MÉXICO - Surgió del futbol de barrio, de jugar al lado de sus amigos en las calles, el ex defensa Claudio Suárez logró convertirse en uno de los referentes del balompié mexicano, pero sus inicios en la década de los 90 fueron complicados, al grado de que en el sector amateur ganaba más dinero que en Pumas, ya en la Primera División.
"Cuando me tocó iniciar en Pumas fue un sacrificio muy grande el que tuve que hacer porque prácticamente no tuve una formación de estar en escuelas de futbol, de estar desde niño, prácticamente me formé en la calle, en el barrio, en las cascaritas en plenas avenidas, en canchas de tierra y fui a probar suerte a Pumas, fui con un hermano a los 14 años más o menos, pero por temas económicos no pude seguir”, expresó en entrevista con ESPN Digital.
Claudio Suárez recordó que para los 18 años regresó a Pumas, donde se quedó para probar suerte, pero no percibió ningún ingreso económico y tuvo que buscar la manera de solventar sus gastos, que incluían el costo del transporte que era de cerca de dos horas y media desde Texcoco, Estado de México (lugar de donde es originario), hasta Ciudad Universitaria.
"No tenía un sueldo, un apoyo de ni siquiera quedarme en la casa club, aparte de estudiar, tenía que ir a trabajar, a pintar casas, a tirar basuras, a cortar pasto, a hacerle de todo para sacar dinero y poder solventarme mis gastos, muchas veces mi mamá, que en paz descanse, o mi papá me daban algo, pero la verdad éramos de bajos recursos, una familia humilde, entonces era una situación muy complicada y en ocasiones no me alcanzaba ni para comer algo", declaró.
Aunque su familia le decía que declinara de su empeño por convertirse en futbolista profesional no cesó y la esperanza de ganarse un lugar llegó cuando fue contemplado para un torneo en Toulón, Francia, a donde viajó sin haberse subido nunca a un avión, lo cual le causa risa actualmente, porque desconocía totalmente hasta cómo abrocharse el cinturón de seguridad, pero ese torneo le permitió llegar a la Primera División.
Sin embargo, no todo era miel y dulzura para Claudio Suárez, ya que comenzó a percibir un ingreso económico, pero no le alcanzó para cubrir sus gastos y por ello participó de manera alterna entre Pumas y el sector amateur, donde ganaba más dinero.
"Cuando jugábamos un sábado, me iba a jugar los domingos hasta dos partidos con los equipos de Texcoco y me pagaban más que en Pumas en la Primera División, era increíble, pero así era mi situación, hasta que ya después se enteran, me llaman la atención, pero les hice saber que no me alcanzaba luego ni para comer y pues cómo le iba a hacer, ya después me aumentaron el sueldo y al siguiente año salimos campeones en la temporada 1990-1991", añadió.
Conforme avanzó el tiempo, se abrió camino dentro del futbol mexicano, hasta llegar a la selección mexicana y convertirse en uno de los referentes del balompié nacional.
Ferretti, la almohada bigotona de Mejía Barón
Claudio Suárez tuvo diferentes vivencias en su paso por Pumas y una de ellas fue tener como compañero de cuarto en las concentraciones, en la temporada 1990-1991, a Ricardo "Tuca" Ferretti, a quien al inicio le tenía miedo por su carácter.
"En Pumas casi no nos concentraban, pero en partidos importantes, en las finales, sí y Tuca me elige como compañero de habitación en las concentraciones, entonces (risas) yo temblaba con Tuca por el carácter que tiene, era un tipo que se desvelaba mucho, bueno para mí, yo me dormía a las 11 o 12 de la noche y él como a la 1 o 2 de la mañana.
"Me acuerdo un día antes de la final, enojado conmigo, me decía, cómo es posible que te duermas tan fácilmente, no sabes lo que vamos a jugar mañana, una final y no te veo nervioso y le digo (risas) qué tiene, vamos a jugar una final, pero tranquilo Tuca y me empezaba a regañar, después ya lo fui entendiendo porque él tenía esa gran presión que él era casi casi el entrenador dentro de la cancha", añadió.
Recordó que Ferretti, quien siempre se caracterizó por usar bigote, llegó en esa campaña a Pumas como auxiliar técnico, pero el entonces técnico Miguel Mejía Barón lo convenció de jugar una temporada más, por lo que el brasileño fue parte importante en el equipo y tuvo constantes reuniones con el cuerpo técnico.
Suárez dijo que Mejía Barón siempre dio a sus jugadores la alineación de un partido en la noche previa al juego, pero que en más de una ocasión les comentó que tenía alguna duda, daba a 10 elementos y que le faltaba elegir al undécimo, por lo cual lo tendría que "consultar con la almohada".
"Mejía Barón decía 'lo voy a consultar hoy con la almohada y mañana les digo quién juega'. Llegaba Tuca al cuarto (risas), yo empezaba a agarrar confianza con él, y le dije 'esa pin... almohada tiene unos bigototes de este tamaño (carcajada)´ y me decía 'cállate cab...', que no sé qué y le decía a Tuca dime quién va a jugar, ya me decía este va a jugar y le decía 'aaaah ya ves que sí' (nuevamente risas)", concluyó.