23/04/2024

Jorge Barraza | Neymar: 111 millones de euros por 80 partidos

Domingo 03 de Mayo del 2020

Jorge Barraza | Neymar: 111 millones de euros por 80 partidos

El brasileño sufrió once lesiones, tres de gravedad; también varias suspensiones. Volvía tarde de vacaciones

El brasileño sufrió once lesiones, tres de gravedad; también varias suspensiones. Volvía tarde de vacaciones

Buenos Aires -

En una operación tipo James Bond, trajes oscuros, camisas blancas, anteojos negros, cuatro abogados del Paris Saint Germain depositaron el 3 de agosto de 2017 un cheque del Qatar National Bank por 222 millones de euros en la sede del FC Barcelona. Lo pusieron sobre la mesa y se llevaron a Neymar da Silva Santos Júnior, quien obró como una belleza despampanante que se va del brazo de sus captores, contenta con ellos.

Era la concreción del fichaje más espectacular de la historia de este juego, desde 1905, cuando Alf Common, centrodelantero del Sunderland, causó sensación en Inglaterra al pasar al Middlesbrough por 1000 libras esterlinas. Middlesbrough, desesperado por salvarse del descenso, invirtió ese dineral en Common y logró su objetivo: zafó por dos puntos.

Aquella no solo fue una operación sensacional por el monto desorbitado, sino porque se trató de una fuga. El Barça no tuvo espacio de negociación, el PSG accionó el botón rojo: la cláusula de rescisión. Neymar, en el más absoluto hermetismo, arregló su nuevo contrato con el club franco-catarí y salió de Cataluña.

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Vale aclarar: cuando se habla de 222 millones es lo que se paga neto, de ficha, al otro club. Luego están los impuestos y, sobre todo, las comisiones, muy abundantes, por cierto, o mejor, obscenas. A papá Neymar, a sus representantes, a quienes hicieron el puente, a los abogados... Ejemplo: Real Madrid pagó por Vinicius y Rodrygo 45 millones€ cada uno, las comisiones por ambos ascendieron a 38 millones (42,2 % más). De modo que ambos traspasos no costaron 90 millones sino 128 millones de euros. En el caso de Neymar, sabe Dios a cuánto llegaron, pero el jeque Hamad Al Thani, propietario del PSG, estaba dispuesto a todo para lavar la afrenta de la remontada (Barcelona 6, PSG 1) quitándole al astro brasileño. Por eso, hay dos tipos de transferencias en el fútbol: las necesarias para reforzar al equipo y las necesarias para generar millonarias comisiones… que luego se reparten.

El proyecto catarí

Además de todo ello, el PSG (o el Qatar Investment Authority) le garantizó a Ney los 37 millones de euros limpios por año que solicitaba para concretar su abandono del hogar. Otra aclaración: el salario anual, sumado a la carga impositiva, le cuesta al club 53,5 millones de euros€. El proyecto catarí era, primero, dominar el fútbol francés y luego Europa. Lo primero se dio sin dificultad (y sin necesidad de Neymar), visto el desproporcionado potencial respecto de sus rivales. Para lo segundo precisaban más que un excelente plantel, una estrella, un distinto que los liderara hasta la cima. Y la tercera pata era que Neymar y el éxito internacional del PSG fueran un puente de prestigio para el sospechado Mundial de Catar 2022, organizado por la misma casa real dueña del club. El mediático atacante, por su parte, justificó su partida en la búsqueda de “un nuevo desafío”, un sofisma monumental inventado por los agentes de futbolistas que el público compra y paga sin chistar. Luego agregó: “Fue mi corazón el que me guió”. Hermoso.

Aparte de duplicarle los honorarios que percibía en Barcelona, los negocios de la Neymar Sports Marketing Limitada crecieron exponencialmente. Y el club parisino era perfecto porque le garantizaban todo: ser el dueño del equipo en el campo, en el vestuario, el capitán, quien pateara los penales, los tiros libres… Con ello podría alcanzar, por fin, ser el número uno y el codiciado Balón de Oro. Por tener al divo, entre pase y contrato, el PSG lleva erogados hasta ahora alrededor de 450 millones de euros.

La pregunta es: ¿valió la pena…?, ¿se justificó…?

Los hinchas bostezan

Ya veremos… Dado que el Gobierno francés decidió cancelar toda actividad futbolística en el país al menos hasta el 1 de septiembre, la Ligue 1 se dio por finalizada definitivamente a falta de diez jornadas. El campeón, como es habitual, fue el Paris Saint Germain, que llevaba 12 puntos de ventaja incluso con un partido menos jugado. Ya los hinchas ni festejan, bostezan. Aún queda el interrogante de si se continuará la Liga de Campeones de Europa, en la que el PSG está clasificado a cuartos de final. De reanudarse, y si es antes del 1 de septiembre, el equipo de la torre Eiffel deberá jugar fuera de su territorio. El PSG también es finalista de la Copa de Francia y de la Copa de la Liga, de modo que, si se definen más adelante, podría agregarse tres títulos más. Entonces sí sería una extraordinaria cosecha.

No obstante, hoy la temporada está finiquitada y, luego de tres años, el balance refleja que Neymar jugó apenas 80 partidos con la malla azul, de los 155 que debió afrontar el equipo (51 %). Muy poco. Pero ha percibido 111 millones netos de sueldo en este trienio. No ha ganado la Champions, que era el objetivo de la institución, y tampoco el Balón de Oro. Muy al contrario, se alejó completamente de tal posibilidad. En 2019 ni siquiera estuvo entre los 30 nominados. No logró el rótulo de goleador en ninguno de los tres ciclos: en 2018 fue Cavani, en 2019 y 2020, Mbappé, compañeros suyos ambos. Él fue cuarto las tres veces.

Casi siempre ausente

Ney ha pasado buena parte de todo este tiempo ausente. Sufrió once lesiones, tres de gravedad, dos de consideración y otras menores; también varias suspensiones por manotones con adversarios y otras por desacatarse ante los jueces; algunas veces regresó tarde de vacaciones. Solo las lesiones le demandaron exactos 365 días inactivo. Y estuvo envuelto en innumerables conflictos. Comenzados en aquel tironeo con Cavani para ver quién pateaba un penal. Una situación desagradable, empeorada por la explicación posterior: que sí, Cavani era el encargado de los penales y el goleador histórico del cuadro, pero desde ahora eran de Neymar por orden del jeque. Luego, peleas de vestuario, choques con los rivales, desaires a la hinchada, fiestas monumentales de cumpleaños, faltas inexplicadas, demasiado tiempo pasado en Brasil, que no hacía las recuperaciones en Francia, como correspondía…

Futbolísticamente, el PSG apuntó bien, Neymar es un crack notable. Y también un chico querible; toda persona que lo haya tratado pondera su sencillez y bondad. El tema es el ruido que lo rodea, sus amigos, el vedetismo, su fragilidad física, la exageración de los golpes recibidos, el exhibicionismo con la pelota. Y el nunca hablar de fútbol.

Su entorno, empezando por su padre, lo empujaron a irse del Barça y desarmar el mejor tridente que el fútbol recuerde (Messi-Suárez-Neymar), dejando atrás diez títulos en apenas cuatro temporadas. Él sabe que cometió el gran error de su vida. Su valor de mercado hoy es de 128 millones de euros, según Transfermarkt. Quizás esa devaluación lo ayude a enmendarse y volver al único lugar donde anhela jugar.

Inversión alocada

El Barcelona, por su parte, podría haber cantado como Julio Iglesias, “lo mejor de tu vida me lo he quedado yo…”. Pero no. Tiró por la alcantarilla la venta de Ney. Y mucho más. Para secar las penas, invirtió alocadamente unos 550 millones en Coutinho, Dembélé y Griezmann. Pases inflados, que pauperizaron el poderío del equipo y endeudaron al club.

Tres años después, la realidad indica, al menos hasta hoy, que los únicos ganadores de esta historia han sido los empresarios. Las tres partes centrales –PSG, Neymar y Barcelona– perdieron feo. (O)

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