19/04/2024

Columna sobre Rafael Márquez

Lunes 26 de Febrero del 2018

Columna sobre Rafael Márquez

Los héroes no envejecen, pero les llega el momento de tomar la salida. La decisión es solo tuya, aunque el presente te grita que a tus 39 años y un legado imborrable, ya no hay tiempo (ni piernas) para la quinta Copa del Mundo; ni siquiera para otro torneo en la mediana Liga MX.

Los héroes no envejecen, pero les llega el momento de tomar la salida. La decisión es solo tuya, aunque el presente te grita que a tus 39 años y un legado imborrable, ya no hay tiempo (ni piernas) para la quinta Copa del Mundo; ni siquiera para otro torneo en la mediana Liga MX.

CIUDAD DE MÉXICO -- No es tu culpa, Rafa. Es del tiempo que siempre se empeña en seguir su camino cuando en ocasiones le vendría bien hacer una pausa.

Él es el responsable de romper con tu inmaculada figura; a él le debemos el desencanto de presenciar tus últimos compases alejado del brillo que te conocimos.

Hoy la memoria es el único salvoconducto para colocarte en el lugar donde deberás permanecer con el puño en alto tras un cabezazo que tuvo la red como destino; luego de un trazo tan kilométrico como preciso con esa pierna derecha privilegiada; o posterior a comandar un achique para nulificar a tus oponentes.

Los héroes no envejecen, pero les llega el momento de tomar la salida. La decisión es solo tuya, aunque parece que el presente te grita que a tus 39 años y un legado imborrable, ya no hay tiempo (ni piernas) para la quinta Copa del Mundo; ni siquiera para otro torneo en la mediana Liga MX.

Hoy el aficionado de tu equipo te perdona hasta el hecho de haber cometido dos penales indignos de tu jerarquía; y te disculpa porque siente que está en deuda contigo, de hecho todos lo estamos: eres el futbolista más ganador en la historia de este país que tiene una maestría en fracasos si nos referimos al otrora 'juego de pelota'.

Sin embargo, en el acelerado mundo que transitamos, mismo en el que el hoy se devora de un bocado al ayer, te queda poco crédito y no sería justo que te aferraras a seguir vistiendo de corto por mucho tiempo más.

Jugaste en uno de los equipos que marcó un antes y un después en tu deporte; viste desarrollarse al mejor futbolista de la historia, y nunca desentonaste en una orquesta con ritmos perfectos. Un mexicano estuvo ahí, vestido de azulgrana y envuelto en su bandera tras conseguir múltiples gestas.

Fuiste nuestro capitán durante innumerables batallas, algunas de ellas perdidas y contigo como el villano. Por desgracia o por fortuna, ni siquiera olvidamos tus tropiezos, en un camino marcado por tu sabiduría.

No es tu culpa, Rafa. El golpe brutal del tiempo hace de las suyas y anuncia que el final está más próximo de lo que seguramente suponías.

No es tu culpa, capitán. En breve te tocará dar un paso al costado, pero la realidad es que nunca te irás...

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