Con el paso de los años, y en algunos pasajes de su vida tanto profesional como personal, Matías Almeyda se ha dejado llevar por los impulsos al momento de tomar decisiones.
Si bien hubo ocasiones en que seguir sus qrranques no le dejó el mejor rédito, también hubo veces en que dejarse guiar sin un análisis profundo lo llevó a tomar determinaciones que marcaron su vida por completo.
Aunque él se considera a sí mismo como un tipo pensante, reconoce que hay momentos en que se deja llevar por el instinto.
"Siempre me consideré una persona tranquila, pensante, aunque tengo esos cinco segundos en que no sé quién soy y puedo hacer cualquier cosa, actúo con un instinto que no sé de dónde me sale", dijo Almeyda en el libro 'Alma y Vida' escrito por Diego Borinsky.
La vida ha llevado a Matías Almeyda por caminos que quizá ni él se imaginaba. De la noche a la mañana concluyó su carrera como futbolista y se volvió director técnico. Su decisión de venir a México a dirigir a un equipo que vivía una crisis por no descender fue en un lapso corto.
Del mismo modo decidió cambiar su look, hace apenas unos días. Cansado por el encierro de la cuarentena, comenzó a dejarse el bigote, y un buen día apareció rapado.
"No me extraña, Matías tiene estos arranques. No supe si habría hecho una promesa de algún tipo para cortarse el pelo pero Matías es así, tiene ese tipo de cosas", cuenta el biógrafo del técnico de San José Earthquakes.
"Ya me había sorprendido porque lo vi con ese bigote medio raro; ahora sí que le hace honor al apodo", bromea Borinsky.
Y es que Almeyda fue de tomar decisiones con cierto grado de reflexión, pero también se deja llevar por algunos impulsos. Así pasó cuando asumió la dirección técnica de River. Si bien ya existía una propuesta previa, en cuestión de horas decidió poner punto final a su carrera como futbolista para tomar un lugar en el banquillo.
Con el descenso de River Plate consumado en junio de 2011, en la madrugada posterior decidió tomar las riendas del equipo para llevarlo de regreso.
"Tengo que tener revancha de esto, pensaba una y otra vez. Y la revancha era agarrar el equipo y subirlo. No había otra", reveló Almeyda en su libro.
Logró el éxito e hizo historia en el club de sus amores, al colaborar para que River Plate volviera a la Primera División, apenas un año después.
Una situación similar se vivió cuando fue invitado al proyecto de Chivas, con las atenuantes que existían en ese momento.
"No tardó nada (en decidir por venir a Chivas), fue inmediato: moría de ganas de llegar a la Liga MX e inclusive descartó a Santos primero", reveló José Luis Higuera, actor principal en su llegada al club.
Esos mismos impulsos se vivieron en su llegada al país. Se ha visto a otros técnicos procedentes del extranjero, llegar con un equipaje corto. Pero Matías llegó a México para quedarse, rodeado de un cuerpo técnico y más de 13 maletas en el avión.
Así ocurrió. Aunque llegó resistido por la afición del Guadalajara –más por inconformidad que por un conocimiento real de su estilo- con trabajo, resultados y la forma en que se abrió ante la afición rojiblanca, se ganó el cariño de los fanáticos del Rebaño.