MÉXICO -- El caso de Oswaldo Alanís y Chivas de Guadalajara se mantiene al rojo vivo, pero no es el único de este tipo: En los años recientes, grandes figuras del futbol mexicano se vieron afectadas por su 'rebeldía, aunque algunas retomaron el camino más temprano que tarde.
En el Rebaño ya hay antecedentes por ambas vías: Uno de los casos más recordados es el de Omar Bravo, quien se marchó con la carta de libertad al Deportivo La Coruña y sufrió para regresar al futbol mexicano, del que fue 'vetado' temporalmente.
Para el verano de 2009, la directiva del cuadro español acudió al Régimen de Transferencias para intentar la venta del futbolista, pero el cuadro tapatío se habría interpuesto solicitando dos millones de dólares por derechos de formación, lo que también impidió un posible préstamo al Atlante.
La otra cara de la moneda llegó con Alan Pulido, quien también se marchó sin contrato hacia el futbol de Grecia, 'huyendo' de Tigres y siendo excluido casi de forma definitiva de las convocatorias de Selección Mexicana.
Tras pasar por el Olympiacos de Grecia, el joven atacante regresó al futbol mexicano, ya como futbolista de las Chivas de Guadalajara, pero con un acuerdo previo entre la directiva rojiblanca y los de San Nicolás de los Garza.
En 2011, 'Kikín' Fonseca también fue afectado por el sistema mexicano y aunque Alejandro Rodríguez lo negó en su momento, incluso se abrió una apelación ante el TAS, en la que el futbolista demandó por una deuda de 9 millones de pesos a los felinos.
Aaron Galindo vivió el mismo escenario cuando pasó de Europa a Chivas y aunque la transferencia ya estaba avalada por los tapatíos y el Eintracht Frankfurt, Cruz Azul entorpeció las negociaciones al cobrar un porcentaje por formación del ahora veterano zaguero.
El caso de Gerardo Torrado fue uno de los más sonados: En el 2000 se marchó gratis al Tenerife de España y ahí fraguó una carrera de cinco años con clubes como el Polideportivo Ejido, Sevilla y Racing de Santander, para después regresar a su país natal.
Aunque ya había transcurrido un lustro de su salida, Torrado tuvo que esperar a que la Máquina de Cruz Azul pagara los 'derechos de formación' al equipo universitario, que se negaba a dejar ir cualquier tipo de ganancia en relación al 'Borrego'.
Otros casos son los de Adolfo Rosinei y Guillermo Franco; el primero de ellos fue dado de baja con año y medio de contrato vigente, pero fue inhabilitado para jugar en otro equipo de la Liga MX, por lo que tuvo que salir de México de forma irremediable.
El 'Guille' también padeció dicha norma y sólo así se dio su firma con los Tuzos del Pachuca tras su regreso de Europa: El jugador argentino sí tuvo un costo de 'recuperación' en el balompié local pese a haber fraguado una gran carrera en el extranjero.
“Me tocó el Pacto de Caballeros cuando llegué a Pachuca, después de tantos años que yo me fui a Europa. Llegué a ese equipo y el Monterrey lo solicitó. Jesús Martínez dijo que lo iba a hacer y le dije que me parecía algo ridículo y absurdo, pero que si no, no podía jugar”, concluyó Franco en su momento. Hoy el 'problema' es para Alanís.