Resulta difícil imaginar que un entrenador acepte de buena gana perder a uno de los futbolistas más desequilibrantes de su equipo, sobre todo cuando ese equipo está peleando por la clasificación a la próxima edición de la Copa Libertadores y todavía mira de reojo la tabla de promedios. Sin embargo las prioridades de Gustavo Alfaro parecen correr por otros carriles.
La negociación entre Huracán y New York Red Bulls por la transferencia de Alejandro Romero Gamarra, que desde hace semanas registró avances y retrocesos, parece estar llegando a buen puerto. De ser así, el club de Parque de los Patricios embolsará alrededor de cinco millones de dólares limpios, pero perderá a su joya.
Huracán se llevó todo ante un River sin contundencia
¿Alfaro quiere que Romero Gamarra se quede? No. ¿Acaso porque no considera importante al futbolista de 22 años? No, ni mucho menos. ¿Entonces? Porque el entrenador prioriza el deseo del jugador y de su familia. Una familia que hace menos de cinco meses sufrió la muerte de Gladys, la madre de Kaku y de sus 11 hermanos.
Alejandro Romero Gamarra y la dedicatoria para su madre del gol que marcó en el partido entre Huracán y Lanús, por la séptima fecha de la Superliga. (Juano Tesone)
“Ojalá que no le corten al chico la posibilidad de crecer, que la tiene y la necesita. La necesita él y la necesita su familia, que tuvo una fatalidad: murió el sostén, que era la madre, en un momento clave. La familia necesita que este pase se haga”, sostuvo el entrenador durante la conferencia de prensa que ofreció tras el entrenamiento del jueves.
La venta de Romero Gamarra está acordada entre los clubes desde diciembre, pero la traba que está impidiendo la firma que certifique el pase, según denunció Huracán, es un reclamo del exrepresentante del jugador, Marcelo Simonian, quien pretende intervenir en la negociación.
“Ojalá todos estén por encima de los intereses económicos para saber que más allá de que el fútbol es un negocio, hay una familia y un jugador a quienes no se puede dejar tirados”, enfatizó Alfaro, quien se mostró confiado en que el pase finalmente se concretará debido a que “quien está insistiendo mucho es el entrenador” del equipo estadounidense, Jesse Marsch.
Mirá tambiénHuracán-River: una amenaza de bomba causó miedo y generó demoras
La muerte de su madre fue un golpe durísimo para Romero Gamarra, a quien se vio sumamente conmovido en los primeros partidos que jugó tras esto. “Mis compañeros y el entrenador me ayudaron, la gente me dio cariño y de a poco estoy saliendo de este momento, pero todavía no lo superé. Me duele ver a mis hermanos tan tristes”, contó en una entrevista en el programa Guardianes de la Quema, en noviembre pasado.
“Mi mamá siempre nos dio todo. De chica sufrió mucho, nunca tuvo nada. Después hizo que a nosotros no nos faltara nada. Ella estuvo siempre acá (en el estadio de Huracán), en los mejores momentos y en los más tristes. Siempre quise que tuviera su casa y jugando al fútbol lo voy a conseguir”, reveló el jugador en esa entrevista.