MONTERREY -- El paladar de Julian Quiñones tiene debilidad por un corte de Rib Eye. El delantero ya sabe que el 'kit' para realizar una carne asada conlleva adquirir carbón, sazonadores, salchichas, tortillas y un asador. Así como él, otros elementos como Luis Quiñones, Hugo Ayala, Antonio Sancho han adquirido el hábito de un buen corte e carne.
En Monterrey, los clásicos regiomontanos entre Rayados y Tigres tienen un sabor especial, la carne, el carbón y un asador son elementos que definen los hábitos de los aficionados nuevoleoneses.
Esta costumbre es común en la ciudad y desde luego los jugadores futbol no son la excepción, por ejemplo elementos del equipo de la U.A.N.L han acudido a la sucursal Anáhuac de la carnicería San Juan, ubicada en la avenida Manuel L. Barragán en el municipio de San Nicolás de los Garza, para comprar sus cortes.
A ese mismo lugar ha acudido el ex jugador Antonio Sancho, quien ahora forma parte de la directiva de los felinos, para adquirir los productos para hacer la carne.
De acuerdo con Julián Sánchez, despachador del lugar, esos son algunos de los elementos que ha visto que compran sus insumos para alguna reunión con sus seres queridos.
“Vienen amigos, todos con camisas de Tigres y Rayados, hasta jugadores han venido a comprar carne como Julián y Luis Quiñones, además de directivos y otras celebridades.
“Ellos compran Rib Eye, Aguja de Rib Eye, lo mejor que vendemos, y nosotros nos tomamos fotos, en otra sucursal, iba Hugo Ayala con su esposa y el `vato´ cotorreaba”, expresó el empleado.
El incremento de afluencia de gente durante un fin de semana de Clásico regio obliga a las carnicerías a redoblar esfuerzos, por ejemplo: normalmente existen dos turnos de trabajo, pero cuando hay un partido entre Rayados y Felinos el personal labora de tiempo completo desde las 6:00 horas hasta las 21:00, debido a la demanda.
La demanada de carne de los aficionados incrementa en 30 y 40 por ciento las ventas de los establecimiento, en comparación con un fin de semana ordinario, según información de carnicerías.
De acuerdo con Rigoberto Tovar, gerente de la carnicería Ramos, sucursal San Nicolás, que es otra de las más famosas en Nuevo León, hay un incremento en el porcentaje de las ventas de carne y aseguró que desde días antes los regiomontanos se preparan para disfrutar el partido.
“Desde dos días antes la gente se preparan para el clásico, porque el día del partido está muy fluido de gente y por eso se preparan desde antes. Vienen en familia, grupos, amigos, con gente de Rayados y Tigres.
“Lo que más llevan es aguja norteña, Rib Eye, puros cortes finos, chuletón, T-bone, Sirloin y también lo que tenemos de oferta”, indicó el gerente del lugar.
El realizar carne asada se convierte para el aficionado en un momento para disfrutar y convivir, porque todo inicia desde el instante en que se compra todo.
Los productos que más adquieren son carne, sazonador, tortillas, salchicha, carbón, refrescos, platos y vasos desechables, verdura, chorizo, salchicha polaca, entre otras cosas.
El ritual de una carna asada que todo regiomontano debe saber es que todo comienza desde la compra de productos, para pasara a la convivencia del momento en que se prende el carbón en el asador y, mientras llega al punto de quedar las brasas, porque se asegura así debe cocerse la carne, los regios disfrutan de música y preparan una salsa “borracha” que lleva tomate, cebolla, chile, cilantro, tocino, sal y el toque especial, un poco de cerveza, para darle ese sabor clásico de la ciudad.
Alejandro Dimas, aficionado de los Rayados de Monterrey, indicó que “normalmente lo que es la carnita asada hay que salir a comprarla temprano para no encontrar lleno, poner el asador y hacer una salsa tatemada, unos buenos cortes, arrachera, t-bone y tomar tiempo para estar listos para ver el partido”.
“Es de ley tener una hielera llena de cervezas y ya después lo disfruto con la familia, los hermanos y algunos amigos. Esto es muy regio. Es la emoción, la pasión del regio, es la vida diaria”, agregó.
Así, en Nuevo León el disfrutar de una carne asada es más que una tradición, es una forma de vida que miles disfrutan cuando hay un clásico regiomontano entre Monterrey y Tigres.