19/04/2024

¿Quién de América y Rayados tiene más hambre de matar y morir?

Sábado 28 de Diciembre del 2019

¿Quién de América y Rayados tiene más hambre de matar y morir?

Cabalgando a la final del Apertura 2019 por rutas distintas, ambos equipos tienen la oportunidad de su redención y consagración absoluta en el partido de vuelta. 

Cabalgando a la final del Apertura 2019 por rutas distintas, ambos equipos tienen la oportunidad de su redención y consagración absoluta en el partido de vuelta. 

LOS ÁNGELES - América y Monterrey tal vez no lo saben, pero la misma escalera que lleva a la gloria del título, también conduce al fracaso del subcampeonato. Todo depende de por cuál lado se escale.

Cabalgando a la final del Apertura 2019 por rutas distintas, agrestes ambas, tortuosas a veces, ciertamente Águilas y Rayados han masticado amargo, sin tragarlo, que conciben y perciben como nadie más la espléndida oportunidad de su redención y consagración absoluta.

Por eso, el momentum físico y mental de esta final se enriquece de los poderosos momentos por los que atravesaron ambos equipos. Las emboscadas, las aduanas, los martirios de un torneo inestable, y hasta las jugarretas de la aritmética para meterse a la Liguilla.

Para clasificar, Monterrey estuvo de hinojos e implorando ante el altar de las carambolas, y América bendiciendo la suerte de, obligado a ganar, cerrar ante Veracruz y maldiciendo el descanso de la última jornada del torneo. Días de escalofríos.

Horas previas a la Gran Final, ya poco queda en el librito de los entrenadores. Ajustes, acaso, porque todos los escolapios, rebeldes uno y amnésicos otros, debieron aprender los caprichos tácticos de sus respectivos entrenadores.

Sin olvidar los espectros apostados y acechantes de los imponderables, incluyendo la inestabilidad emocional del árbitro César R. Palazuelos, pero el trámite que deba de seguir el futuro campeón del futbol mexicano tiene un lineamiento estricto.

Se dice que las finales las gana el que más quiere hacerlo. Pero, también el que más puede y el que más sabe hacerlo. Ahí empiezan a marcarse diferencias. Cuando todos quieren tanto de lo mismo, prevalece el que más puede y el que más sabe.

Monterrey ha dejado constancia de casta, de rabia, de arrojo, de intolerancia, de impiedad. No se pone límites, porque no se ha atrevido a identificarlos.

¿Poder? Podrá Rayados en la dimensión de sus arrestos físicos. Jugadores como Celso Ortiz y César Montes rebasaron las fronteras de su métrica de resistencia en la final de Ida.

América no es menos en esos valores entendidos y explosivos de la testosterona. Encima, al poderoso discurso coloquial, mentadas de madre incluidas, de Miguel Herrera, el grupo hace reverencias ante el aura, ante el resplandor del maldito conjuro del #ÓdiameMás.

¿Poder? Debe. Reposó mientras el rival escribía una épica ante el Liverpool. Físicamente sus músculos deben estar más en sintonía de resistencia con el estrés propio del escenario, porque, no se olvide, el marcador tiene la sonrisa nerviosa del 2-1.

¿Qué equipo sabe más para ser campeón? La sabiduría puede ser pareja. Miguel Herrera y Antonio Mohamed tienen cicatrices y galardones similares. Los dos se han doctorado entonces en trastocar posiciones y jugadores.

La diferencia radica en las herramientas. Mohamed tiene que echar mano de Maxi Meza, el máximo fraude futbolero del torneo. Indolente, aburguesado, tiene una deuda enorme con Rayados. Él solo puede definir la Final, si quiere, pero ha querido tan poco…

Miguel Herrera también dispone para su artillería de balas perdidas. Ni cómo contar con los Nicos. Ni Benedetti ni Castillo han reembolsado su salario y su supuesto prestigio. Ellos, como Meza, pueden cambiar la historia, si quieren, pero han querido tan poco…

Y claro, con los Nicos, ni contar con Giovani Dos Santos, del que ya se dijo, llegó por órdenes del patrón Emilio Azcárraga, y no por consenso de Miguel Herrera y Santiago Baños. Gio, si quiere, puede escribir la final con esa caligrafía impecable como aquel gol a Tim Howard en la Final de la Copa Oro. Si quiere, Gio, pero, ha querido tan poco…

Más allá de que para una final, los técnicos gustan de manosear una baraja marcada, por obvias razones, en El Nido se descartó, aparentemente, a Andrés Ibargüen y en El Barrial, presuntamente, a César Montes.

Por eso, esta Gran Final pende de que la arenga final, ese sermón incendiario y encendido antes del juego, estremezca las fibras de heroísmo, si las hay en cada jugador. Y mire los dos personajes tan opuestos: Antonio Mohamed hablaba con el talento en los pies en la cancha, y Miguel Herrera jugaba por decreto de supervivencia con las gónadas a punto de explotar.

¿Cuál de estos dos planteles multimillonarias tendrá el hambre suficiente para jugar a matar o morir, pero también a matar y morir?

Las directivas han hecho su parte. Los jugadores del América, según versiones periodísticas, recibirían cuatro meses de salario como premio si levantan la copa. En Rayados, el premio es similar.

Pero, insisto, más allá de que pudiera ganar el que más quiere, habrá que esperar a ver quién es el que más puede y quien es el que mejor sabe. Todo indica que sería el América, pero ¿quién apuesta contra una horda de gitanos envalentonados, como lo es Monterrey?

Ver noticia en ESPN: Fútbol Mexicano

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