MÉXICO -- El enfrentamiento entre Pumas y Cruz Azul es el único partido que, por aras del destino, no es considerado un ‘Clásico’ entre los partidos donde se enfrentan equipos de la Ciudad de México.
En la metrópoli se disputan el clásico capitalino (América vs. Pumas) y el clásico joven (Cruz Azul y América), pero es una realidad que el encuentro entre cementeros y felinos no es tan mediático como los dos anteriores.
Tanto La Máquina, como el cuadro universitario, son escuadras de prestigio en el balompié azteca y aunque en sus partidos suele estar de por medio el orgullo, sobre todo porque a través de los últimos años los cruzazulinos ha obtenido buenos dividendos en Ciudad Universitaria y ello no gusta mucho a la afición felina, este duelo no termina de convertirse en un ‘Clasico’ y, por lo tanto, no es un juego que tenga encima los reflectores de la misma forma que los otros dos cotejos.
Los celestes se meterán una vez más en el Olímpico Universitario, tras sus últimos dos triunfos consecutivos en ese inmueble, un 1-4 el 1 de octubre de 2017 y un 1-2 el 4 de noviembre de 2018.
En este terreno, los cementeros se han echado a la bolsa seis triunfos y dos descalabros, además de dos empates, en sus últimos 10 partidos.
En cuanto al número de asistentes que recibe el también llamado México 68, el conjunto auriazul tiene hinchas que asisten regularmente a ver a su equipo, lo mismo que también abre los brazos a una gran cantidad de fieles cruzazulinos.
Sin embargo, la poca afluencia de seguidores cuando les toca enfrentarse, no es tan notoria como cuando llegan los dos citados ‘Clásicos’.
Si bien el buen paso de Cruz Azul en el Apertura 2018, que se presentó como superlíder en CU el 4 de noviembre de ese año, originó que el inmueble del Pedregal albergara 42,717 aficionados (una buena entrada para un estadio que según la Liga MX tiene un aforo permitido de 58,445 personas), se ha vuelto normal que estos cotejos admitan asistencias mucho más bajas.
Por ejemplo, en la Fecha 12 del Apertura 2017, que se disputó el 1 de octubre de ese año en el Olímpico Universitario, el duelo registró 22,179 aficionados, mientras que el 23 de julio de 2016, en su enfrentamiento correspondiente a la Jornada 2 del Apertura de ese año, los felinos hicieron la visita a los celestes en el Estadio Azul ante una afluencia de 23,127 espectadores.
Asimismo, los cementeros hicieron los honores a los auriazules ya teniendo como su casa el Estadio Azteca, el 20 de abril de 2019, y en esa ocasión asistieron 24,596 personas con boleto pagado al cotejo de la Fecha 15 del torneo anterior.
En tanto, cuando el equipo de la UNAM se enfrentó al América el 26 de agosto de 2018 en el Coloso de Santa Úrsula, el inmueble albergó 38,342 asistentes, mientras que también ante los de Coapa, el 17 de febrero de este año, el equipo que comandaba Bruno Marioni, metieron 42,600 espectadores. Y así ha sido normalmente, al igual que sucede cuando miden fuerzas celestes y emplumados.
“ES POR LAS PORRAS”, ASEGURA ESPARZA
Para Héctor Esparza, quien hizo una larga carrera como cruzazulino, el hecho de que esta confrontación no brille tanto, o no sea considerada un ‘Clásico’, atañe mayormente al tema de las porras.
“Pumas tiene una de las porras más fuertes y creo que una hay mayor rivalidad con la del América, que con la de Cruz Azul, que es una porra más noble”, indicó.
El defensa recordó que a finales de los 80 y mediados de los 90, Pumas jugaba con mayoría de jugadores canteranos, mientras La Máquina tenía jugadores de calidad y experiencia. "La verdad eran buenos partidos, pero no con esa rivalidad de querer ganar a como diera lugar, que creo que ahí es donde influyen mucho las porras”.
Héctor reconoce que el estilo histórico de los equipos hacen atractivos los duelos.
“TAMBIÉN AQUÍ SE JUEGA EL ORGULLO”: TORRES SERVÍN
Por su lado, Juan Antonio Torres Servín, quien siempre ha tenido bien puesta la camiseta de los Pumas, pese a haber vestido también la de otros equipos, consideró que en su experiencia como jugador y técnico de los felinos “a lo mejor no se le está dando tanta importancia por la situación que están atravesando, pero cuando a mí me tocó enfrentarlos, era un partido muy importante, pues Cruz Azul es un equipo de mucha historia y que en los años 70 ganó muchos títulos, que ha tenido grandes jugadores”, señaló.
“No sé si se le pueda llamar ‘Clásico’, pero es un partido donde también se juega el orgullo”, afirmó, para establecer que “a lo mejor es diferente enfrentar al América, por las aficiones de los dos equipos, por la historia que tiene América ante Pumas, por toda la polémica que se ha generado en sus duelos de liguilla. A lo mejor en un Pumas contra Cruz Azul no ha habido tanto esa pasión que se genera alrededor, pero son dos equipos donde también se juegan algo muy importante”.
CASTRO Y LA DIFERENCIA DE ENFRENTAR AL AMÉRICA
Alejandro Castro es un canterano cruzazulino que vistió este uniforme por casi diez años en dos diferentes etapas, pero al haber jugado dos años con los Pumas, conoce la identidad y estilo auriazul.
El jugador reconoció que hay marcadas rivalidades entre este enfrentamiento y el de Pumas-América, por ejemplo: “Yo creo que lo principal es la rivalidad deportiva que existe entre los equipos, la cual es muy diferente. Tan es así que es muy mal visto que un jugador vaya de Pumas a América, o viceversa, mientras que un jugador puede ir de Pumas a Cruz Azul o al revés y no hay tanto problema”.
La variable de la rivalidad es el ingrediente más importante para la construcción de un clásico.
“Desde niño te enseñan a no perder ni contra América, ni contra Pumas, ni contra Cruz Azul por un tema de orgullo y cuando estás en Primera División ya sabes lo que representa, porque creciste con eso”, dijo Alejandro Castro.