MONTERREY -- La pasión por el Clásico regio entre Tigres y Monterrey comenzó en 1974, cuando sólo era un partido regional, de equipos que buscaban construir una historia de larga permanencia en Primera División; desde entonces, ha tenido cambios al paso del tiempo y en plena época de comercialización, impacto mediático y futbolistas extranjeros de repercusión internacional, el partido entre Rayados y Felinos ya no es el mismo que era hace 45 años.
Juan Ugalde todavía recuerda cuando se dio el inicio de los clásicos, la emoción que había en los seguidores y todas las manifestaciones del génesis de una rivalidad local. Hoy en día, todo es diferente.
“El primer clásico, como acabábamos de subir nosotros a Primera División, había mucha gente, estadio lleno, pero no se sentía tanto la euforia como ahora”, expresó.
Ugalde fue el jugador que anotó el primer gol en los clásicos regiomontanos, en un encuentro disputado el 13 de julio de 1974, en el estadio Universitario.
“El momento en que metí el gol fue bien bonito y estuve contento, pero no como ahora que se emocionan mucho más, sí me emocioné mucho, se sentía contento el equipo como uno, pero ahora se siente más, conforme pasan los años se siente más la euforia todavía”, añadió el ex futbolista.
Su recuerdo es siempre ver en los inmuebles a la gente revuelta entre Tigres y Rayados, lo cual lamenta haya cambiado y tengan que ser separados porque se presentan broncas en las tribunas.
Al paso de tiempo, otros jugadores han vivido de diferente manera la pasión de los seguidores y uno de ellos es Mateo Bravo, quien militó con los Tigres a finales década de los años 70 y principios de los 80.
El exguardameta atribuye los cambios que se han generado a la globalización, como a la mercadotecnia, pero desde su punto de vista la pasión ha permanecido.
“Son los tiempos de cada quien y finalmente la pasión para mí se vive igual, pero la globalización y comercialización en el futbol ha impactado, ha cambiado mucho, antes te daban una patada y te levantabas lo más pronto posible para no dejar a tu equipo en desventaja y ahora les dan su soplidito y se caen, se dan tres vueltas y hacen un teatro bárbaro.
“Les dan una patada simple y se quedan ahí, gritan feo, pero les echan agua bendita y se levantan rápido, en aquel tiempo éramos jugadores más profesionales y ahora no, hay mucho teatro, hay mucho de la lucha libre, pero son los tiempos de cada quien”, expresó.
Mateo Bravo, quien se coronó con los felinos en 1978 y 1982 cuando eran dirigidos por el ahora fallecido técnico uruguayo Carlos Miloc, recordó que cuando era jugador, los seguidores tenían la opción de estar con ellos en el terreno de juego.
“En mi época era todo abierto, te voy a poner un ejemplo: el día de la foto del equipo toda la gente bajaba a la cancha con su jugador preferido, o con todos, había mucha apertura, mucha química, contacto físico con toda la afición, niños, hombres, mujeres, gente grande que te abrazaban, te apreciaban en ese momento.
“Ahora ha cambiado, ahora los ven nada más por foto, incluso las entrevistas eran adentro del vestidor con toda la prensa adentro y era una fiesta, ahora no te dejan entrar al vestidor, a la cancha, las entrevistas con jugadores te ponen uno por día, pero es totalmente diferente, con la gente fue muy distinto en aquel tiempo con esta, hay que seguir los cambios”, agregó el ex guardameta.
Bravo aseveró los seguidores se han “enamorado” de los conjuntos de Nuevo León por la calidad de jugadores que han contratado y hasta la fecha eso se mantiene.
El ex portero espera sea atractiva la edición 123 del clásico regiomontano, a disputarse este sábado en el estadio BBVA, pero que se viva en paz entre los seguidores para que no haya incidentes que lamentar.