “Peñarol y Nacional tenían siete u ocho jugadores cada uno en la selección uruguaya, que era tremenda. Aparte, las semifinales eran triangulares. A Independiente en 1975 le tocó un grupo con Rosario Central y Cruzeiro. En Central jugaba el mejor Mario Kempes de la historia, los hermanos Killer en defensa, Pascuttini, Bóveda... Y el Cruzeiro histórico con Dirceu Lopes, Nelinho, Wilson Piazza, Joaozinho, Palhinha, Raúl en el arco... Ese equipo perdió con nosotros, pero al año siguiente fue campeón, y en 1977 llegó a la final de nuevo, con Boca”.

Ricardo Bochini con Independiente

Ahora los talentos se van muy temprano y se juega con lo poco que queda. Es más fácil. Hasta 1999 había dos cupos por país y se jugaba contra el campeón y subcampeón de cada uno. Hoy tal vez toca enfrentar al cuarto de Venezuela, Bolivia o Perú. O, a los de otros países, confrontar con el sexto o séptimo de Brasil o Argentina en una región famélica de figuras.

Hay una docena de aspectos en los que la Copa ha mejorado ostensiblemente en relación con el pasado, en especial la organización. El visitante tiene amplias garantías; el arbitraje, aún con deficiencias, es mejor; hay VAR, la televisación es un fiscal excelente, la preparación física se superó, los cuerpos técnicos son superprofesionales, el entorno que rodea al juego ha evolucionado. Y el fútbol creció en todos los países. La gran diferencia es que, antaño, los fenómenos que alumbraba Sudamérica permanecían en el continente, o al menos iban a Europa después de siete u ocho años de carrera aquí. Por ello resultaba más complicado ganarla. Sudamérica retrocedió y por eso muchos piensan que el fútbol de antes era mejor. Nada que ver. Es como pensar que un automóvil de 1930 fuera superior a uno actual. La Libertadores sí era más difícil antes, la jerarquizaban los cracks. Lo que cambió fue el escenario.(O)

El fútbol creció en todos los países. La gran diferencia es que, antaño, los fenómenos que alumbraba Sudamérica permanecían, o al menos iban a Europa tras 7 u 8 años de carrera aquí".

Ver noticia en El Universo

Temas Relacionados: