"Ustedes pueden jugar bien o mal, pero aquí hay más de cincuenta y cinco mil personas que han venido a verlos cómo se dejan la piel, cómo mueren por la camiseta del Atlético de Madrid”, dijo Diego Simeone a sus dirigidos en el vestuario del partido ante Barcelona por la Copa del Rey. Luego de eso, sus jugadores salieron a la cancha y lograron solo descontar el marcador. Los ‘Colchoneros’ terminaron con una derrota en casa que los complica para el partido de vuelta.
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Pero más allá del resultado, lo que debe preocupar en el Atlético Madrid son dos cosas concretas: la competitividad y la baja presión en la mitad del campo mostrada en la primera mitad. Bien se podría decir que la primera conlleva a la segunda, y es cierto. Ese ímpetu por querer ganar, por dejar sin espacios al rival hasta recuperar el balón no se vio ayer. El resultado fueron dos goles en contra la primera media hora.
El primero, más allá de ser una gran jugada de Suarez, de esas que nos tenía acostumbrados en el Liverpool, es una clara muestra de la parsimonia en la marca. Sin ser ni más rápido que Savic y Godín, Suárez hizo verlos como un par de conos. Mucho de astucia de parte del ‘Pistolero’ y mucho de dejadez del Atlético.
El segundo, claro se podría decir que es una genialidad (más) de Messi. Y sí, es tanto como eso, como que Carrasco le regala el espacio para el disparo. Y es ahí donde fueron críticos los problemas del Atlético. Tanto las espaldas de Gabi y Koke, como la zona de rebote fueron ganadas por Neymar, Suárez y Messi, y los tantos pases filtrados de Rakitic.
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Del discurso de Simeone en la mitad a la reacción del Atlético en la segunda parte hay mucha relación. Godín, Griezmann, Koke y compañía recuperaron la concentración del equipo. Quizá un poco tarde para la eliminatoria de Copa del Rey o quizá no. La revancha es la próxima semana en el Camp Nou, donde tantas veces los de Simeone han sabido aguar la fiesta ‘Blaugrana’.