16/04/2024

Jorge Barraza: El jueves negro en el fútbol

Jueves 19 de Marzo del 2020

Jorge Barraza: El jueves negro en el fútbol

'Los programas de polémica en televisión que están horas y horas gritando sin sacar ninguna conclusión, ¿de qué van a hablar (...)

'Los programas de polémica en televisión que están horas y horas gritando sin sacar ninguna conclusión, ¿de qué van a hablar (...)

Buenos Aires -

El coronavirus ha metido la cola en todos los ámbitos sociales, causando muerte y miedo. Lo primero es proteger la vida, claro; luego vendrá el reporte de pérdidas, porque el mal está destrozando el aparato productivo de muchas industrias y, si se prolonga demasiado, esto generará un drama posterior: depresión, desocupación y pobreza. Hay una centena de países en cuarentena, con cierre de fronteras o circulación limitada. La orden es quedarse en casa, hacer teletrabajo. Un sinnúmero de actividades está paralizado o casi. Fuera del turismo, un rubro noqueado por la pandemia, otro segmento que ha recibido una paliza es el del entretenimiento, y entre ellos, el rey: el fútbol, que moviliza a miles de millones de personas anualmente.

El fútbol tiene una peculiaridad más preocupante: su ajustadísimo cronograma, el calendario unificado internacional. Hay tal saturación de torneos que las fechas deben ser calculadas quirúrgicamente. Cada día cuenta. Todo está agendado al detalle, sincronizado. Es como la red de subterráneos, si un tren se atasca, atrasa a todos los demás. Y si se atasca por demasiado tiempo, interrumpe todo el servicio. Es lo que empieza a pasar: el fútbol mundial, entero, está paralizado. Las pérdidas pueden ser catastróficas en tanto el virus se prolongue y no permita finalizar las competiciones.

UEFA y Conmebol anunciaron ayer la postergación de la Eurocopa y la Copa América (ambas estaban programadas para el 12 de junio al 12 de julio). Pasarán para los mismos meses de 2021. La UEFA, sobre todo, ultracargada de certámenes, no puede renunciar de ningún modo a la disputa de la Eurocopa pues facturará 2500 millones de euros con ella, de los cuales reparte unos 1500 entre sus asociaciones y 1000 se los queda. Gran parte de su desenvolvimiento lo financia con ese torneo. Pero el corrimiento de fechas no le saldrá gratis. Afectará su flamante Liga de Naciones, que estaba pautada desde septiembre de este año a junio del próximo. Todo no se va a poder salvar. Para Conmebol es más sencillo reacomodar fechas. Las dos jornadas de marzo de la Eliminatoria se pueden intercalar en el segundo semestre. La Copa América se meterá como cuña el año entrante como se hacía en este. Y las copas Libertadores y Sudamericana se apretarán.

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La Unión Europea de Fútbol también aplazó las finales de la Champions (del 30 de mayo al 27 de junio) y de la Europa League. Pero poner nuevas fechas no significa nada, es simplemente tentativo, nadie sabe cuándo volverá la actividad. Donald Trump anunció el lunes pasado que la peste podría ser controlada recién en agosto. Y hasta tanto no retomen las ligas locales lo internacional no se pondrá en marcha.

Los futbolistas tampoco quieren jugar. La UEFA aún no había suspendido las copas y el Valencia debió ir a enfrentar al Atalanta en Milán el 19 de febrero, en pleno estallido de la fiebre (una locura) y hoy el 35 % del plantel está infectado. Milán es la capital de Lombardía, el epicentro mundial del coronavirus. De modo que los jugadores tienen razón en no exponerse. El tema ahora es otro: cómo harán para pagarles… Difícilmente los profesionales de la pelota se rebajen el sueldo. La de ellos es sagrada…

