28/03/2024

Hijo de Miguel Marín: Mi padre sentía un compromiso con los demás por el cariño que le daban

Domingo 19 de Abril del 2020

Hijo de Miguel Marín: Mi padre sentía un compromiso con los demás por el cariño que le daban

ESPN conversó con Max Marín acerca de diversas anécdotas relacionadas con el mítico arquero de Cruz Azul.

ESPN conversó con Max Marín acerca de diversas anécdotas relacionadas con el mítico arquero de Cruz Azul.

Miguel Marín, quien nació el 15 de mayo de 1944 y falleció el 30 de diciembre de 1991, a los 47 años por problemas cardiacos. Fue un arquero histórico del Cruz Azul que, a la fecha, sigue siendo muy recordado y admirado tanto por la afición celeste, como por el resto del público mexicano.

Sus inicios fueron en Vélez Sarsfield de su natal Argentina y en 1971 lo trajo al club cementero Guillermo Álvarez Macías. Jugó 10 años con la 'Máquina Celeste', llamaba la atención por la espectacularidad de sus lances y obtuvo cinco títulos de liga.

ESPN entrevistó a su hijo Max Marín, quien convivió con su papá hasta los 21 años de edad, y comparte cómo era la personalidad del mítico arquero celeste.

-¿De dónde vienen sus apodos?

"El mote de 'Supermán' se lo puso Ángel Fernández. El del 'Gato' venía desde Argentina; ese sí no tengo idea".

-¿Cuál de los dos prefería?

"No tenía problema con ninguno de los dos. Incluso ni con los nombres, porque en Argentina le llamaban José y aquí le decían Miguel. No tenía ningún problema ni por los nombres, ni por los apodos".

-¿A ti te gustaba que a tu papá le dijeran 'Gato' o 'Supermán'?

"Pues, siempre lo hemos sentido como un halago y como un compromiso. Es comportarte de cierta manera, estar con la gente de cierta forma, atenderlas, si se vale la expresión. Por supuesto que se siente muy padre que sea un compromiso, y mantener el cómo se expresen de él, pues también es parte de nosotros. No pueden decir que él es buena onda y nosotros no ‘pelamos’ a nadie".

-¿Por qué Miguel Marín decidió jugar futbol?

"Pues, yo creo que como todos empezamos, por el gusto de que la pelota rodara, y después se fue dando cuenta de que era la manera de poder hacer una diferencia económica, porque la familia de mi papá, no es que fuera muy pobre, pero sí de bajos recursos. Entonces dio cuenta que el futbol podía ser una manera de sobrevivir y de poder salir adelante. Tan es así que cuando llegó a Vélez,el equipo le consiguió un trabajo, creo que en una tienda de zapatos, una cosa así, y él prefierió entrenar dos veces al día, diciendo que a eso fue a Vélez, a jugar al futbol y no a trabajar".

-¿Cómo lo recuerdas?

"Como una persona apasionada, exigente, estricta con lo que hacía. El futbol absorbía todo su tiempo, pues ya siendo entrenador, en ese tiempo no había tantos avances como ahora para poder editar un partido, para poder checar al rival. Era así de tener dos videocaseteras, e ir pasando de una a la otra, o de ir tomando los tiempos para después en la charla, poder mostrarle a los jugadores lo que él quisiera".

-¿En qué se entretenía, o se divertía?

"De los pocos pasatiempos que tenía, le gustaban los caballos, de tal forma que estábamos en el hipódromo tiro por viaje. Hizo muchas amistades en la parte hípica y cuando no era un asado, estaba en el hipódromo. A veces hacíamos asados en las cuadras, ahí mismo en el hipódromo. Él nunca montó".

-¿Una anécdota que recuerdes con tu padre?

"Estando yo en la secundaria, estaba de moda Pablo Larios y sus salidas espectaculares. Después tuve la fortuna de conocerlo también y ser buenos amigos gracias al Mundial México '86, porque mi papá era entrenador de Puebla y entrenador de porteros de la selección, donde estaban Nacho Rodríguez, Pablo Larios y Olaf Heredia".

"Yo iba a los entrenamientos y a todos lados con mi papá, y una vez, jugando en el Instituto México, hago una salida de esas de Pablo Larios y todo mundo se quedó asombrado. De ahí nos fuimos a otro partido y me terminó regañando, (me dijo) que si soltaba la pelota en una jugada así, era gol. Eso describe mucho la exigencia y lo quisquilloso que era en la posición y en cómo se tenían que hacer las cosas. Recuerdo que salí 'volando' y me quedé con la pelota. A todo el mundo le gustó, menos a mi papá".

-¿Cuál es el mejor consejo que recibiste de él?

"El ejemplo de cómo se hacían las cosas, de la disciplina en la forma de vivir el futbol. Eso nos ha llevado, con mi hermano Alejandro, a poner una escuela en el Instituto México (Centro de Alto Rendimiento para Arqueros Miguel Marín Futbol) y poder entregarle a los niños toda esta forma de vivir el futbol que tenía mi papá. Algunos van y quieren jugar en la portería, sus papás les platican de Miguel Marín, y nosotros tratamos de compartir lo que aprendimos".

-¿Qué es lo primero que deben saber esos niños que quieren ser arqueros de la talla del 'Gato' Marín?

"Pues, primeramente, enseñarse a agarrar la pelota, porque ahorita como que todos 'escupen' el balón; el empezar a recostarse, a tirarse, lanzarse, empezar a perder ese miedo. Y conforme van avanzando, cómo caminar y ubicarse en la portería".

-¿En qué lugar colocarías a tu papá entre los arqueros del futbol mexicano?

"Somos los menos indicados para poder hablar. Yo creo que ahí la gente tiene la batuta, pero a nosotros nos da mucho gusto que a casi 29 años de su fallecimiento, la gente lo siga recordando de esta manera, como hemos leído en redes sociales; si no es el dos, es el uno, y después no bajan del tres. A nosotros nos da mucho gusto y lo agradecemos mucho, que a pesar de tantos años, la gente lo sigue recordando".

-Di algo que no sepamos de tu papá

“Huy, eso sí está complicado, el siempre fue muy abierto, siempre contaba todo, regalaba todo; era desprendido hacia la gente, porque sentía que tenía un compromiso hacia ellos por todo el cariño que le daban. No, la verdad no hay nada que no supieran de Miguel Marín”.

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