“La Liga se reanudará, aunque sea a puertas cerradas”, anunció Javier Tebas, presidente de la Liga Española, como si supiera cuándo se acaba el virus. Y como si no supiera que España es hoy el segundo foco de decesos después de Italia (China ya está en fase de desaceleración). Se entiende la desesperación de Tebas: si no se juega, no se cobra de la TV. Y ese es el mayor ingreso de todos. Pero ¿aceptarán los clubes…? El Real Madrid perdería 4 millones de euros por cada partido de local si actúa sin público. Y si no juega pierde los dos ingresos: taquilla y televisión. El Barcelona se salvó de una: habían ordenado que jugase ante el Napoli en el Camp Nou a tribunas vacías, con lo cual perdía 6 millones de euros de recaudación. Tampoco se cobran las publicidades.

Fuera del turismo, un rubro noqueado por la pandemia es el del entretenimiento, y entre ellos, el rey: el fútbol, que moviliza a miles de millones de personas anualmente.

Real Madrid ingresa un millón y medio al mes solo por venta de entradas de su museo en el Bernabéu. El Barça embolsa más (tiquetes más caros y más visitantes). Los clubes están cerrados y además no hay turistas. No funcionan las tiendas de venta de camisetas y souvenirs, que dejan una millonada. Quienes venden la bufanda de cada partido, algo tan tradicional en Europa (cuesta entre 12 y 15 euros) están inactivos, los que las producen, igual, y así todo, es una cadena. También las corporaciones de televisión se ven afectadas, las fábricas de indumentaria deportiva. El fútbol genera millones de puestos de trabajo en el mundo.

Y dependiendo de cuándo remita la pandemia, puede que algunos torneos queden inconclusos. Se cancelarían definitivamente decenas de partidos. Aquí surge otra incógnita: ¿quiénes serían los campeones, segundos, terceros…? El diario Sport, de Barcelona, publicó una enorme tapa con el título “El Barça reclamará la liga”. Hacia adentro del club se piensa que, si no hay reanudación, deben dársela por ganada. Argumentan que fue el campeón de invierno (la primera rueda) y que es el único líder habiéndose disputado el 70 % del torneo. En realidad, el 71 %. A la liga española le quedan once fechas, a la italiana doce, a la alemana y a la inglesa nueve. Y luego están las vacaciones de los futbolistas (que también son sagradas…).

  • Jorge Barraza: El fútbol se pone mascarilla

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, anunció una inyección del Estado de 200 000 millones de euros para paliar la crisis. Pero el fútbol no recibirá nada de eso y deberá arreglarse las costuras solo. El economista catalán Albert Deulofeu explicó las consecuencias económicas que puede ocasionar la pandemia del coronavirus. El Barcelona será uno de los más afectados, vaticinó: “Teniendo en cuenta la deuda que tiene (de 553 millones de euros según Enrique Tombas, vicepresidente económico del club azulgrana) no será fácil revertir las pérdidas extraordinarias que se le vienen encima”, dijo. Eso se debe casi exclusivamente a sus ruinosos fichajes, como el de Coutinho, Dembélé y Griezmann. Sumado a ello, el Barça es el club con mayor masa salarial del mundo: su plantel, pese a ser cortísimo y discreto, le cuesta 650 millones de euros al año. Obviamente, el parate futbolístico agrava su cuadro financiero. Con todo, se intuye que las peores noticias en Europa aún no han llegado.

En América el ataque de la pandemia es menos grave que en Europa, aunque la forzada recesión anula los ingresos, pero se mantienen los egresos. En Argentina, como en el resto de los países, se suspendieron partidos y entrenamientos. Los futbolistas se van a la casa con tareas del preparador físico. La pregunta es cómo volverán el día que regrese la competencia. Los casados se supone que acatarán; ¿y los solteros…?, ¿harán cuarentena…? Y lo que se pregunta buena parte del público: “Los programas de polémica en televisión que están horas y horas gritando sin sacar ninguna conclusión, ¿de qué van a hablar ahora…?”. (O)

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